Los dogmas fundamentales de la fe católica sobre María, la “madre del Señor” (Lc 1,43), son cuatro: su virginidad, su maternidad divina, su inmaculada concepción y su gloriosa asunción.
Los dos primeros fueron proclamados en los primeros siglos del cristianismo; los dos últimos han sido definidos en la época moderna.
Los dogmas de la virginidad y la maternidad divina son eminentemente cristológicos, pues sin ellos el misterio de Cristo queda despojado de su verdad fundamental, a saber, la doble naturaleza de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Que María fuera, con todas las consecuencias, la madre biológica de Jesús es absolutamente necesario para afirmar la verdad de la encarnación: Jesús, nacido de mujer, es verdaderamente humano.
La virginidad de María es necesaria para afirmar que este hijo nacido de ella sólo tiene por Padre a Dios. La única paternidad divina de Jesús excluye que en su concepción haya intervenido un padre humano. La ausencia de padre humano tiene como consecuencia la virginidad de la madre. La virginidad y la maternidad divina de María son condicionantes necesarios del dogma cristológico, que afirma que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre.
Los dogmas de la inmaculada y de la asunción, aunque tienen una impronta cristológica, tienen también una dimensión antropológica, pues en ellos vemos realizado lo que Dios quiere para todo ser humano, a saber, que sea santo e inmaculado en su presencia por el amor (Ef 1,4) y que su salvación integre toda su realidad humana, cuerpo y alma.
Para afirmar mejor la condición divina y la función salvífica de Cristo, resulta coherente afirmar que la Virgen Madre es “llena de gracia” (Lc 1,28). Esta plenitud de gracia de María ilumina el misterio del ser humano, llamado a vivir sin pecado, a ser santo e inmaculado.
La dimensión cristológica del dogma tiene una perspectiva antropológica fundamental, tal como dice el Vaticano II: en María “la Iglesia contempla con gozo, como en una imagen purísima, aquello que ella misma, toda entera, desea y espera ser” (SC, 103).
Bien entendido, este dogma puede tener un alcance ecuménico inesperado, hasta el punto de que, como le escuché a un eminente teólogo, en una conferencia pronunciada en Valencia, la inmaculada es el dogma más luterano de la fe católica, puesto que afirma la primacía absoluta de la gracia de Dios.
En efecto, la primera bendición de Dios hacia todos y cada uno de los seres humanos es habernos elegido para ser “santos e inmaculados en su presencia por el amor, eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos” (Ef 1,4-5). “Eligiéndonos de antemano”: Dios siempre está primero frente a cualquier pretensión humana; él ama primero y ama más. Otra cosa es la respuesta que podamos dar a su amor. En el caso de María, la respuesta fue totalmente positiva, sin ningún asomo de no amor.
Por otra parte, la Asunción de María muestra el destino final de toda criatura humana, a saber, el gozo de la bienaventuranza divina. También este destino apela a la responsabilidad de cada uno, que puede o no aceptar esta meta.
Nuestro santo nació el día de la fiesta del nacimiento de la Santísima Virgen, el 8 de septiembre. Y en esa misma fecha recibió el bautismo. Y también un 8 de septiembre recibió el hábito de franciscano y en ese gran día de la Natividad de Nuestra Señora recibió la ordenación sacerdotal (en 1404). Fue pues siempre para él muy grata y muy significativa esta santa fecha.
Era muy simpático en el trato y las gentes gozaban en su compañía. Pero cuando oía a alguien que empleaba un vocabulario grosero y atrevido le corregía con toda valentía, para que abandonara esa mala costumbre.
Era muy bien parecido y un día un compañero lo incitó a cometer una acción impura. Bernardino le respondió dándole una sonora bofetada. Otro día un estudiante invitó a los compañeros del curso a cometer impurezas y Bernardino los animó a todos contra el impuro y le lanzaron barro y basura por la cara hasta hacerlo salir huyendo. Pero en el resto de su vida Bernardino fue siempre un modelo de amabilidad y bondad.
