COOPERATIVAS DE ATENCIÓN DOMICILIARIA: UNA SOLUCIÓN INNOVADORA A LA CRISIS DE CUIDADORES

Un nuevo estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en Estados Unidos sugiere que las cooperativas de atención domiciliaria pueden ser la clave para aliviar la escasez de cuidadores remunerados de estadounidenses mayores.

La investigación, publicada en la revista JAMA Network Open, revela que los participantes en cooperativas experimentan mayor respeto, control, apoyo laboral y remuneración que sus contrapartes en servicios de atención tradicionales.

Estos factores podrían explicar cómo las cooperativas han logrado tasas de rotación de personal que son la mitad de las de las agencias tradicionales, que se caracterizan por una alta rotación de personal y una alta insatisfacción laboral.

El doctor Geoffrey Gusoff, profesor adjunto de medicina familiar en la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA y autor principal del estudio, considera que millones de adultos mayores carecerán del apoyo que necesitan para envejecer de forma segura en casa a menos que se desarrollen nuevas estrategias y se cambien las políticas para retener y reclutar a los cuidadores.

Para él, estas cooperativas de atención dmiciliaria representan un «enfoque innovador» para solucionar el problema de falta de cuidadores y «mejorar la calidad y la retención de estos» para satisfacer la cada vez mayor demanda.

Cuatro factores que determinan una mejor calidad laboral

Los investigadores entrevistaron a 23 cuidadores domiciliarios y nueve empleados de cinco cooperativas, la mayoría de los cuales habían trabajado previamente en entornos tradicionales de cuidado remunerado. Los cuidadores domiciliarios de las cooperativas identificaron cuatro factores que contribuyeron a una mejor calidad laboral y una menor rotación de personal en comparación con los servicios de cuidado tradicionales.

En primer lugar, altos niveles de participación y control en tres áreas: atención al paciente, programación y políticas de la agencia. En segundo lugar, un sentido de comunidad, camaradería y trabajo en equipo que surge en parte de su sentido de propiedad y del apoyo que recibieron del personal y otros trabajadores de atención domiciliaria en sus equipos.

En tercer lugar, una cultura de respeto hacia los trabajadores de atención domiciliaria, que genere la percepción de que son valorados. En cuarto lugar, se detectó una mejor compensación general que incluya salarios, beneficios, como un seguro de salud, y/o participación en las ganancias, que juegan un papel crucial en la retención de los empleados.

Limitaciones de la investigación

Algunas limitaciones del estudio incluyen la posibilidad de sesgo de recuerdo o de selección cuando los participantes compararon sus experiencias en cooperativas con su empleo anterior en servicios tradicionales. Además, la inclusión únicamente de trabajadores de atención domiciliaria que hablaban inglés en el estudio y el papel potencial que otros factores, como el tamaño de la agencia, pueden desempeñar en las percepciones de los trabajadores sobre las cooperativas.

Gusoff agrega que se necesita más trabajo para identificar con más detalle las cualidades que influyen en la satisfacción laboral de los trabajadores de atención domiciliaria. «El siguiente paso es probar los factores identificados en el estudio a través de una encuesta nacional de cuidadores para cuantificar mejor el papel de cada factor en la retención, la satisfacción y la calidad de la atención de los cuidadores», concluye.

Así, las cooperativas de atención domiciliaria brindan a las personas mayores la misma asistencia para la vida diaria, como el baño, la administración de medicamentos y la preparación de comidas, que los servicios tradicionales de atención domiciliaria. A diferencia de estos servicios, las cooperativas son propiedad de los trabajadores de atención domiciliaria que los prestan, quienes también las gestionan, lo que genera una experiencia más colaborativa y un sentido de pertenencia para los participantes.

Sobre el autor: Lidia Béjar para 65 y mas

LA SANTA DE LA SEMANA: SANTA CATALINA DE SIENA

Fue el día de la Anunciación de la Virgen y Domingo de Ramos de 1347. La Iglesia y Siena, con cánticos y ramos de olivo, daban la bienvenida a la niña Catalina, que veía la luz de este mundo en una casa de la calle de los Tintoreros, en el barrio de Fontebranda.

A Catalina y a su hermana gemela Giovanna les habían precedido ya otros veintidós hermanos y les siguió otro, en el hogar cristiano y sencillo de Giacomo Benincasa y Lapa de Puccio del Piangenti.

Del padre, tintorero de pieles, parece haber heredado Catalina la bondad de corazón, la caridad, la dulzura inagotable, y de la madre, mujer laboriosa y enérgica, la firmeza y la decisión.

Catalina, niña, era alegre, bulliciosa, vivaracha; su encanto la hacía un poco el centro del cariño del amplio círculo familiar y de las amistades. A sus cinco o seis años tuvo su primera experiencia de lo sobrenatural —una visión en el valle Piatta— que marcó una huella definitiva en su vida y la dejó orientada hacia Dios. «A partir de esta hora pareció dejar de ser niña», cuenta uno de sus biógrafos. Comprendió la vida de los que se habían entregado a la santidad y sintió nacer en sí unos irresistibles deseos de imitarlos.

Se volvió más reservada, más juiciosa; buscaba más la soledad para tratar a solas con Dios. Ante un altar de la Virgen tomó la resolución de no querer nunca por esposo a nadie más que a Jesucristo. Pero no tendría que esperar a que llegara la madurez de su juventud para poder medir el valor y el sentido de su consagración a Dios.

Entonces, y en Italia, a los doce años, una joven tenia que empezar a preocuparse de su porvenir, y, en consecuencia, de su arreglo personal y buen parecer para agradar a los hombres. Lapa había ya casado a dos de sus hijas y pensaba que buscar el matrimonio era, al fin, como para ella había sido, la misión de toda mujer.

Hasta los quince años de Catalina duró la obstinada presión familiar. Jamás desistió ella de su primer deseo de virginidad, pero tuvo, ciertamente, una crisis en su fervor. Su vida espiritual aflojó al dejar penetrar en su alma, con una vanidad muy femenina, el deseo de complacer a las criaturas (su madre y sus hermanas) más que a Dios. La hermana Buenaventura, con más éxito que los demás, la había inducido a preocuparse de los vestidos, a teñirse el cabello, a realzar su belleza natural con el maquillaje de aquellos tiempos, casi tan completo y complejo como el de los actuales. Pero esta hermana murió en un parto en el mes de agosto de 1362. Las lágrimas abundantes de Catalina no fueron solamente por la pérdida de su hermana predilecta. La vela mortecina junto a aquel cadáver hizo penetrar una luz nueva en su alma. Ella la llamaba siempre su conversión, su vuelta a Dios, su retorno a la entrega sin reservas ni resortes de ninguna clase.

La lucha familiar se exaspera en torno de Catalina, hasta convertirse en una especie de persecución tenaz que la reduce a la condición de una sirvienta y la encierra en un aislamiento que ella aprovecha para entrar en la «celda interior» del conocimiento de sí misma y del trato habitual con Dios, que ya no abandonará de por vida. Aumenta de modo casi inconcebible sus maceraciones, su ayuno, su constante vigilia, hasta agotar la exuberancia y las fuerzas corporales de que hasta entonces había gozado.

Excepcionalmente, dados sus diecisiete años, es admitida entre las hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, especie de terciarias dominicas, llamadas mantellate por el manto negro que llevaban sobre el hábito blanco ceñido por una correa. Sin abandonar el ambiente familiar, vivían con unas reglas propias bajo la dirección de una superiora y de un director, religioso dominico, y desarrollaban una extraordinaria actividad espiritual y benéfica. Eran las almas consagradas a los enfermos y a los pobres.

Sus primeros años de mantellata se caracterizan por una intensísima vida espiritual, con sus luchas que la purifican y elevan, por su caridad inexhausta e incansable mortificación interior y exterior, por una parte, y, por otra, por las elevadas y delicadísimas gracias místicas con que Dios la regala frecuentísimamente. Son casi cuatro años de vida solitaria entre combates furiosos y tentaciones sutiles, y el trato personal de inefable dulzura con Jesucristo, la Santísima Virgen, los santos.

El recogimiento, arrobado a veces, con que oraba, el llanto incontenible, a pesar de las prohibiciones del confesor, al acercarse a comulgar, lo que empezaba a oírse de sus mortificaciones, agitó inevitablemente la marea del ambiente de una ciudad religiosa, con sus capillitas y sus bandos, como la Siena del 1300: celos de mujeres devotas, escepticismo de frailes y sacerdotes, los doctos que opinan de la ignorancia un tanto atrevida, según ellos, de la hija del tintorero Benincasa, los corrillos de vecinas en el barrio, en el típico lavadero de Fontebranda, los rumores que llegan a los salones elegantes y a las tertulias acomodadas…

Y por la calleja pendiente que lleva a Fontebranda se ve descender una dama noble, un grave eclesiástico, un campanudo maestro en teología, el mozo despreocupado y libre hacia la tintorería para hablar con Catalina, que contaba apenas unos veinte años. Tomás de la Fuente, entonces su confesor, la había autorizado para ello. Su vibrante angustia materna por las almas la obligaba a darse siempre que se la pudiese necesitar. Son los albores de una fecunda maternidad espiritual, que no iba a limitarse a los senos misteriosos de la intimidad del Cuerpo Místico; son los primeros contactos de una nueva gran familia que nace.

