El Decalogo para terminar con la brecha digital

El número de mayores que utilizan internet ha estado en aumento, esa cifra ha alcanzado los 10 millones actuales.

Aun así, se ha hablado en numerosas ocasiones de analfabetos digitales para referirse de forma peyorativa a este colectivo, sin tener en cuenta que España es uno de los países del mundo con mayor calidad de vida y acceso a internet, también para los mayores. Frente a los estereotipos, la realidad es que más del 60% de la población mayor de 55 años está conectada a internet, para casos como realizar operaciones bancarias y consultar las redes sociales; comprar productos –sobre todo para adquirir ropa y alimentación– y unirse a cursos y tutoriales online.

Sin embargo, la brecha digital también es un hecho ineludible que supone un problema para muchas personas, no solo mayores, que cada vez es más necesario resolver debido a la creciente digitalización de la sociedad. Para los más vulnerables supone quedar excluidos de muchas oportunidades que ofrece la tecnología actualmente.

La brecha digital aumenta con la edad, y se acentúa a partir de los 65 años en temas como la realización de operaciones bancarias a través de internet (39%), la compra por internet (27%), o la utilización de redes sociales (30%). Y tiene consecuencias directas, como son un aumento de la desconfianza por parte de los mayores, aislamiento y mayor vulnerabilidad

En esta lucha para acabar con la brecha digital, las asociaciones de mayores se encuentran al frente, dando voz y representando las necesidades de un colectivo que supone casi el 20% de la población.

Las 10 reclamaciones de los mayores para acabar con la brecha digital:

  1. Oferta de formación generalizada

La formación se presenta como una de las principales cuestiones a resolver, ya que es desde aquí desde donde se debe partir para acabar con esa brecha digital y favorecer que todos puedan utilizar las tecnologías de forma eficiente.

Esto supone además tener en cuenta que no es lo mismo hablar de personas mayores de 55 años, mayores de 65 o mayores de 80. La utilización de las tecnologías es fundamental hoy en día, sin embargo, «para las personas mayores jóvenes es mucho más fácil que para los más mayores muy mayores», explica a su vez Juan Manuel Martínez, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA)

. Por tanto, se trata de ofrecer formación enfocada y dirigida, para poder llegar a esos «más mayores, que son los que más complicado lo tienen», y poder enseñarles el uso de las tecnologías «desde cero» si es necesario y «a todo aquel que lo necesite».

  1. Garantizar el acceso a la formación

La formación de poco servirá si a un gran número de personas no les llega, oferta como tal hay, lo que se necesita es que esa oferta de formación llegue, y le llegue a todos.

Hay brecha digital porque no se llega al colectivo que no domina las tecnologías, no tienen acceso y las instituciones públicas no se preocupan. Nos referimos especialmente al colectivo de personas mayores que quedan aisladas en las zonas rurales, incluso en las ciudades. Esto es una pescadilla que se muerde la cola: al estar aisladas, no se llega a ellas, y como no se llega a ellas, se quedan aisladas. Por lo tanto, lo primero de todo es hacer una labor de investigación para saber quién está aislado, contactar con esas personas; y después no tratarnos como tontos, no hacer las cosas por la otra persona sino enseñarle a hacerlo.

«Sería necesario que los gobiernos garanticen la accesibilidad en cualquier punto de la geografía española», añade el director de la Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC), Vicente Pérez.

  1. Simplificar y hacer herramientas más amigables

Junto a esa necesidad de ofrecer formación y conseguir que sea accesible para todos, es necesario trabajar para que los programas, herramientas y plataformas utilizadas sean más amigables, en todos los sentidos.

Las tecnologías cada vez son más avanzadas y los procesos resultan a veces complicados incluso para quienes las manejan  de forma habitual.

Diseñar los dispositivos, aplicaciones y servicios pensando solo en nativos digitales acaba resultando un problema, por lo que desde CONFEMAC señalan la necesidad de, primero, «simplificar los procedimientos»; y segundo, «tener en cuenta que no todas las personas tienen la misma facilidad».