De joven se afilió a una asociación piadosa llamada «Devotos de Nuestra Señora» que se dedicaba a hacer obras de caridad con los más necesitados. Y sucedió que en el año 1400 estalló en Siena la epidemia de tifus negro. Cada día morían centenares de personas y ya nadie se atrevía a atender los enfermos ni a sepultar a los muertos, por temor a contagiarse.
Entonces Bernardino y sus compañeros de la asociación se dedicaron a atender a los apestados. Trabajaban de día y de noche. Bernardino preparaba muy bien a los que ya se iban a morir, para que murieran en paz con Dios y bien arrepentidos de sus pecados.
Y como por milagro, este grupo de jóvenes se libró del contagio de la peste del tifus. Pero cuando pasó la enfermedad, Bernardino estaba tan débil y sin alientos, que estuvo por varios meses postrado en cama, con alta fiebre. Esto le disminuyó mucho las fuerzas de su cuerpo, pero le sirvió enormemente para aumentar la santidad de su alma.
Cuando ya recobró otra vez su salud, de vez en cuando se alejaba de casa y a quienes le preguntaban a dónde se dirigía les respondía: «Voy a visitar a una personita de la cual estoy enamorado». La gente creía que era que se iba a casar, pero un día sus tías le siguieron los pasos y se dieron cuenta de que se iba a una ermita donde había una estatua de la Virgen Santísima y allí le rezaba con gran fervor.
En el año 1402 entró de religioso franciscano. Lo recibieron en un convento cercano a su familia, pero como allí iban muchos amigos a visitarlo pidió que lo enviaran a otro más alejado y donde la disciplina era muy rígida, y así en el silencio, la oración y la mortificación se fue santificando.
Los primeros 12 años de sacerdocio los pasó Bernardino casi sin ser conocido de nadie. Vivía retirado, dedicado al estudio y la oración. Dios lo estaba preparando para su futura misión.
Ni la voz ni las cualidades oratorias le ayudaban a Bernardino para tener éxito en la predicación. Entonces se dedicó a pedir a Nuestro Señor y a la Santísima. Virgen que lo capacitaran para dedicarse a evangelizar con éxito y de pronto Dios le envió a predicar. Y esto sucedió de un modo bien singular.
Durante tres días seguidos, estando rezando todos los religiosos por la mañana, de pronto un joven novicio, sin poder contenerse, interrumpió la oración y le dijo: «Hermano Bernardino: no ocultes más las cualidades que Dios te ha dado. Vete a Milán a predicar». Iguales palabras le fueron dichas cada uno de los tres días.
Todos consideraron que esto era una manifestación de la voluntad de Dios y le aconsejaron que se fuera a la gran ciudad a predicar la Cuaresma. Y los éxitos fueron impresionantes. Las multitudes empezaron a asistir en inmensas cantidades a sus sermones. Al principio le costaba mucho hacerse oír a lo lejos pero le pidió con toda fe a la Virgen Santísima y Ella le concedió una voz potente y muy sonora (en vez de la voz débil y desagradable que antes tenía).
Y desde 1418 hasta su muerte, por 26 años Bernardino recorre pueblos, ciudades y campos predicando de una manera que antes la gente no había escuchado. Se levantaba a las 4 de la mañana y durante horas y horas preparaba sus sermones.
Y el efecto de cada predicación era un entusiasmarse todos por Jesucristo y una gran conversión de pecadores. Muchísimos terminaban llorando de arrepentimiento al escuchar sus palabras. Cuando su voz potentísima gritaba en medio de la silenciosa multitud: «Temblad tierra entera, al ver que la criatura se ha atrevido a ofender a su Creador», a las gentes les parecía que el piso se movía debajo de sus pies y empezaban a llorar con gran arrepentimiento. Casi siempre tenía que predicar en las plazas y campos porque en los templos no cabía la gente que deseaba escucharle.
Recorrió todo su país (Italia) a pie, predicando. Cada día predicaba bastantes horas y varios sermones. A todos y siempre les recomendaba que se arrepintieran de sus pecados y que hicieran penitencia por su vida mala pasada. Atacaba sin compasión los vicios y las malas costumbres e invitaba con gran vehemencia a tener un intenso amor a Jesucristo y la Virgen María.