Iba a empezar para esta criatura enferma y frágil el portento de una actividad múltiple de apostolado, de acción política y diplomática en favor de la Iglesia. Dios la iba preparando para esta misión con sus gracias y sus pruebas. Le hacía ahondar incesantemente en la consideración de la propia «nada» frente al «Ser» de Dios, base de toda su vida espiritual. La admirable vida activa que llevaría a cabo por voluntad de Dios hasta el día de su muerte necesitaba una no menos admirable intensidad de vida interior. Pero en Catalina la actividad y el recogimiento jamás entraron en colisión ni se desarrollaron en doloroso contrapunto, como en la mayor parte de las almas. Eran dos modos externamente distintos, internamente idénticos, de amor a Dios, de darse a Dios, de vivir su entrega de modo eficaz y práctico.

En el umbral de su vida pública de apostolado y de acción pacificadora entre las potencias terrenas se verifica su místico desposorio con Jesús, del que, como testimonio perenne, guardará en su dedo, hasta la muerte, una alianza imperceptible a todos los demás.

En mayo de 1374 se reunía en Florencia, en la capilla llamada «de los españoles», el Capítulo general de la Orden de Predicadores. Por la responsabilidad que a la Orden podía caberle, tratándose de una terciaria, el Capítulo asumió la tarea del examen del espíritu de Catalina Benincasa. Lo aprobó y le señaló como confesor y director al hombre sabio, prudente, fervoroso que era Raimundo de Capua. Por Raimundo de Capua, elegido al poco de morir Catalina maestro general de la Orden, conocemos, con riquísima abundancia de detalles, la vida, las virtudes, las gracias místicas y las actividades de la que fue su hija y maestra al mismo tiempo.

La terrible peste negra que ha pasado a la historia como la gran mortandad y en la que pereció más de la tercera parte de la ciudad de Siena, ofreció a Catalina y a Raimundo de Capua y demás «caterinatos», a su retorno de Florencia, una nueva oportunidad para el heroísmo en su amor al prójimo.

Luego las ciudades de Pisa, donde —entre otros prodigios– recibió los estigmas invisibles de la Pasión; Lucca, cuya alianza con Florencia en la lucha contra el Papa trató de impedir a toda costa, y de nuevo Pisa y Siena fueron el escenario del vivir virtuoso y del apostolado de la Santa.

Movida por su implacable anhelo de servicio de la Iglesia y rogada por la ciudad de Florencia, que se hallaba castigada con la pena del entredicho por su rebeldía contra el Papa, Catalina emprende en la primavera de 1376 su viaje a la corte pontificia de Aviñón. Estaba íntimamente convencida de que la presencia del Romano Pontífice en su Sede de Roma tenía que contribuir grandemente a la reforma de las costumbres, a la sazón muy relajadas en los fieles, en los religiosos y en el clero alto y bajo, y a la pacificación del hervidero de luchas enconadas de las pequeñas repúblicas que formaban el mosaico político de Italia entre sí y de buena parte de ellas con el poder temporal de la Santa Sede.

Con la humilde y sumisa intrepidez con que antes y en otras ocasiones había dirigido sus cartas al sucesor de Pedro, le habló personalmente en esta ocasión. Aquella terciaria de veintinueve años no tenía más razones que las razones de Dios, Gregorio XI, de carácter débil y fluctuante, decidió, por fin, abandonar Aviñón y volver a Roma el 13 de septiembre de aquel mismo año.

Al año siguiente una misión de paz lleva a Catalina al castillo de Roca de Tentennano, en la Val D’orcia. La acompañan algunos frailes, entre ellos su director fray Raimundo de Capua, algunos discípulos y mantellate. Apacigua los miembros de las familias de los señores del Valle y su estancia allí se convierte en una singular y fecundísima misión pública.

Mientras tanto, la situación política de Florencia se había ido agravando desde los últimos meses. Los florentinos exasperados se habían rebelado contra el entredicho pontificio y habían celebrado insolentemente solemnidades religiosas en la plaza de la Señoría. El Papa manda a Catalina a Florencia. En una de las sublevaciones populares la Santa se ve amenazada de muerte. En medio de las negociaciones, Gregorio XI es sucedido por Urbano VI, al que la Santa escribe cartas que son un puro clamor de angustia, una súplica instante. Llega, por fin, la paz entre la ciudad de Florencia y la Santa Sede, pero poco después empieza a verificarse uno de los más amargos vaticinios de Catalina: el cisma de Occidente, con su antipapa, cisma al que abrieron las puertas, más que el carácter áspero y duro de Urbano VI, la ambición de unos gobiernos y la relajación y poco espíritu de los cardenales de la Corte pontificia.

De retorno a Siena, sumida el alma en la amargura indecible de los males que agobian a la Santa Iglesia, Catalina se engolfa en la contemplación de la Misericordia y de la Providencia y vuelca su alma de fuego, toda la luminosa experiencia del conocimiento de Dios y de sí misma, todo el ardor de su anhelo por el bien de la Santa Iglesia, en las páginas de este libro incomparable, que la contiene y resume a toda ella, que es el Diálogo de la Divina Providencia.

Las páginas vivas, palpitantes, del Diálogo contienen el grito inenarrable que compendia toda la existencia y la misión de Catalina, dirigido a Dios: «Por tu gloria, Señor, salva al mundo». Santa Catalina escribió en él no lo que sabia, sino lo que vivía, lo que era, recogiendo una serie de experiencias místicas que se habrían perdido definitivamente para nosotros si, de modo providencial, no hubieran encontrado el eco cálido en las páginas del Diálogo. Con la misma fuerza captamos en ellas la respuesta divina en una promesa de misericordia sobre el hombre y la Santa Iglesia y en la enseñanza de los caminos por los que el hombre hallará su salvación.

En octubre de 1378 había terminado el dictado del mismo a tres de sus discípulos, que la servían también de secretarios para su abundante correspondencia. Hasta nosotros han llegado casi 400 cartas, vivo retrato de su alma excepcional, eco apasionado en su mayor parte, de sus objetivos: la reforma y la cruzada para la reconquista de los Santos Lugares,

El Papa la quiere, en estas horas luctuosas, junto a sí, en Roma. En la Ciudad Eterna lleva a cabo una ardiente campaña en favor del verdadero papa Urbano VI. Habla en Consistorio a los cardenales, sigue escribiendo cartas a las personas de mayor influencia, llama junto a sí a las más relevantes personalidades, por su santidad, que había en Italia. Su visión es clara, irreductible: los males de la Iglesia no tienen más remedio que una inundación de santidad en los miembros de la jerarquía y en el pueblo fiel. No por esto deja de estar presente y de trabajar infatigable entre los partidarios de uno y de otro Papa.

En los primeros meses del año 1380 —último de su existencia terrena— la vida de Catalina parece una pequeña llama inquieta que apenas puede ser ya contenida por la fragilidad del cuerpo que se desmorona. Pero mientras viva será un holocausto por la Santa Iglesia. Ella misma había escrito antes: «Si muero, sabed que muero de pasión por la Iglesia». «Cerca de las nueve —dice en una emocionante carta a su director—, cuando salgo de oír misa, veríais andar una muerta camino de San Pedro y entrar de nuevo a trabajar en la nave de la Santa Iglesia. Allí me estoy hasta cerca de la hora de vísperas. No quisiera moverme de allí ni de día ni de noche, hasta ver a este pueblo sumiso y afianzado en la obediencia de su Padre, el Papa». Allí, arrodillada, en un éxtasis de sufrimiento interior y de súplica, se siente aplastada por el peso de la navicella, la nave de la Iglesia, que Dios le hace sentir gravitar sobre sus hombros frágiles de pobre mujer. «Catalina —escribía otro de sus discípulos— era como una mansa mula que sin resistencia llevaba el peso de los pecados de la Iglesia, como en su juventud había llevado desde la puerta de la casa hasta el granero los pesados sacos de trigo.»

Cerca de la iglesia y del convento de los padres dominicos de Santa María de la Minerva, en la Vía di Papa, tenía durante su estancia en Roma su humilde habitación. Dicta sus últimas cartas-testamento, desbordantes de ternura y de firmeza, con su habitual visión sobrenatural de todas las cosas. Interrumpe reiteradamente su dictado, con un suspiro hondo: «Pequé, Señor; compadécete de mí», o con el grito anhelante de amor a Jesucristo crucificado que había consumido toda su existencia: «Sangre, sangre».