  1. Que lo digital no sea una obligación

La digitalización de la sociedad es cada vez mayor, sin embargo, Vicente critica el hecho de que se «imponga, como si de una dictadura se tratase», y pide que se «deje abierta la posibilidad de atender a personas con dificultades para integrarse en el uso».

Esto lleva a una situación muy común que se da, por ejemplo, con la firma electrónica, ya que en muchas ocasiones resulta imprescindible para realizar ciertas gestiones. «Hay muchas personas, no solo mayores, que no la tienen», señala.

  1. Diseñar para el cien por cien de la población

Cada vez más se busca mejorar las tecnologías con modelos nuevos, mejores, más rápidos y eficientes. No obstante, en esa carrera por conseguir la tecnología más avanzada y moderna se olvida la importancia de diseñarla para que sea accesible para el cien por cien de la población, no solo para la mayoría.

  1. Hablar con personas, no con robots

Con el avance de la tecnología muchos procesos se han modernizado hasta tal punto que incluso algunas llamadas telefónicas son atendidas directamente por robots que hacen elegir opciones sobre la marcha con el objetivo de agilizar procesos. Sin embargo, estos métodos a veces resultan confusos y nada útiles, llevando a que muchas personas prefieran no realizar la llamada por la dificultad que conlleva.

En este sentido, desde CONFEMAC reclaman que «se deje abierta siempre la opción de hablar con una persona». Y en la misma línea, desde FATEC (asociación de personas mayores de Cataluña) sugieren complementar los servicios digitales con «una buena atención telefónica con un número gratuito».

  1. Gestor del mayor en todos los bancos

Los bancos han sido los primeros en recibir la llamada de atención por parte de los mayores por la discriminación que estaban sufriendo en su atención. Como tal, han sido los primeros en tomar medidas para intentar solucionar la exclusión financiera y la brecha digital que estaban viviendo. Sin embargo, aún quedan muchas formas en las que poder mejorar esa atención, y una de ellas es «que todos los bancos tengan un gestor para la persona mayor en todas y cada una de las oficinas para que ayude a los mayores con la interacción con el banco», reclaman desde FATEC.

  1. Creación de modelos estándar

FATEC considera necesario a su vez crear modelos estándar de obligada utilización, por páginas de acceso a aplicaciones por los distintos canales: ordenador, tableta, teléfono, otros. «El diseño y contenidos serán realizados de acuerdo en las preferencias de los usuarios, no en función de los requerimientos de los técnicos de sistemas, y se harán en lenguaje amigable por los usuarios», explican.

  1. Canal de información y ayuda

La necesidad de que los sistemas y procesos digitales sean apoyados por una persona que facilite ayuda cuando el uso de lo digital no sea cómodo ni resulte útil se hace evidente, sobre todo cuando hablamos de personas que no están acostumbradas a ellos. En este sentido, se reclama también, respecto a la información y el apoyo, que todas las páginas de acceso tengan un canal de información y ayuda, fácilmente accesible para los casos de mal funcionamiento de los sistemas bien por problemas técnicos o por dificultades de manipulación por parte de los usuarios.

Así como facilitar sistemas de apoyo de fácil acceso, para los casos en que existen dificultades en la utilización de los canales o herramientas, ya sea por problemas de funcionamiento en el propio canal o por dificultades del usuario en su utilización.

  1. Que se cumpla lo prometido

Las primeras medidas para paliar la brecha digital que sufren los mayores ya se han puesto en marcha desde que la iniciativa de Carlos San Juan pusiera el foco en la exclusión financiera que afecta a los mayores, una llamada de atención que ha servido para que en otros ámbitos también se lleven a cabo modificaciones para ser más inclusivos. Se han prometido cambios, sin embargo, las principales reclamaciones de los mayores en cuanto a la brecha digital siguen siendo sobre la banca porque no se ha hecho absolutamente nada: los grandes bancos siguen igual; hay una normativa para atender preferentemente a las personas mayores, pero se incumple mayoritariamente.

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