Por todas partes llevaba y repartía un estandarte con estas tres letras: JHS (Jesús, Hombre, Salvador) e invitaba a sus oyentes a sentir un gran cariño por el nombre de Jesús. Donde quiera que San Bernardino predicaba, quedaban muchos estandartes en palacios y casas con sus tres letras: JHS.
En Polonia predicó contra los juegos de azar y las gentes quemaron todos los juegos de azar que tenían. Un fabricante de naipes se quejó con el santo diciéndole que lo había dejado en la ruina, y él aconsejó: «Ahora dedíquese a imprimir estampas de Jesús». Así lo hizo y consiguió más dinero que el que había logrado conseguir imprimiendo cartas de naipe.
Los envidiosos lo acusaron ante el Papa diciendo que Bernardino recomendaba supersticiones. El Papa le prohibió predicar, pero luego lo invitó a Roma y lo examinó delante de los cardenales y quedó tan conmovido el Sumo Pontífice al oírle sus predicaciones, que le dio orden para que pudiera predicar por todas partes.
Durante 80 días predicó en Roma e hizo allí 114 sermones con enorme éxito.
El Papa quiso nombrarlo arzobispo, pero el santo no se atrevió a aceptar. Entonces lo nombraron superior de los franciscanos, porque era el que más vocaciones había conseguido para esa comunidad.
Cuando Bernardino entró en la comunidad de franciscanos observantes, solamente había en Italia 300 de estos religiosos. Cuando él murió ya había más de 4,000.
Los grandes sacrificios que tenía que hacer para predicar tantas veces y en tan distintos sitios, y los muchos ayunos y penitencias que hacía, lo fueron debilitando notoriamente. En su rostro se notaba que era un verdadero penitente, pero esta misma apariencia de austero y mortificado, le atraía más la admiración de las gentes. El único lujo que aceptó en sus últimos años, fue el de un borriquillo, para no tener que hacer a pie todos sus largos viajes.
Era tal su deseo de progresar en el arte de la elocuencia y del buen predicar, que donde quiera que sabía que había un buen predicador, se iba a escucharlo y aún ya lleno de años, se sentaba como simple discípulo para escuchar las clases de los maestros afamados que enseñaban cómo hablar bien en público.
Y acompañaba sus predicaciones con admirables milagros y prodigios.
En su ciudad natal, Siena, había muchas divisiones y peleas. Se fue allá y predicó 45 sermones que devolvieron la paz a toda esa región. Uno de los oyentes logró copiar esos sermones y se conservan como una verdadera joya de la elocuencia sagrada, donde se combinan la teología con los consejos prácticos y la agradabilidad con la profundidad. Verdaderamente Bernardino era un gran maestro de oratoria.
En 1444, mientras viajaba por los pueblos predicando, con muy poca salud pero con un inmenso entusiasmo, se sintió muy débil y al llegar al convento de los franciscanos en Aquila, murió santamente el 20 de mayo.
En su sepulcro se obraron numerosos milagros y el Papa Nicolás V ante la petición de todo el pueblo, lo declaró santo en 1450 a los 6 años de haber muerto.
El 27 de marzo, comenzaba la campaña Xtantos 2023 con el lema “Por ellos, por ti, por tantos”
La Conferencia Episcopal Española (CEE), a través del secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, pone en marcha la campaña Xtantos 2023 con el lema “Por ellos, por ti, por tantos”, que anima a marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta.
El director de este secretariado, José María Albalad, presentaba en rueda de prensa, el jueves 23 de marzo, a los protagonistas, los datos técnicos y las claves de la campaña.
La campaña comenzó el lunes, 27 de marzo, unos días antes de que los contribuyentes pudieran presentar su renta (el plazo se abrió el 11 de abril). El cierre de la campaña sí coincidirá con el final del periodo habilitado por la Agencia Tributaria, el 30 de junio, como último día para presentar la declaración de la renta.