Rodeada de muchos de sus discípulos y seguidores, consumida hasta el agotamiento y el dolor por la enfermedad, ofrendaba el supremo holocausto de una vida consagrada íntegramente a Dios y a la Santa Iglesia. Con las palabras de Jesús: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu», radiante su cara de luz inusitada, inclinó suavemente la cabeza y entregó su alma a Dios, en la plenitud del estallido de la primavera romana. Era el 29 de abril, domingo antes de la Ascensión del Señor del año 1380.

La Santa Madre Iglesia, con el sello de su autoridad, avaló el prodigio de santidad de la humilde hija del tintorero de Siena, por boca de su vicario Pío II, al canonizarla solemnemente en la festividad de San Pedro y San Pablo del año 1461.

Fuente: Santopedia

CATEQUESIS PAPA FRANCISCO. II. LA VIDA DE JESÚS. LOS ENCUENTROS. 4. EL HOMBRE RICO. JESÚS «LO MIRÓ CON AMOR» (MC 10,21)

Hoy nos detenemos en otro de los encuentros de Jesús narrados en los Evangelios. Esta vez, sin embargo, la persona que encuentra no tiene nombre. El evangelista Marcos la presenta simplemente como «un hombre» (10,17). Se trata de un hombre que desde joven ha observado los mandamientos, pero que, a pesar de ello, aún no ha encontrado el sentido de su vida. Lo está buscando. Quizá es alguien que no se ha decidido del todo, a pesar de parecer una persona comprometida. De hecho, más allá de las cosas que hacemos, de los sacrificios o de los éxitos, lo que realmente importa para ser feliz es lo que llevamos en el corazón. Si un barco debe zarpar y dejar el puerto para navegar en alta mar, aunque sea un barco maravilloso, con una tripulación excepcional, si no leva los lastres y las anclas que lo mantienen sujeto, nunca podrá partir. Este hombre se construyó un barco de lujo, ¡pero se quedó en el puerto!

Mientras Jesús va por el camino, este hombre corre a su encuentro, se arrodilla ante Él y le pregunta: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?» (v. 17). Observemos los verbos: «¿Qué debo hacer para tener en herencia la vida eterna?». Como la observancia de la ley no le ha dado la felicidad y la seguridad de ser salvado, se dirige al maestro Jesús. Lo que llama la atención es que este hombre no conoce el vocabulario de la gratuidad. Todo parece debido. Todo es una obligación. La vida eterna es para él una herencia, algo que se obtiene por derecho, a través de una meticulosa observancia de los compromisos. Pero en una vida vivida así, aunque ciertamente a fin de bien, ¿qué espacio puede tener el amor?

Como siempre, Jesús va más allá de las apariencias. Si por un lado este hombre pone ante Jesús su buen currículum, Jesús va más allá y mira en su interior. El verbo que usa Marcos es muy significativo: «lo miró con amor» (v. 21). Precisamente porque Jesús mira en el interior de cada uno de nosotros, nos ama tal como somos realmente. ¿Qué habrá visto, de hecho, en el interior de esta persona? ¿Qué ve Jesús cuando mira en nuestro interior y nos ama, a pesar de nuestras distracciones y nuestros pecados? Ve nuestra fragilidad, pero también nuestro deseo de ser amados tal como somos.

Mirándolo en su interior – dice el Evangelio – «lo miró con amor» (v. 21). Jesús ama este hombre antes de haberle dirigido la invitación a seguirlo. Lo ama tal como es. El amor de Jesús es gratuito: exactamente lo contrario de la lógica del mérito que atormentaba a esta persona. Somos realmente felices cuando nos damos cuenta de que somos amados así, gratuitamente, por gracia. Y esto también vale en las relaciones entre nosotros: mientras intentemos comprar el amor o mendigar afecto, esas relaciones nunca harán que nos sintamos felices.

La propuesta que Jesús le hace a este hombre es cambiar su forma de vivir y de relacionarse con Dios. Jesús reconoce que, dentro de él, como en todos nosotros, hay algo que falta. Es el deseo que llevamos en el corazón de ser queridos. Hay una herida que nos pertenece como seres humanos, la herida a través de la cual puede pasar el amor.

Para llenar este vacío no hay que «comprar» reconocimiento, afecto, consideración; en cambio, hay que «vender» todo lo que nos pesa, para liberar nuestro corazón. No sirve de nada seguir quedándonos con las cosas, sino más bien dar a los pobres, poner a disposición, compartir.

Finalmente, Jesús invita a este hombre a no quedarse solo. Lo invita a seguirlo, a estar dentro de un vínculo, a vivir una relación. Solo así, de hecho, será posible salir del anonimato. Podemos escuchar nuestro nombre solo dentro de una relación, en la que alguien nos llama. Si nos quedamos solos, nunca oiremos pronunciar nuestro nombre y seguiremos siendo «alguien», anónimos. Quizá hoy, precisamente porque vivimos en una cultura de autosuficiencia e individualismo, nos descubrimos más infelices, porque ya no oímos pronunciar nuestro nombre por alguien que nos quiere gratuitamente.

Este hombre no acoge la invitación de Jesús y se queda solo, porque los lastres de su vida lo retienen en el puerto. La tristeza es la señal de que no ha logrado partir. A veces pensamos que son riquezas y, en cambio, son solo pesos que nos están bloqueando. La esperanza es que esta persona, como cada uno de nosotros, tarde o temprano pueda cambiar y decidir ir a alta mar.

Hermanas y hermanos, encomendemos al Corazón de Jesús a todas las personas tristes e indecisas, para que puedan sentir la mirada de amor del Señor, que se conmueve al mirar con ternura dentro de nosotros.

Fuente: The Holy See

DIOS HA DADO LA RAZÓN A JESÚS

No es la cruz lo que explica la vida, las palabras y obras de Jesús de Nazaret. Es la vida, las palabras y las obras de Jesús lo que explica que terminara crucificado, condenado por las autoridades religiosas y civiles, ante la indiferencia del pueblo. Lo que fue la vida de Jesús es lo que explica su muerte. Tampoco es la resurrección de Jesús lo que explica su vida, sus palabras y obras. Lo que fue la vida y la muerte de Jesús es lo que permite comprender lo que pudo ocurrir tras su muerte. La vida de Jesús estuvo marcada por una idea de Dios, un Dios que ama en toda circunstancia, busca la oveja perdida, acoge a los pecadores, se solidariza con pobres y enfermos, se enfrenta a prácticas religiosas que abruman al ser humano. Lo que pudo ocurrir tras su muerte es una consecuencia de lo que Dios es, del Dios que le habitaba y que él anunciaba.

En aquel ambiente cultural y religioso, del que participaban también las y los discípulos de Jesús, hablar de resurrección de un muerto no tenía que sorprender demasiado. Pues bastantes corrientes teológicas de la época creían en la resurrección de los muertos. Pero las mujeres y los apóstoles no anunciaron simplemente la resurrección de Jesús, sino que a “este Jesús” Dios la había resucitado: “a este Jesús Nazareno, al que vosotros habéis crucificado, Dios le ha resucitado de entre los muertos”. A este que vosotros habéis rechazado y condenado, Dios le ha dado la razón, resucitándolo de entre los muertos. Lo sorprendente no era el hecho de una resurrección. Lo sorprendente era que Dios, al resucitar a Jesús, daba la razón a Jesús, se la quitaba a sus asesinos y se acreditaba como el Dios que Jesús había anunciado.

Los discípulos vivieron la muerte de Jesús como un fracaso y una derrota. Aquel en el que habían creído, en quién habían visto realizadas sus esperanzas, aquel que se había puesto al lado de los humildes para entregarles a Dios, un Dios que descalificaba al que anunciaban los escribas, los sacerdotes y los doctores de la ley, había perdido, había sido vencido. Quizás Dios era como decían los más fuertes, los que había matado a Jesús, puesto que siempre ganaban. La esperanza de las seguidoras y los seguidores de Jesús había muerto. En la medida en que Jesús se había identificado con una cierta idea de Dios, su muerte era la muerte de esta idea de Dios.

Pero de pronto experimentaron que estaba vivo. Entonces comprendieron del todo a su persona y a su mensaje. Y tuvieron el valor de anunciar que, si estaba vivo, eso significaba que su mensaje era el bueno, que Dios le había dado la razón, que las autoridades se habían equivocado. Y, por tanto, su camino era el que Dios aprobaba. Y que, en su seguimiento, era posible hacer que Dios se hiciera presente en quienes le seguían. Y si Dios se hacía presente en ellos, entonces era posible, en otras circunstancias, hacer presente a Dios en quienes les escuchaban. En otras circunstancias, claro, porque Jesús ya no estaba en la tierra. Estaba con Dios. Pero desde allí seguía animando a los suyos, infundiéndoles su Espíritu, acompañándoles en la misión. El Reino de Dios había llegado con Jesús y llegaba con todos los que se identificaban con Jesús.

