La edad se ha posicionado como el primer factor de discriminación en el ámbito laboral, por encima del género, la raza o la clase social. Hablamos de edadismo, un tipo de discriminación por razón de edad que, en este caso, aparta de forma temprana a los profesionales sénior del mercado laboral.
Según el II Barómetro del Consumidor Sénior, realizado por la Fundación MAPFRE (@fmapfre), los mayores de 55 años, un segmento de la población formada actualmente por 15,8 millones de españoles, no sienten que el mercado laboral valore su experiencia y trayectoria.
Son muchos los sénior que ven truncadas sus posibilidades de, no solo de mantenerse en el mercado laboral, sino de acceder a él de nuevo alcanzada cierta edad. En un momento en el que las nuevas tecnologías han cobrado gran relevancia en la sociedad, resultan imprescindibles a la hora de buscar empleo. Y, aún así, los profesionales sénior encuentran grandes dificultades a la hora de llamar la atención de las empresas que determinan la edad como algo negativo sin pararse a analizar todo lo positivo que también aporta.
En este sentido, la experta en talento sénior Cèlia Hil (@CeliaHil) ayuda a estos profesionales a buscar un hueco en el mercado laboral y hacerse notar ante las empresas, destacando sus virtudes y poniendo en valor lo que la sociedad a veces se empeña en no ver.
“No es muy lógico este edadismo en el mercado laboral, porque en otros países no sucede como en España”, explica Cèlia en una entrevista a 65YMÁS. Licenciada en Psicología Clínica con un Postgrado de Experta en Inserción Laboral y un segundo Postgrado en Recursos Humanos 2.0 y Redes Sociales, Cèlia está especializada en empleabilidad, recursos humanos, marca personal y talento sénior, esa franja de edad que representa a las personas mayores de 55 años.
“Hay varios estudios que dicen que los equipos intergeneracionales, entre juniors y séniors, son los que mejor funcionan, resultando ser los más creativos y productivos”, señala. “Con lo cual, no entiendo muy bien qué está pasando en nuestro país, en el que las empresas han apostado por prejubilar al talento sénior, y las pequeñas y medianas empresas lo están imitando”.
Lo que los trabajadores sénior pueden aportar
La menor productividad es la excusa más repetida para justificar el reemplazo del talento sénior por trabajadores más jóvenes, pero la realidad es que no es otra cosa que edadismo.
“Hay una serie de creencias que habría que desconfirmar, como que son más caros, que ya no se ponen al día en cuanto a formación, que a nivel digital están obsoletos… Creencias que hacen que desde el departamento de recursos humanos no se contrate al talento sénior ni se le contemple”.
Pero los trabajadores sénior tiene aspectos positivos que los hacen ser muy valiosos, tal y cómo explica Cèlia: “Su experiencia, todo lo que llevan en la mochila durante años y que han podido estar desarrollando, el conocimiento del sector, el compromiso con la organización (venimos de una cultura que sentía más los colores de la empresa, que prácticamente entrabas en esa organización y te jubilabas con ella), la capacidad de resolver situaciones del día a día que ya se han encontrado en otras ocasiones, esa visión en perspectiva. Todo esto son una serie de competencias que son muy interesantes para una empresa”, señala.
Los sénior «se están poniendo valor»
Aunque la pandemia ha perjudicado en gran medida a los mayores en el ámbito laboral, provocando que las empresas se decidan por trabajadores más jóvenes sobre los sénior “por ser más vulnerables a nivel de salud”, Cèlia considera que las franjas de edad entre 55 y 65 años están ganado relevancia en el mercado laboral. “Se están organizando y poniendo en valor, y eso empieza a resonar en la sociedad y a tenerse en cuenta”.
Son muchas las personas mayores de 50 años que se plantean la opción del emprendimiento si la búsqueda de empleo no da resultado debido a esta discriminación de la que hablábamos. “Varios estudios muestran que el emprendimiento sénior es más exitoso al disponer de este conocimientos del sector, esta experiencia en el mercado, una buena red de contactos y capacidad económica.
Todo esto hace que sea más exitoso”, explica Cèlia en este sentido, haciendo referencia al estudio realizado por la Oficina del Censo y dos profesores del MIT que dice que “en términos generales, un emprendedor de 50 años tiene casi el doble de probabilidades de iniciar una empresa extremadamente exitosa que uno de 30 años».
Una de las razones es la diferencia entre las ideas y la ejecución. «Las ideas son geniales, pero la ejecución lo es todo», indican en el estudio. Lo mismo ocurre con la estrategia y las tácticas, es decir, lo que realmente haces, que es lo que ayuda a las empresas a crecer. Y esto se consigue adquiriendo experiencia.
Aunque la idea más extendida al pensar en el emprendimiento es la de una persona joven, “la realidad es que alrededor de los 50 años es cuando los modelos de emprendimiento se consolidan más y tienen más éxito», concluye la experta.
La importancia de las redes sociales
Ahora que hay alternativas a la búsqueda de empleo tradicional, aplicaciones como LinkedIn y otras redes sociales resultan clave a la hora de movernos por el mundo laboral.
“Estamos en plena transformación digital y con la pandemia todavía se nos ha permitido menos la movilidad, con lo cual, LinkedIn, por ejemplo, que es la principal red profesional de negocios a nivel mundial, es una ventana para el sénior, para continuar estando al día, aprendiendo de otras personas y poder hacer el upskilling y reskilling para no quedar obsoleto”, señala Cèlia.
“Puede hacer networking de calidad con muchos profesionales en todo el mundo para seguir estando bien conectado y, por lo tanto, poder encadenar proyectos, estar al día de su sector, trabajar su marca personal”, añade. “No solo es una ventana al mundo de los negocios y la empresa, sino que también es un escaparate de él mismo para que, a nivel digital, pueda seguir siendo encontrado”.
Por esta razón, se hace tan necesario que el sénior incorpore herramientas como LinkedIn, Twitter o Instagram, porque “es una gran oportunidad de que le encuentren y de él encontrar proyectos”.
Del paro a emprendedora: una historia de superación
Son muchas las personas a las que Cèlia Hil ha podido ayudar a lo largo de su trayectoria, sin embargo, una historia destaca sobre las demás, la de una directiva multinacional de Valencia que no conseguía encontrar empleo y que, finalmente, acabó emprendiendo ella misma una consultoría propia.
“Creo que para ella fue muy importante ese cambio en la manera de pensar, de buscar reactivamente empleo, enviando currículums a oferta publicada a decir, no, yo me voy a ir generando las oportunidades de empleo, y si no me contratan, me autocontrato”.
“Era una mujer de más de 50 años y el empoderamiento y el cambio que hizo fue muy resiliente, fue como el ave fénix”, relata. “De una mujer apagada, que ya había tirado la toalla, que no esperaba encontrar trabajo, pasó a hacerse su web, su LinkedIn bien hecho, a buscar clientes y un porfolio de servicios. Fue una reinvención, un renacer de esa persona. Empezaron a brillarle los ojos”.
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