Detrás de cada ‘X’ hay una historia, tantas como personas -con sus angustias, anhelos e ilusiones- que necesitan apoyo. La campaña Xtantos de este año presenta cinco de esas personas que en la Iglesia católica encontraron el apoyo que necesitaban en un momento de desesperación y dificultad. Fruto de ese agradecimiento, abren su corazón al mundo y cuentan su historia.
Se trata de Ruth, Ángela, Halyna, José y el padre Ramón, que representan a las más de cuatro millones de personas que la Iglesia ayuda cada año en España:
Ruth salió del infierno del maltrato gracias al “empujón” que recibió de sus amigas de la parroquia.
Ángela tiene síndrome de Down y se siente, por fin, independiente desde que vive en un piso de acogida de la Iglesia en Talavera de la Reina (Toledo).
Halyna tuvo que coger a su hija y sus dos nietos para alejarlos de las bombas en su país de origen, Ucrania. La Iglesia les ha proporcionado una nueva vida en España.
José pasó por la cárcel, por la Legión y terminó en la construcción, donde un accidente le cambió la vida. En la parroquia le dan de comer y ha encontrado una familia y un lugar donde vivir.
Ramón hoy es sacerdote, pero vivió en el mundo de las drogas hasta que a los 17 años intentó suicidarse. La fuerza para cambiar se la dio el joven sacerdote que estaba en su parroquia.
Cada una de estas historias, que ya están accesibles en la página web de portantos.es, se presenta con una realización audiovisual que potencia el relato en primera persona. En el desarrollo de esta campaña, desarrollada con el apoyo de la agencia TBWA, se han utilizado los códigos propios del lenguaje documental, que ayudan a explicar la vida de los protagonistas de la campaña sin artificios ni maquillajes, como un baño de realidad.
En los vídeos confluye la tensión narrativa y el suspenso dramático que forma parte de cada historia, pero al mismo tiempo se ofrece un canto de esperanza: cada pieza tiene una resolución, ya que se evoca con claridad quién fue esa persona en el pasado y quién es hoy, qué obstáculos tuvo y cómo los superó.
Datos técnicos de la campaña
El plan de medios se ha trabajado con la agencia Universal Media (IPG Mediabrands) y contempla una inversión de 2.777.594 euros, lo que supone un 0,87% de la cantidad recaudada en la campaña del año anterior.
Durante los próximos tres meses, Xtantos tendrá una presencia destacada con spots específicos en radio, en televisión y en formatos digitales. También en redes sociales y soportes religiosos. Además, está prevista publicidad específica dirigida a los gestores y asesores fiscales con el fin de llegar a los que hacen la declaración de la renta a los contribuyentes.
Durante la Semana Santa se hará un paréntesis en la publicidad enfocada a los medios y se acentuará en exterior, principalmente en circuitos de Renfe y en los aeropuertos. También habrá momentos en los que los rostros de la campaña se podrán ver en mupis digitales de las principales capitales de provincias españolas.
Además, se ha editado el periódico Xtantos, impreso en papel medioambientalmente sostenible, con una tirada que roza el millón de ejemplares. La mitad se van a distribuir por todas las parroquias de España, junto a 35.000 carteles, que se ofrecen en cuatro lenguas. El resto, se encartan en los principales diarios nacionales. En esta publicación se presentan los cinco testimonios, junto con entrevistas y reportajes centrados en la labor de ofrecen contenidos de interés sobre la actividad y financiación de la Iglesia.
Las claves de la campaña
Marcar la ‘X’ de la Iglesia es una decisión libre que no perjudica a nadie y no tiene coste alguno, porque ni te cobran más ni te devuelven menos. En ejercicio de democracia fiscal.
Se pueden marcar simultáneamente las casillas de la Iglesia católica y de otros fines sociales.
Es de la pocas cosas que podemos decidir sobre nuestros impuestos. Es decir, si la dejamos en blanco, es el Estado el que decide por nosotros sobre esa pequeña cantidad. Invitamos a que no se dejen las casillas en blanco.