Martín Gelabert – Blog Nihil Obstat

ENLACES A LOS ESCRITOS DEL SANTO PADRE

Francisco nos ha dejado  numerosos escritos en sus años de pontificado,

Enciclicas:

Lo puedes consultar en:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals.index.html

Exhortaciones Apostólicas:

Lo puedes consultar en: https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations.index.html

Escritos para el Ángelus, que puedes consultar en:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/angelus.index.html#angelus

Las Audiencias, puedes consultarlas en:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences.index.html#audiences

La Bula para el jubileo 2025, puedes leerla en: https://www.vatican.va/content/francesco/es/bulls.index.html

Las Cartas, que puedes leer en: https://www.vatican.va/content/francesco/es/letters.index.html#letters

Cartas Apostólicas, que puedes consultar en:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters.index.html

Constituciones Apostólicas, haciendo clic en el siguiente enlace

https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters.index.html

Numerosos discursos, que puedes consultar en el siguiente enlace:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches.index.html#speeches

Todas sus homilías en el siguiente enlace

https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies.index.html#homilies

Los Mensajes del Santo Padre, en este enlace

https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages.index.html#messages

Los escritos en forma Motu propio

https://www.vatican.va/content/francesco/es/motu_proprio.index.html

Las oraciones

https://www.vatican.va/content/francesco/es/prayers.index.html

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LOS VIAJES DEL SANTO PADRE

En sus once años de pontificado,  Francisco ha realizado 47 viajes fuera de Italia y ha visitado 66 países.

El viaje más largo del pontificado de Francisco tuvo lugar del 2 al 13 de septiembre de 2024 y le llevó a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur

Pocas semanas después, del 26 al 29 de septiembre, visitó Luxemburgo y Bélgica.

Benedicto XVI visitó 23 países en 24 viajes en ocho años. Juan Pablo II estuvo en 129 países en 104 visitas pastorales durante los 25 años de su pontificado. Pablo VI fue el primer papa en salir de Italia desde 1809; en 15 años, realizó 9 viajes pastorales visitando 19 países.

Francisco ha repetido tres destinos: Grecia: en abril de 20216 visitó la Isla de Lesbos y en diciembre de 2021 volvió al país, en el viaje apostólico que le llevó a Chipre y Grecia. Hungría, que visitó en septiembre de 2021 para clausurar el 52º Congreso Eucarístico Internacional en Budapest, y adonde volvió a viajar en 2023. Y Portugal, donde estuvo en mayo de 2017, en el centenario de las apariciones de Fátima, y en 2023 en la JMJ de Lisboa.

También ha estado en Francia tres veces, pero el Papa insiste en que no fueron viajes a un país, si no a lugares concretos: al Parlamento Europeo de Estrasburgo (2014), a Marsella (2023) y a Ajaccio, Córcega (2024).

El primer viaje del papa Francisco fuera de Italia lo realizó apenas cuatro meses después de ser elegido Papa: fue a Brasil, donde participó en la JMJ de Río de Janeiro junto a casi 4 millones de jóvenes de todo el mundo.

Casi todos los años ha realizado uno o dos viajes antes del verano, uno o dos en los meses de verano, otro viaje en septiembre y otro en noviembre.

El año que más visitas apostólicas realizó es 2019 (11 países en 7 viajes).

En 2020, el Papa no pudo visitar ningún país, debido a la pandemia de COVID-19.

Con la visita de 2024 a Papúa Nueva Guinea, Francisco ha estado en todos los continentes.

El continente donde ha realizado más viajes es Europa, 20 veces; en Asia ha estado 14 veces; en América Latina y el Caribe 7 veces; en África 4 veces; ha estado 2 veces en América del Norte; y 1 vez en Oceanía.

En 2023 viajó a República Democrática del Congo y Sudán del Sur; a Hungría; a Portugal para participar en la JMJ de Lisboa; a Mongolia; y a Marsella (Francia), para clausurar los Encuentros del Mediterráneo. [LEER MÁS: Viajes del papa Francisco en 2023]

El último viaje apostólico ha sido, de momento, a la francesa isla de Córcega, a Ajaccio, para clausurar el Congreso ‘La Religiosité Populaire en Méditerranée’, el 15 de diciembre de 2024.

Viajes del papa Francisco en 2024

Países: Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Fecha: 2-13 de septiembre de 2024

Países: Luxemburgo y Bélgica. Fecha: 26-29 de septiembre de 2024

País: Ajaccio (Córcega, Francia).Fecha: 15 de diciembre de 2024

Viajes del papa Francisco en 2023

Países: República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Fecha: 31 de enero-5 de febrero de 2023.

País: Hungría. Fecha: 28-30 de abril de 2023.

País: Portugal. Fecha: 2-6 de agosto de 2023.

País: Mongolia. Fecha: 31 de agosto-4 de septiembre de 2023.

País: Marsella (Francia). Fecha: 23-24 de septiembre de 2023.

Viajes del papa Francisco en 2022

País: Malta. Fecha: 2-3 de abril de 2022.

País: Canadá. Fecha: 24-30 de julio de 2022.

País: Kazajistán. Fecha: 13-15 de septiembre de 2022.

País: Bahrein. Fecha: 3-6 de noviembre de 2022.

Viajes del papa Francisco en 2021

País: Irak. Fecha: 5-8 de marzo de 2021.

Países: Hungría y Eslovaquia. Fecha: 12-15 de septiembre de 2021. Motivo: Clausura del 52º Congreso Eucarístico Internacional en Budapest.

Países: Chipre y Grecia. Fecha: 2-6 de diciembre de 2021.

Viajes del papa Francisco en 2019

País: Panamá. Fecha: 23-28 de enero de 2019.Motivo: 34ª Jornada Mundial de la Juventud.

País: Emiratos Árabes Unidos. Fecha: 3-5 de febrero de 2019.

País: Marruecos. Fecha: 30-31 de marzo de 2019.

Países: Bulgaria y Macedonia del Norte. Fecha: 5-7 de mayo de 2019.

País: Rumanía. Fecha: 31 de mayo-2 de junio de 2019.

Países: Mozambique, Madagascar y Mauricio. Fecha: 4-10 de septiembre de 2019.

Países: Tailandia y Japón. Fecha: 19-26 de noviembre de 2019.

Viajes del papa Francisco en 2018

Países: Chile y Perú. Fecha: 15-22 de enero de 2018.

País: Ginebra (Suiza). Fecha: 21 de junio de 2018.

Motivo: Peregrinación ecuménica.

País: Irlanda. Fecha: 25-26 de agosto de 2018.

Motivo: Encuentro Mundial de las Familias en Dublín.

Países: Países Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania). Fecha: 22-25 de septiembre de 2018.

Viajes del papa Francisco en 2017

País: Egipto. Fecha: 28-29 de abril de 2017.

País: Portugal. Fecha: 12-13 de mayo de 2017.

Motivo: Peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Fátima, en el centenario de las Apariciones de la Virgen María en Cova da Iria.

País: Colombia. Fecha: 6-11 de septiembre de 2017.

Países: Myanmar y Bangladesh. Fecha: 26 de noviembre-2 de diciembre de 2017.

Viajes del papa Francisco en 2016

País: México. Fecha: 12-18 de febrero de 2016.

País: Lesbos (Grecia). Fecha: 16 de abril de 2016.

País: Armenia. Fecha: 24-26 de junio de 2016.

País: Polonia. Fecha: 27-31 de julio de 2016.

Motivo: 31ª JMJ de Cracovia.

Países: Georgia y Azerbaiyán. Fecha: 30 de septiembre-2 de octubre de 2016.

País: Suecia. Fecha: 31 de octubre-1 de noviembre de 2016.

Viajes del papa Francisco en 2015

Países: Sri Lanka y Filipinas. Fecha: 12-19 de enero de 2015.

País: Bosnia y Herzegovina. Fecha: 6 de junio de 2015.

Países: Ecuador, Bolivia y Paraguay. Fecha: 5-13 de julio de 2015.

Países: Cuba y Estados Unidos. Fecha: 19-28 de septiembre de 2015.

Países: Kenia, Uganda y República Centroafricana. Fecha: 25-30 de noviembre de 2015.

Viajes del papa Francisco en 2014

País: Tierra Santa (Jordania, Palestina e Israel). Fecha: 22-24 de mayo de 2014.

País: Corea del Sur. Fecha: 13-18 de agosto de 2014.

Motivo: VI Jornada de la Juventud Asiática.

País: Albania. Fecha: 21 de septiembre de 2014.

País: Estrasburgo (Francia). Fecha: 25 de noviembre de 2014.

