LA VOZ DEL PAPA: NOS INVITA A LOS BAUTIZADOS A VIVIR COMO HIJOS DE LA LUZ

En 2017 el  IV domingo de Cuaresma fue  también el  26 de Marzo, de plena actualidad os traemos seis años después la voz del Papa.

 “Los creyentes se hacen ciegos cuando desconocen a Cristo y se confían en «pequeñas luces» y viven en oscuridad.”

El Papa Francisco dedicó su mensaje previo al rezo de Ángelus del pasado domingo 26 de marzo  de 2017 a reflexionar sobre el relato evangélico de la curación del ciego de nacimiento y la manifestación de Cristo como luz del mundo.

«El ciego de nacimiento representa a cada uno de nosotros, que hemos sido creados para conocer a Dios, pero que por causa del pecado somos como ciegos, tenemos necesidad de una luz nueva», explicó; «todos tenemos necesidad de una luz nueva: aquella de la fe, que Jesús nos ha donado».

«Este episodio nos induce a reflexionar sobre nuestra fe, nuestra fe en Cristo, el Hijo de Dios, y al mismo tiempo se refiere también al Bautismo, que es el primer Sacramento de la fe», agregó el Pontífice.

Los creyentes se hacen ciegos cuando desconocen a Cristo y se confían en «pequeñas luces» y viven en oscuridad. Como el ciego que recibe la sanación, «también nosotros hemos sido ‘iluminados’ por Cristo en el Bautismo, y por lo tanto estamos llamados a comportarnos como hijos de la luz. Y comportarnos como hijos de la luz exige un cambio radical de mentalidad, una capacidad de juzgar hombres y cosas según otra escala de valores, que viene de Dios».

Entre los cambios necesarios para los bautizados, el Papa recordó la fe en Jesucristo, en su capacidad para transformar el corazón y la vida de los creyentes y la disposición de ver la realidad a la luz de Dios, desde una perspectiva distinta a la meramente material y humana.

«Significa ante todo abandonar las luces falsas: la luz fría y fatua del prejuicio contra los otros», comentó el Pontífice, quien rechazó el hablar mal de los demás y el juzgar sin misericordia.

«Otra luz falsa, porque es seductora y ambigua, es aquella del interés personal: si evaluamos a hombres y cosas en base al criterio de nuestra conveniencia, de nuestra satisfacción, de nuestro prestigio, no actuamos con la verdad en las relaciones y en las situaciones».

«Que la Virgen Santa, que fue la primera en acoger a Jesús, luz del mundo, nos obtenga la gracia de acoger de nuevo en esta Cuaresma la luz de la fe, redescubriendo el don inestimable del Bautismo, que todos hemos recibido», concluyó. «Y que esta nueva iluminación se transforme, nos transforme en las actitudes y en las acciones, para ser también nosotros, a partir de nuestra pobreza, de nuestras pequeñeces, portadores de un rayo de la luz de Cristo».