Y que cada año se puede conocer, a través de la Memoria Anual de Actividades, en qué emplea la Iglesia sus recursos: para los no católicos o no practicantes, marcar la casilla supone también reconocer el papel que la Iglesia tiene en la sociedad española.
El Vía Lucis es el camino de la luz, del gozo y la alegría vividos con Cristo y gracias a Cristo resucitado.
Vamos a vivir con los discípulos su alegría desbordante que sabe contagiar a todos.
Vamos a dejarnos iluminar con la presencia y acción de Cristo resucitado que vive ya para siempre entre nosotros.
Vamos a dejarnos llenar por el Espíritu Santo que vivifica el alma.
Para facilitaros las cosas si deseáis orar con el vamos a exponer aquí un modo de rezar el Vía Lucis
Oración Preparatoria
Señor Jesús, con tu Resurrección triunfaste sobre la muerte y vives para siempre comunicándonos la vida, la alegría, la esperanza firme.
Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles, de las mujeres y de tus discípulos enseñándolos a amar con obras, fortalece también nuestro espíritu vacilante, para que nos entreguemos de lleno a Ti.
Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección gloriosa.
Tú que nos has abierto el camino hacia el Padre, haz que, iluminados por el Espíritu Santo, gocemos un día de la gloria eterna.
PRIMERA ESTACIÓN.
¡CRISTO VIVE!: ¡HA RESUCITADO!
En la ciudad santa, Jerusalén, la noche va dejando paso al Primer Día de la semana. Es un amanecer glorioso, de alegría desbordante, porque Cristo ha vencido definitivamente a la muerte. ¡Cristo vive! ¡Aleluya!. Del Evangelio según San Mateo 28, 1-7. (cf. Mc 16, 1-8; Lc, 24, 1-9; Jn 20, 1-2).
Comentario
En los sepulcros suele poner «aquí yace», en cambio en el de Jesús el epitafio no estaba escrito sino que lo dijeron los ángeles: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado» (Lc 24, 5-6).
Cuando todo parece que está acabado, cuando la muerte parece haber dicho la última palabra, hay que proclamar llenos de gozo que Cristo vive, porque ha resucitado. Esa es la gran noticia, la gran verdad que da consistencia a nuestra fe, que llena de una alegría desbordante nuestra vida, y que se entrega a todos: «hasta a los muertos ha sido anunciada la Buena Noticia» (1 Pe 4, 6), porque Jesús abrió las puertas del cielo a los justos que murieron antes que Él.
Cristo, que ha querido redimirnos dejándose clavar en un madero, entregándose plenamente por amor, ha vencido a la muerte. Su muerte redentora nos ha liberado del pecado, y ahora su resurrección gloriosa nos ha abierto el camino hacia el Padre.
Oración
Señor Jesús, hemos querido seguirte en los momentos difíciles de tu Pasión y Muerte, sin avergonzarnos de tu cruz redentora. Ahora queremos vivir contigo la verdadera alegría, la alegría que brota de un corazón enamorado y entregado, la alegría de la resurrección. Pero enséñanos a no huir de la cruz, porque antes del triunfo suele estar la tribulación. Y sólo tomando tu cruz podremos llenarnos de ese gozo que nunca acaba.
SEGUNDA ESTACIÓN.
EL ENCUENTRO CON MARÍA MAGDALENA.
María Magdalena, va al frente de las mujeres que se dirigen al sepulcro para terminar de embalsamar el cuerpo de Jesús. Llora su ausencia porque ama, pero Jesús no se deja ganar en generosidad y sale a su encuentro. Del Evangelio según San Juan 20, 10-18 (cf. Mc 16, 9-11; Mt 28, 9-10).
Comentario
La Magdalena ama a Jesús, con un amor limpio y grande. Su amor está hecho de fortaleza y eficacia, como el de tantas mujeres que saben hacer de él entrega. María ha buscado al Maestro y la respuesta no se ha hecho esperar: el Señor reconoce su cariño sin fisuras, y pronuncia su nombre. Cristo nos llama por nuestros nombres, personalmente, porque nos ama a cada uno. Y a veces se oculta bajo la apariencia del hortelano, o de tantos hombres o mujeres que pasan, sin que nos demos cuenta, a nuestro lado.