Motivo: Visita al Parlamento Europeo y al Consejo de Europa.

País: Turquía. Fecha: 28-39 de noviembre de 2014.

Viajes del papa Francisco en 2013

País: Brasil. Fecha: 22-29 de julio de 2013.

Motivo: 28ª JMJ de Río de Janeiro.

Lo puedes ver pinchando en el siguiente enlace

https://www.vatican.va/content/francesco/es/travels.html

DOCUMENTOS: ENCÍCLICAS, EXHORTACIONES Y CARTAS APOSTÓLICAS

Desde que asumió el Papado en 2013, Francisco centró su magisterio en responder a los desafíos actuales para la Iglesia y para el mundo. Sus documentos, tanto en forma de encíclicas, exhortaciones y cartas apostólicas, homilías, nos han dejado mensajes para toda la humanidad de fe y esperanza en un mundo cada vez más dividido: la fe como luz del mundo; el anuncio del Evangelio en la sociedad actual; la defensa de la vida humana, la dignidad de las personas y la fraternidad como valores universales; cuestiones sociales; el cuidado de la creación y el amor a Jesús como fundamento de la vida cristiana, son algunos temas relevantes en ellos.

Estos son los principales documentos del magisterio del papa Francisco durante sus once años de Pontificado:

Encíclicas

Cuatro Encíclicas:

Lumen Fidei (29 de junio de 2013)

Sobre «la luz de la fe».

La primera Encíclica de Francisco, Lumen Fidei, que significa «La luz de la fe», fue iniciada por Benedicto XVI antes de su renuncia y completada por Francisco. En ella se unen las reflexiones de ambos Pontífices sobre la importancia de la fe como una luz que orienta la vida. «Es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pues cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo. Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre», explica el papa Francisco en ella.

Laudato si’ (24 de mayo de 2015)

Sobre el cuidado de la Casa común.

Francisco publicó Laudato Si’ , una Encíclica que lleva como subtítulo: «El cuidado de nuestra casa común» y que se desarrolla en torno al concepto de ecología integral, como paradigma capaz de articular las relaciones fundamentales de la persona: con Dios, consigo misma, con los demás seres humanos y con la creación. Aborda cuestiones medioambientales, poniendo siempre a la persona en el centro. La encíclica toma su nombre de la invocación de san Francisco, «Laudato si’, mi Signore» (Alabado seas, mi Señor), como cantaba san Francisco de Asís.

Fratelli tutti (3 de octubre de 2020)

Sobre al fraternidad y la amistad social.

Francisco firmó en Asís su tercera Encíclica, Fratelli tutti (Hermanos todos), sobre la fraternidad y la amistad social. El Santo Padre quiso ofrecer a Dios este nuevo documento sobre la tumba de San Francisco, en quien se inspiró, como ya hizo en su anterior encíclica,  Laudato si‘. Solo a través del amor a los demás podemos superar los grandes desafíos de nuestro tiempo. «Los signos de los tiempos muestran claramente que la fraternidad humana y el cuidado de la creación son el único camino hacia el desarrollo integral y la paz como ya indicaron los santos papas Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II».

Dilexit nos (24 de octubre de 2024)

Sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo.

Su última Encíclica, Dilexit nos, que significa Nos amó, gira en torno a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Invita a confiar en el amor misericordioso de Jesús y a renovar la devoción al Sagrado Corazón, como fundamento de la vida cristiana. En ella indica que para expresar el amor de Jesucristo suele usarse el símbolo del corazón. «Necesitamos recuperar la importancia del corazón para dar sentido a nuestra vida. El corazón abierto de Cristo nos precede y nos espera sin condiciones», recuerda en ese documento.

Exhortaciones Apostólicas

Siete Exhortaciones:

El papa Francisco ha escrito siete Exhortaciones Apostólicas, en las que se dirige a todos los fieles con temas como la santidad, el anuncio del evangelio, la importancia de la fe, la alegría o la familia.

En su primera Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, en noviembre de 2013, el Papa Francisco habla sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual. De este modo, trata temas como la alegría del Evangelio, el bien común y la paz mundial, el diálogo entre diferentes religiones o la misión de cada persona. En el 2016, publicó Amoris laetitia, en la que recuerda la importancia del amor en la familia y la necesidad de evangelizar desde ella. Otra de ellas, la Exhortación Apostólica Gaudete et exsultate fue firmada por el Santo Padre 19 de marzo, solemnidad de San José, en el año 2018, sobre la llamada a la santidad en el mundo actual.

Finalmente, destacamos también la última “C’est la confiance”, dedicada a la confianza en el amor misericordioso de Dios, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Santa Teresita del NIño Jesús  y de la Santa Faz-del Carmelo de Lisieux- reconociendo el tesoro espiritual de su “caminito espiritual”: «Es la confianza la que nos permite poner en las manos de Dios lo que sólo Él puede hacer»

“C’est la confiance”: Exhortación Apostólica sobre la confianza en el amor misericordioso de Dios con motivo del 150° aniversario del nacimiento de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz (15 de octubre de 2023)

Laudate Deum: Exhortación Apostólica a todas las personas de buena voluntad, sobre la crisis climática (4 de octubre de 2023)

Querida Amazonia: Exhortación apostólica postsinodal al pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad (2 de febrero de 2020)

Christus vivit: Exhortación apostólica postsinodal a los jóvenes y a todo el Pueblo de Dios (25 de marzo de 2019)

Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018)

Amoris laetitia: Exhortación Apostólica sobre el amor en la familia (19 de marzo de 2016)

Evangelii Gaudium: Exhortación Apostólica sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual (24 de noviembre de 2013)

Cartas apostólicas:

El papa Francisco ha publicado 12 Cartas Apostólicas y 57 en forma de «Motu proprio». Destacamos:

Carta apostólica en forma de Motu proprio «Vos estis lux mundi» («Vosotros sois la luz del mundo») (Texto actualizado) (25 de marzo de 2023)

Carta apostólica Desiderio desideravi sobre la formación litúrgica del pueblo de Dios (29 de junio de 2022)

Praedicate Evangelium sobre la Curia romana y su servicio a la Iglesia en el mundo (19 de marzo de 2022)

Pascite Gregem Dei con la que se reforma el libro VI del Código de Derecho Canónico (23 de mayo de 2021)

Carta Apostólica en forma de «Motu Proprio» Antiquum ministerium con la que se instituye el Ministerio de Catequista (10 de mayo 2021)

Carta apostólica Patris corde con motivo del 150 aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia universal (8 de diciembre de 2020)

Episcopalis communio, sobre el Sínodo de los Obispos (15 de septiembre de 2018)

Vultum Dei quaerere, sobre la vida contemplativa femenina (29 de junio de 2016)

BIOGRAFÍA

(17 de diciembre de 1936 – 21 de abril de 2025). In memoriam.

Fechas claves

Nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936.

Ordenado sacerdote en la Compañía de Jesús el 13 de diciembre de 1969.

Obispo auxiliar de Buenos Aires el 20 de mayo de 1992.

Arzobispo coadjutor de Buenos Aires el 3 de junio de 1997.

Arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.

Creado y proclamado cardenal en el consistorio del 21 de febrero de 2001.

Fue elegido Papa en el cónclave de 2013.

Elección al Pontificado: 13 de marzo

Solemne inicio del Pontificado como Pastor universal de la Iglesia: 19 de marzo.

Lema para su Pontificado: Miserando atque eligendo (el mismo que eligió como obispo)

Fallece el 21 de abril de 2025.

Biografía completa

Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires (Argentina) el 17 de diciembre de 1936.

Realizó estudios de química y después entró en el Seminario Villa de Voto el 11 de marzo de 1958. El 11 de marzo de 1958 ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús. Completó los estudios en humanidades en Chile en 1963. De vuelta a Buenos Aires obtuvo la Licenciatura en el Colegio Mayor San José.

Recibió la ordenación sacerdotal en la Compañía de Jesús el 13 de diciembre de 1969

El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal. Prosiguió la preparación en la Compañía de 1970 a 1971 en Alcalá de Henares (Madrid) y en 1973 emitió la profesión perpetua.

Fue maestro de novicios en Villa Barilari, San Miguel, entre 1972 y 1973. También fue profesor en la Facultad de Teología, Consultor de la Provincia y rector del colegio mayor, entre otros cargos.

El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años. En marzo de 1986 se traslada a Alemania donde concluyó su tesis doctoral; entonces, sus superiores lo destinaron al Colegio del Salvador, desde donde pasó a la Iglesia de la Compañía en la Ciudad de Córdoba como director espiritual y confesor.

Obispo auxiliar de Buenos Aires el 20 de mayo de 1992

El 20 de mayo de 1992 Juan Pablo II le nombra obispo y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio de ese mismo año recibe en la catedral la ordenación episcopal. Como lema elige Miserando atque eligendo y en el escudo incluye el cristograma ihs, símbolo de la Compañía de Jesús.