María Magdalena, una mujer, se va a convertir en la primera mensajera de la Resurrección: recibe el dulce encargo de anunciar a los apóstoles que Cristo ha resucitado.
Oración
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, la tradición cristiana nos dice que la primera visita de tu Hijo resucitado fue a ti, no para fortalecer tu fe, que en ningún momento había decaído, sino para compartir contigo la alegría del triunfo. Nosotros te queremos pedir que, como María Magdalena, seamos testigos y mensajeros de la Resurrección de Jesucristo, viviendo contigo el gozo de no separarnos nunca del Señor.
TERCERA ESTACIÓN.
JESÚS SE APARECE A LAS MUJERES
Las mujeres se ven desbordadas por los hechos: el sepulcro está vacío y un ángel les anuncia que Cristo vive. Y les hace un encargo: anunciadlo a los apóstoles. Pero la mayor alegría es ver a Jesús, que sale a su encuentro. Del Evangelio según San Mateo 28, 8-10.
Comentario
Las mujeres son las primeras en reaccionar ante la muerte de Jesús. Y obran con diligencia: su cariño es tan auténtico que no repara en respetos humanos, en el qué dirán. Cuando embalsamaron el cuerpo de Jesús lo tuvieron que hacer tan rápidamente que no pudieron terminar ese piadoso servicio al Maestro. Por eso, como han aprendido a querer, a hacer las cosas hasta el final, van a acabar su trabajo. Son valientes y generosas, porque aman con obras. Han echado fuera el sueño y la pereza y, antes de despuntar el día, ya se encaminan hacia el sepulcro. Hay dificultades objetivas: los soldados, la pesada piedra que cubre la estancia donde está colocado el Señor. Pero ellas no se asustan porque saben poner todo en manos de Dios.
Oración
Señor Jesús, danos la valentía de aquellas mujeres, su fortaleza interior para hacer frente a cualquier obstáculo. Que, a pesar de las dificultades, interiores o exteriores, sepamos confiar y no nos dejemos vencer por la tristeza o el desaliento, que nuestro único móvil sea el amor, el ponernos a tu servicio porque, como aquellas mujeres, y las buenas mujeres de todos los tiempos, queremos estar, desde el silencio, al servicio de los demás.
CUARTA ESTACIÓN.
LOS SOLDADOS CUSTODIAN EL SEPULCRO DE CRISTO
Para ratificar la resurrección de Cristo, Dios permitió que hubiera unos testigos especiales: los soldados puestos por los príncipes de los sacerdotes, precisamente para evitar que hubiera un engaño. Del Evangelio según San Mateo 28, 11-15.
Comentario
Los enemigos de Cristo quisieron cerciorarse de que su cuerpo no pudiera ser robado por sus discípulos y, para ello, aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y montando la guardia. Y son precisamente ellos quienes contaron lo ocurrido. Qué acertado es el comentario de un Padre de la Iglesia cuando dice a los soldados: «Si dormíais ¿por qué sabéis que lo han robado?, y si los habéis visto, ¿por qué no se lo habéis impedido?». Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.
En lugar de creer, los sumos sacerdotes y los ancianos quieren ocultar el acontecimiento de la Resurrección y, con dinero, compran a los soldados, porque la verdad no les interesa cuando es contraria a lo que ellos piensan.
Oración
Señor Jesús, danos la limpieza de corazón y la claridad de mente para reconocer la verdad. Que nunca negociemos con la ella para ocultar nuestras flaquezas, nuestra falta de entrega, que nunca sirvamos a la mentira, para sacar adelante nuestros intereses. Que te reconozcamos, Señor, como la Verdad de nuestra vida.
QUINTA ESTACIÓN.
PEDRO Y JUAN CONTEMPLAN EL SEPULCRO VACÍO
Los apóstoles han recibido con desconfianza la noticia que les han dado las mujeres. Están confusos, pero el amor puede más. Por eso Pedro y Juan se acercan al sepulcro con la rapidez de su esperanza.