El 21 de diciembre de 1993 es nombrado vicario general de la archidiócesis. El 3 de junio de 1997 fue nombrado arzobispo coadjutor de Buenos Aires.

Arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998

El 28 de febrero de 1998 es nombrado Arzobispo de Buenos Aires, primado de Argentina. El 6 de noviembre de ese año fue nombrado Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en Argentina.

Fue Gran Canciller de la Universidad Católica de Argentina.

Creado cardenal por Juan Pablo II en 2001

Es creado cardenal por Juan Pablo II en el Consistorio del 21 de febrero de 2001.

En octubre de 2001 es nombrado relator general adjunto para la décima asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicada al ministerio episcopal.

En 2005 es elegido presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, cargo que ostenta hasta el 2008. En abril de 2005 participa en el cónclave en el que es elegido Benedicto XVI.

Por otro lado, en enero de 2006 impartió en Madrid los ejercicios espirituales a los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Española.

Hasta el inicio de la sede vacante era miembro de las Congregaciones para el Culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el Clero, para los Institutos de Vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina.

El 13 de marzo de 2013 es elegido Papa, tras la renuncia de Benedicto XVI

El 13 de marzo de 2013 el cardenal Jorge Mario Bergoglio, hasta entonces arzobispo de Buenos Aires, fue elegido Papa. Tras la renuncia de Benedicto XVI, Francisco fue elegido en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave.

Adoptó el nombre de Francisco, en recuerdo agradecido de aquel gran santo popular y reformador de la Iglesia. Se convirtió, así, en el primer Papa americano y jesuita de la historia y el 266 Papa de la Iglesia Católica.

El día 19 de marzo de 2013, festividad de san José, celebró la santa misa de inicio de su Pontificado.

Después de acompañar a los fieles católicos durante algo más de 12 años de Pontificado, fallece el 21 de abril de 2025, Lunes de Pascua.

 

EL COORDINADOR DE CASTILLA LA MANCHA, JOSE ANTONIO VAQUERIZO, PREGONERO DE SEMANA SANTA

Nuestro compañero José Antonio Vaquerizo, proclamó el Pregón de Semana Santa en la Hermandad del  Santísimo Cristo de la Vega en Toledo el pasado 14 de abril.

Un hermoso pregón lleno de emoción que publicamos para vuestro disfrute.

«Buenas tardes, gracias por vuestra presencia este día tan especial en que subimos a nuestro amado Santísimo Cristo de la Vega en Vía Crucis a la Catedral Primada, iglesia madre. Gracias a los miembros de las Cofradías y Hermandades que nos acompañan, a D. Juan Miguel y a D, Sebastián, consiliario de esta hermandad; gracias de corazón a la junta directiva por haber pensado en mí y concederme el privilegio de compartir con vosotros  mi testimonio como miembro de la Hermandad y como cristiano, gracias a todos los hermanos presentes

No esperéis el pregón de un intelectual, esperad, más bien, el pregón de un enamorado de Jesús, que  acompañado de esta imagen del Stmo. Cristo de la Vega, siendo miembro de la Hermandad desde niño, va buscando el rostro Dios desde joven.

Es un honor poder dirigirme a los miembros de la Hermandad donde llevo tantos años ayudando a que el amor por el Cristo, por Cristo, perdure, así como la tradición de venerarle con nuestras oraciones y visitas se mantenga en el tiempo a través de los años.

Nací en Madrid, y cuando tenía un año o a punto de cumplirlo, mi familia, por motivo del trabajo de mi padre vinimos a Toledo, tengo que decir que mis padres eran toledanos. Nos instalamos aquí en este barrio, en el paseo del Cristo de la Vega, muy cerca de esta Basílica, con muy buenos recuerdos de vecinos y amigos con los que aun mantengo amistad. Mi madre, a la que estoy muy agradecido de haber sembrado en mí la semilla de la fe y el  amor a Jesús, enseguida me hizo hermano del Cristo, aún conservo un diploma que entonces la junta directiva entregaba a los niños que se daban de alta como nuevos hermanos. Pero fue cuando yo tenía 17 o 18 años que mi madre me pidió que la acompañase a una asamblea que en aquellos años se celebraba en un bar frente al Hotel Alfonso VI. Allí estaban Paco González, José Luis González, Miguel Jimeno, Antonio Moreno, Jesús Fermosel, Flores y algunos miembros más que conformaban la Junta Directiva; debí hacer algún comentario o sugerencia y me propusieron formar parte de la junta como vocal y este fue el comienzo. Años más tarde Jesús, que ostentaba la responsabilidad de tesorero, dejó la Junta por un problema de salud de su esposa; en aquel momento yo trabajaba en una entidad financiera, la extinta Caja de Toledo, y por esa circunstancia me propusieron ser el nuevo tesorero. Acepté .

Pasaron varios años y quedó vacante el cargo de Vice-Hermano Mayor. Paco me lo propuso, volví a aceptar. Como veis, soy fácil de convencer. Ya en el año 2010 Paco, dejó por edad la actividad en la Hermandad y fui elegido Hermano Mayor, cargo que desempeñé con sumo gusto e intensa dedicación hasta 2015, fecha en la que, por un lado, al disponer de menos de tiempo y, por otro, ante la necesidad de buscar (y encontrar) nuevas formas de vivir mi compromiso creyente dentro de la iglesia, decidí pasar el testigo. Despues de pasar por Caritas ( migraciones) , asumí desde entonces el acompañamiento espiritual a los mayores en Vida Ascendente; otro regalo que el buen Dios me ha hecho en la vida.

Han sido años de mucha actividad y entrega por parte de todos; somos una Hermandad exigente, empezamos en enero o febrero a preparar la Semana Santa y terminamos casi en la Solemnidad del Corpus Christi, después de celebrar nuestros tradicionales y devotos Reviernes, en los que damos culto a nuestro Santísimo Cristo de la Vega; estamos obligados como miembros de esta Hermandad y como toledanos a seguir con esta preciosa y arraigada tradición.

Como bien sabéis, en todos estos años cada junta aportó sus ideas, su saber hacer y su trabajo. Se han hecho muchas cosas que los límites del tiempo de este acto hacen imposible enumerar. Me permito resaltar, a riesgo de dejarme algunas, como más importantes las siguientes:

– La ejecución de la carroza en el taller de Salinas; una autentica obra de arte que sufragamos todos los hermanos con nuestras aportaciones generosas; el realce de nuestra imagen y de la procesión ha sido extraordinario.

– Un momento muy importante fue la celebración en el año 2004 del 75º aniversario de la Refundación de la Hermandad; se celebraron actos culturales como conciertos, charlas… Y, por supuesto, la Eucaristía Solemne en la Catedral con la procesión extraordinaria, entre otros.

– La restauración del Cristo, que hace que podamos ver actualmente la imagen en este magnífico estado. Aquí tengo yo una espina clavada:  me hubiese gustado datar la imagen, se nos dice que es copia de la imagen que fue quemada en la Guerra de la Independencia a principios del siglo XIX, pero en mi opinión la cabeza, la original, que se conserva en el convento de San Antonio es más barroca y nuestra imagen actual es gótica o neogótica, espero que algún día podamos poner fecha a su realización. Tarea pendiente para equipos posteriores.

– No me gustaría terminar este capítulo sin hablar de un hecho de gran importancia a mi juicio del que este año se cumple el 25 aniversario. Allá por el 2001 el sector más joven de la Junta Directiva propuso llevar al Cristo en la Procesión del Jueves al Viernes Santo en andas a hombros por miembros voluntarios de la hermandad. La idea en un principio no fue muy bien  acogida pero ante la insistencia y aceptando alguna condición el sector menos joven dio el visto bueno, yo creo que pensaban que no duraría muchos años nuestra osadía.

El tiempo pasa muy deprisa y llevamos 25 años “con el Cristo a cuestas” por las calles de nuestra preciosa ciudad, ofreciendo al Señor nuestro sacrificio en esa noche penitencial junto a los penitentes encapuchados y la banda. Es cierto que los primeros años fueron muy duros, solo éramos 22, no había relevos y aún conservo un recorte de periódico que titulaba “Épica salida a hombros del Cristo de la Vega” (¿contar lo de Murcia?)

-Creo que también aquel año inauguramos la banda, que tan magníficamente contribuyó a dar solemnidad a la procesión.

Como decía, desde mi punto de vista, estas tres cosas:  procesionar con el Cristo en andas, la nueva carroza y la banda de música han contribuido a realzar el paso y dar más solemnidad a la procesión. Hay que tener en cuenta que somos una de las hermandades más queridas de la ciudad y nuestro Cristo de la Vega, fiel a su historia, a la tradición que atesora y su profundo significado religioso merece ser llevado y acompañado con toda dignidad y majestuosidad,  solemnemente, consciente, como soy, del sacrificio y sufrimiento que esto conlleva.