Del Evangelio según San Juan 20, 3-10 (cf. Lc 24, 12).
Comentario
Pedro y Juan son los primeros apóstoles en ir al sepulcro. Han llegado corriendo, con el alma esperanzada y el corazón latiendo fuerte. Y comprueban que todo es como les han dicho las mujeres. Hasta los más pequeños detalles de cómo estaba el sudario quedan grabados en su interior, y reflejados en la Escritura. Cristo ha vencido a la muerte, y no es una vana ilusión: es un hecho de la historia, que va a cambiar la historia. Después de este hecho, el Señor saldría al encuentro de Pedro, como expresión de la delicadeza de su amor; y así, el que llegaría a ser Cabeza de los Apóstoles, y tendría que confirmarlos en la fe, recibió una visita personal de Jesús. Así nos lo cuenta Pablo y Lucas: «[Cristo] se apareció a Cefas y luego a los Doce» (1 Cor 15, 5; cf. Lc 24, 34).
Oración
Señor Jesús, también nosotros como Pedro y Juan, necesitamos encaminarnos hacia Ti, sin dejarlo para después. Por eso te pedimos ese impulso interior para responder con prontitud a lo que puedas querer de nosotros. Que sepamos escuchar a los que nos hablan en tu nombre para que corramos con esperanza a buscarte.
SEXTA ESTACIÓN.
JESÚS EN EL CENÁCULO MUESTRA SUS LLAGAS A LOS APÓSTOLES
Los discípulos están en el Cenáculo, el lugar donde fue la Última Cena. Temerosos y desesperanzados comentan los sucesos ocurridos. Es entonces cuando Jesús se presenta en medio de ellos, y el miedo da paso a la paz. Del Evangelio según San Lucas 24, 36-43 (cf. Mc 16, 14-18; Jn, 20, 19-23).
Comentario
Cristo resucitado es el mismo Jesús que nació en Belén y trabajó durante años en Nazaret, el mismo que recorrió los caminos de Palestina predicando y haciendo milagros, el mismo que lavó los pies a sus discípulos y se entregó a sus enemigos para morir en la Cruz. Jesucristo, el Señor que es verdadero Dios y hombre verdadero. Pero los apóstoles apenas pueden creerlo: están asustados, temerosos de correr su misma suerte. Es entonces cuando se presenta en medio de ellos, y les muestra sus llagas como trofeo, la señal de su victoria sobre la muerte y el pecado. Con ellas nos ha rescatado. Han sido el precio de nuestra redención. No es un fantasma. Es verdaderamente el mismo Jesús que los eligió como amigos, y ahora come con ellos. El Señor, que se ha encarnado por nosotros, nos quiere mostrar, aún más explícitamente, que la materia no es algo malo, sino que ha sido transformada porque Jesús la ha asumido.
Oración
Señor Jesús, danos la fe y la confianza para descubrirte en todo momento, incluso cuando no te esperamos. Que seas para nosotros no una figura lejana que existió en la historia, sino que, vivo y presente entre nosotros, ilumines nuestro camino en esta vida y, después, transformes nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el tuyo.
SÉPTIMA ESTACIÓN.
EN EL CAMINO DE EMAÚS
Esa misma tarde dos discípulos vuelven desilusionados a sus casas. Pero un caminante les devuelve esperanza. Sus corazones vibran de gozo con su compañía, sin embargo sólo se les abren los ojos al verlo partir el pan. Del Evangelio según San Lucas 24, 13-32
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día a una aldea llamada Emaús (…). Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo (…) Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, Él les hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron diciendo: «Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse con ellos.
Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero Él desapareció. Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»(cf. Mc 16, 12-13)
Comentario
Los de Emaús se iban tristes y desesperanzados: como tantos hombres y mujeres que ven con perplejidad cómo las cosas no salen según habían previsto. No acaban de confiar en el Señor. Sin embargo Cristo «se viste de caminante» para iluminar sus pasos decepcionados, para recuperar su esperanza. Y mientras les explica las Escrituras, su corazón, sin terminar de entender, se llena de luz, «arde» de fe, alegría y amor. Hasta que, puestos a la mesa, Jesús parte el pan y se les abren la mente y el corazón. Y descubren que era el Señor. Nosotros comprendemos con ellos que Jesús nos va acompañando en nuestro camino diario para encaminarnos a la Eucaristía: para escuchar su Palabra y compartir el Pan.