Sería injusto y desagradecido no recordar a personas que nos ayudaron y que hoy ya no están entre nosotros. Con emoción especial recuerdo a Tinín, nuestro primer capataz, hombre de iglesia, solidario, trabajador, de la cofradía del Cristo del Descendimiento, en colaboración y ayuda mutua durante años, él nos enseñó todo lo que necesitábamos para poder llevar a cabo esta importante tarea, solo estuvo con nosotros dos años, ya que falleció en un trágico accidente. Seguro que ya está en presencia del Señor. No me olvido de otros costaleros y hermanos que nos han ido dejando, recientemente Reinaldo, otro hombre bueno. Para todos los hermanos que, con mayor o menor protagonismo han formado paste de esta hermandad y ya partieron a la casa del Padre, nuestra gratitud, nuestro recuerdo emocionado y nuestra oración esperanzada.

La realización desde hace unos años de este Via Crucis que hoy llevamos a cabo ha contribuido, de manera notable e importante, no solo a dar religiosidad a la Hermandad sino tambien a la Semana Santa de Toledo teniendo como colofón el precioso encuentro con el Cristo Cautivo.

No me quiero olvidar del Capitulo de Caballeros del Cristo Redentor que cada año y durante décadas nos reciben el Viernes Santo en el atrio de Santo Domingo para  cantarnos el miserere antes de seguir camino a nuestra Basílica.

Deseo que el encuentro con la Virgen del Carmen, que este año reanudamos perdure también en el tiempo.

Pero no somos solamente historia y tradición. Somos una realidad religiosa y de fe que está viva, en este lugar y en este tiempo; por eso ha sido también muy importante la renovación que la hermandad ha tenido y seguirá teniendo. Son muchos los jóvenes y  no tan jóvenes que, como costaleros o miembros de la banda, están hoy o han estado en el pasado con nosotros que bajan a rezar y saludar al Cristo, que traen a sus hijos, amigos y familiares.

¡¡¡No dejéis de hacerlo!!! ¡¡¡Jesús, nuestro Cristo, siempre está esperándonos!!!

No me olvido del coro. Después de varios intentos infructuosos, por fin tenemos un coro consolidado que anima y realza las celebraciones con sus canciones. Dan solemnidad a los actos de culto y nos ayudan a entrar en oración.

Dado el tiempo disponible, no abordaré cuestiones técnicas sobre arquitectura, monumentos o historia, pero sí quiero destacar la singularidad de este lugar en el que nos encontramos con unas pinceladas

Desde tiempos de romanos y visigodos, este espacio ha sido un cementerio. Muy cerca de aquí, se erigieron palacios visigodos donde se celebraron los históricos Concilios de Toledo, fundamentales en la historia política y religiosa de lo que hoy conocemos como España. Fue en este lugar donde Recaredo se convirtió al catolicismo en el siglo VI, y donde, según la tradición, fueron enterrados SantaLeocadia (siglo III) y San Ildefonso (siglo VII), patronos de la ciudad. Todo ello hace de este enclave un espacio sagrado, que debemos preservar, respetar y valorar con la dignidad que merece.

Ya en aquella época existían edificaciones en la zona, aunque la actual Basílica fue construida o remodelada en el siglo XIII por Alfonso X el Sabio, presentando el característico estilo mudéjar. Posteriormente, en la década de 1930, el Cardenal Segura encargó la construcción del monumento del Sagrado Corazón de Jesús, siguiendo un estilo neomudéjar.

Asimismo, es importante recordar la trayectoria histórica de nuestra hermandad. Se encuentra documentada su existencia desde el siglo XVII, aunque la imagen del Cristo ya estaba presente en el siglo XVI. Además, la celebración de los Reviernes está atestiguada en documentos de los siglos XVI y XIX, lo que refuerza la relevancia y continuidad de nuestras tradiciones a lo largo del tiempo.

Perdonadme ahora algo de atrevimiento por mi parte. No debe darnos reparo participar en los actos que convoca la Hermandad; mucho menos procesionar. A las hermandades y cofradías se nos tacha en algunas ocasiones, tanto fuera como dentro de la Iglesia, de ser “folclore”. Algo habremos hecho mal para dar esa imagen. Sin embargo, yo pienso que no es así o, al menos, no debería serlo. Cuando salimos a la calle con nuestros pasos estamos dando testimonio de nuestra fe, quienes ven pasar la procesión elevan los ojos al Cristo para admirar su belleza, derramar una lágrima o elevar una oración. Estoy convencido de que muchos no creyentes solo tienen esta oportunidad a lo largo del año, y nosotros llevamos a Cristo, somos sus portadores, se lo acercamos. ¡Qué hermosa tarea! ¡qué gran responsabilidad! Por eso tenemos que ahondar más en el espíritu religioso de lo que hacemos, nuestra forma de hacer las cosas ha de ser expresión de nuestra fe: desfilar en silencio, en oración callada aunque cueste. Se trata de una noche penitencial en la que ofrecemos al Señor nuestro sufrimiento y cansancio, con la confianza de que Él también nos lleva y sostiene durante la procesión y durante la vida.

Mirad: Tenemos una imagen preciosa y muy especial

Quiero hablaros lo que a mí me transmite esta imagen, más allá de contar las leyendas a que ha dado lugar, sobradamente conocidas por todos.

Se trata de una imagen serena que transmite paz y me invita a la oración y la lectura de la Palabra, a acercarme a Jesús, a ponerme en movimiento; atrae para conocerle a Él mismo y  su mensaje, la buena noticia del Reino de Dios; invita a pasar a la acción, que es servicio a los demás, especialmente a los empobrecidos.

Su brazo desprendido es en realidad una alegoría de su vida y de lo que es ser hermano del Santísimo Cristo de la Vega. Lo extiende porque nos quiere abrazar y quiere ser abrazado por todos y cada uno de nosotros.

Con él nos dice “ven yo soy el Camino” para llegar al Padre, junto a su madre, la Virgen María.

De este brazo brotan las gracias que necesitamos para nuestra salvación; pedidle que seamos buenas discípulos, que vivamos y proclamemos el Evangelio, que amemos a Dios, al prójimo, actuando con la misma misericordia que el Señor actua con nosotros, siendo generosos  sobre todo, como decia anteriormente, con los necesitados y vulnerables

 A través del brazo nos envía el Espíritu Santo que nos guía y alienta a salir de nosotros mismos y caminar juntos, en comunión, a trabajar por el Reino de Dios

Este brazo desclavado es la escalera hacia el cielo, que nos dice “venid a mí benditos de mi Padre”

¡¡¡ BENDITO BRAZO     BENDITO CRISTO ¡¡¡

No me gustaría haber dado la sensación de ser un cristiano ejemplar, no lo soy y pido perdón por ello a diario. Tengo claro que soy pecador, con muchos fallos y mundano apegado a bienes materiales, que a veces pienso que no crezco en conocer y amar a Dios y a los hermanos.  Es verdad que intento hacer el bien, ayudar a los demás, con muchas limitaciones y a veces con excusas, pero procurando avanzar y mejorar cada día, esperando que el encuentro personal con Jesús mejore mi vida de fe, consciente de dónde está la meta, y que con la ayuda del Señor podré alcanzarla algún día.

 Que veamos el rostro de Jesús, nuestro Cristo de la Vega en los demás, y muy especialmente como decía antes en los pobres, enfermos y los descartados de nuestra sociedad. ya hubo santos que lo lograron y pueden ser un modelo, algunos muy recientes como San Juan Pablo II, Santa Teresa de Calcuta o Carlos Acutis de los que todos tenemos conocimiento. Y como decía un sacerdote amigo “un cristiano no debe estar parado”

Pidamos a nuestra madre la Virgen María que nos ayude a ser mejores cada día, que con la ayuda del Santísimo Cristo de la Vega transmitamos a nuestros hijos, nietos, familiares y amigos estas tradiciones que son vida, pero sobre todo nuestra fe, el Evangelio y el amor a Dios, a su hijo Jesús, a la Virgen María y a la Iglesia, de que somos miembros. “Venid todos a mi viña” nos dice el Maestro.

Envío un mensaje de apoyo y cariño a nuestros mayores, custodios de la fe; también vosotros podéis dar vuestro testimonio. Tenemos que aprender a quererlos y cuidarlos.

No dejemos de asistir a los Reviernes. Recuerdo de cuando era joven  el paseo con los puestos de aquellos caramelos tan largos, almendras garrapiñadas, juguetes o cerámica, porque, como cuentan las crónicas, los fieles bajaban en multitud por la puerta del Cambrón.

Tengamos tambien en cuenta que estamos celebrando un año jubilar, año santo, convocado por nuestro Papa Francisco que, junto a nuestro pastor diocesano, nos animan a ser, “Peregrinos de Esperanza”. Mirad, sin pretender ser profeta de calamidades, todos nos damos cuenta de que no corren buenos tiempos. Tanto a nivel mundial y nacional, parece que estamos alcanzando un horizonte incierto y viviendo en un mundo cada vez mas revuelto,( las consecuencias del innegable cambio climático, la carrera armamentística de la que formamos parte, los tambores de guerra a nivel militar y comercial, que resuenan en Gaza, Sudán, Ucrania, Congo y otros lugares más; lo que el Papa Francisco llamó hace unos años la tercera guerra mundial por partes. Al mismo tiempo, en nuestro propio país la situación social, política y económica no resulta halagüeña: las dificultades de tantos jóvenes para labrarse un futuro, empezando por el acceso a una vivienda, las situaciones de soledad no deseada, los signos de muerte que nos rodean, desde los no nacidos, pasando por las mujeres asesinadas, los obreros muertos en el trabajo, hasta la escandalosa cifra de suicidios…) No sigo. Nuestro mundo, nuestra sociedad necesitan esperanza. Y nosotros, hombres y mujeres de fe, somos también hombres y mujeres de esperanza. Hermanos del Cristo de la Vega que llevan la esperanza de Dios para los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Este Cristo crucificado son los crucificados de hoy que tienden su brazo hacia nosotros diciendo “tengo sed”; este Cristo crucificado es expresión del amor de Dios que alarga su brazo hacia nosotros y hacia la humanidad entera diciendo “venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados”.

¡Bendito brazo! ¡Bendito Cristo de la Vega!

Ya sabéis que son varios los templos y lugares donde podemos cruzar la puerta santa, signo de conversión, y ganar la indulgencia plenaria, tanto para uno mismo, como para nuestros seres queridos ya difuntos. No dejemos pasar esta gran oportunidad que nos concede Dios nuestro Padre.

Que vivamos esta Semana Santa, que no seamos meros espectadores, os invito a participar en los actos litúrgicos de la Pasion y Muerte de Jesus,  en esta Basilica o en vuestras parroquias, celebrad los sacramentos de la Reconciliacion y la Comunion en estas fechas tan señaladas, pero siempre con nuestro corazón puesto en la esperanza de la Resurreccion y la alegría de la Pascua

Me había propuesto no nombrar a personas concretas, puesto que son muchos los amigos que tengo entre vosotros y que me habéis manifestado vuestro cariño en multitud de ocasiones y me habéis ayudado. Es imposible nombrar a todos sin olvidar alguno, pero permitidme que envíe un gran abrazo a los costaleros (buenos amigos) y que mencione algunas personas que han confiado en mí.

Paco, nuestro presidente honorifico, una institución en la Hermandad en la que trabajó más de 40 años como hermano mayor, hombre bueno y religioso.

Gracias nuevamente a toda la junta directiva, especialmente a Pablo y Romualdo que llevamos muchos años juntos; seguid trabajando y sirviendo a la Hermandad,   a los hermanos y a Cristo.

 Sin olvidar a otros muchos y como no, a nuestros santeros Jose y Teresa

Agradezco a Antonio  su dedicación y trabajo  y haber contado conmigo cuando ha necesitado mi ayuda, especialmente en la Junta de Cofradias

Ángel, gracias por tu dedicación, valía, buen hacer y por tu cariño

Gracias a Mª Carmen, mi mujer, por  el tiempo robado y sobre todo porque sin ella no creo  probable que hubiera sido constante en la fe y mi formación cristiana. Es tal el cariño que tenemos al Cristo  de la Vega que desde pequeñas hicimos hermanas a nuestras hijas, presentándoselas para su protección, así como al resto de familiares más allegados. Cuñados, sobrinos y amigos

Quiero recordar a los consiliarios que nos han ayudado en las celebraciones religiosas, los Vía Crucis y Eucaristías, y nos han orientado y formado en el conocimiento del Evangelio,: D. Hilario, D. Antonio Hernández-Sonseca, D. Daniel Fernández, D Luis García-Hinojosa, D. Juan Miguel Ferrer, D, Claudio, D. Juan Manuel Sierra y D, Sebastián Villalobos aquí presente. A todos ellos mi gratitud y espero que también la vuestra. Así como a l señores Deans y a todos los canónigos que nos acompañan los Reviernes y nos animan a seguir por la senda del evangelio.

Pedir disculpas por los errores cometidos y si a alguno de vosotros he fallado o no he tratado con corrección y amabilidad

Antes de terminar os leo una cita de Santa Teresa de Calcuta: No dejéis de Rezar, es el mayor poder de la tierra. No dejéis de Amar es un privilegio que nos da Dios, No dejéis de hacer Caridad es la llave del Cielo

Con un recuerdo muy especial a todos los hermanos que ya no están entre nosotros, con la esperanza gocen de la presencia del Señor y agradecido por vuestro cariño, recibid un abrazo en Cristo nuestro Señor.

¡¡¡VIVA EL CRISTO DE LA VEGA¡¡¡

                                                             

                                         José Antonio Vaquerizo Rodríguez  14 de abril 2025″

HALLAN RESTOS DE UN HUERTO EN EL SANTO SEPULCRO QUE CONFIRMAN LA PRECISIÓN DEL EVANGELIO DE SAN JUAN

Las excavaciones del Santo Sepulcro lideradas por la profesora Francesca Romana Stasolla habrían añadido un nuevo y relevante descubrimiento arqueológico estrechamente relacionado con la figura de Cristo: el huerto junto al Santo Sepulcro mencionado en el Evangelio de San Juan: «Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús» (Jn 19, 40-42).

La excavación ha tenido lugar en el Santo Sepulcro de Jerusalén y forma parte de un proyecto mayor de restauración y rehabilitación del interior del templo comenzado en 2022 y que recibió la aprobación de tres custodios principales, el Patriarcado Ortodoxo Griego, la Custodia de Tierra Santa y el Patriarcado Armenio.

Durante las excavaciones se habrían hallado restos de olivos y vides con una antigüedad de unos dos mil años, lo que coincide material, geográfica y cronológicamente con la descripción del huerto descrito por Juan.

La excavación de Stasolla también reveló una base circular de mármol bajo el edículo (el santuario que rodea la tumba), que se cree forma parte de la estructura original de Constantino, ya que las primeras representaciones de los siglos V y VI la describen como circular.

El sitio ha experimentado una transformación drástica con el tiempo. Originalmente era una cantera fuera de los muros de Jerusalén durante la época de Jesús, posteriormente se convirtió en un cementerio con tumbas excavadas en la roca, una práctica funeraria común en el antiguo Israel.

Inicialmente estuvo ubicada fuera de las murallas de la ciudad, hasta que en el siglo II d.C. fue incorporada a la ciudad. Constantino construyó posteriormente una primera iglesia que sería incendiada en el siglo VII y posteriormente atacada y gravemente dañada en época islámica, durante el periodo del califa Al-Hakim, en el siglo XI. El aspecto y estructura de la iglesia actual encontraría sus orígenes en el periodo de las cruzadas.

Según informaciones de Times of Israel, las excavaciones desvelan los intentos de crear en el mismo lugar un área cultivada, lo que también confirma el Evangelio.

Danny ‘The Digger’ Herman, guía turístico en Israel y especialista en arqueología bíblica, valora el descubrimiento del huerto como prueba de la autenticidad de los Evangelios.

“Se erigieron muros bajos de piedra y el espacio entre ellos se rellenó con tierra. Los hallazgos arqueobotánicos nos han resultado especialmente interesantes a la luz de lo que se menciona en el Evangelio de Juan, cuya información se considera escrita o recopilada por alguien familiarizado con Jerusalén en aquella época. El Evangelio menciona una zona verde entre el Calvario y la tumba, y nosotros identificamos estos campos de cultivo”, comenta la especialista.

El equipo arqueológico, bajo la supervisión de la Universidad La Sapienza, no pudo excavar toda la zona bajo el suelo de una sola vez. En su lugar, Stasolla y su equipo dividieron el área en zonas, desenterrando y excavando cada una a la vez, antes de cubrirla.

«No podemos excavar todo a la vez», explica Stasolla: «Trabajamos sección por sección, cerrando cuidadosamente cada zona para que los peregrinos puedan seguir accediendo a la iglesia, especialmente cuando se acerca la Semana Santa».

También se estaría planificando una reconstrucción multimedia de los hallazgos y estructura: “Aunque no hemos podido ver la iglesia entera excavada de un solo vistazo, las nuevas tecnologías nos permiten reconstruir el contexto general en nuestros laboratorios. Con el tiempo tendremos una reconstrucción multimedia completa del panorama completo”, declaró Stasolla.

Artículo tomado del portal de la Fundación Tierra Santa.

Fuente: Religión en Libertad