Oración
Señor Jesús, ¡cuántas veces estamos de vuelta de todo y de todos! ¡Tantas veces estamos desengañados y tristes! Ayúdanos a descubrirte en el camino de la vida, en la lectura de tu Palabra y en la celebración de la Eucaristía, donde te ofreces a nosotros como alimento cotidiano. Que siempre nos lleve a Ti, Señor, un deseo ardiente de encontrarte también en los hermanos.
OCTAVA ESTACIÓN.
JESÚS DA A LOS APÓSTOLES EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS.
Jesús se presenta ante sus discípulos. Y el temor de un primer momento da paso a la alegría. Va a ser entonces cuando el Señor les dará el poder de perdonar los pecados, de ofrecer a los hombres la misericordia de Dios. Del Evangelio según San Juan 20, 19-23 (cf. Mc 16, 14; Lc 24, 36-45).
Comentario
Los apóstoles no han terminado de entender lo que ha ocurrido en estos días, pero eso no importa ahora, porque Cristo está otra vez junto a ellos. Vuelven a vivir la intimidad del amor, la cercanía del Maestro. Las puertas están cerradas por el miedo, y Él les va a ayudar a abrir de par en par su corazón para acoger a todo hombre. Durante la Última Cena les dio el poder de renovar su entrega por amor: el poder de celebrar el sacrificio de la Eucaristía. En estos momentos, les hace partícipes de la misericordia de Dios: el poder de perdonar los pecados. Los apóstoles, y con ellos todos los sacerdotes, han acogido este regalo precioso que Dios otorga al hombre: la capacidad de volver a la amistad con Dios después de haberlo abandonado por el pecado, la reconciliación.
Oración
Señor Jesús, que sepamos descubrir en los sacerdotes otros Cristos, porque has hecho de ellos los dispensadores de los misterios de Dios. Y, cuando nos alejemos de Ti por el pecado, ayúdanos a sentir la alegría profunda de tu misericordia en el sacramento de la Penitencia. Porque la Penitencia limpia el alma, devolviéndonos tu amistad, nos reconcilia con la Iglesia y nos ofrece la paz y serenidad de conciencia para reemprender con fuerza el combate cristiano.
NOVENA ESTACIÓN.
JESÚS FORTALECE LA FE DE TOMÁS.
Tomás no estaba con los demás apóstoles en el primer encuentro con Jesús resucitado. Ellos le han contado su experiencia gozosa, pero no se ha dejado convencer. Por eso el Señor, ahora se dirige a él para confirmar su fe. Del Evangelio según San Juan 20, 26-29
Comentario
Tomás no se deja convencer por las palabras, por el testimonio de los demás apóstoles, y busca los hechos: ver y tocar. Jesús, que conoce tan íntimamente nuestro corazón, busca recuperar esa confianza que parece perdida. La fe es una gracia de Dios que nos lleva reconocerlo como Señor, que mueve nuestro corazón hacia Él, que nos abre los ojos del espíritu. La fe supera nuestras capacidades pero no es irracional, ni algo que se imponga contra nuestra libertad: es más bien una luz que ilumina nuestra existencia y nos ayuda y fortalece para reconocer la verdad y aprender a amarla. ¡Qué importante es estar pegados a Cristo, aunque no lo sintamos cerca, aunque no lo toquemos, aunque no lo veamos!
Oración
Señor Jesús, auméntanos la fe, la esperanza y el amor. Danos una fe fuerte y firme, llena de confianza. Te pedimos la humildad de creer sin ver, de esperar contra toda esperanza y de amar sin medida, con un corazón grande. Como dijiste al apóstol Tomás, queremos, aún sin ver, rendir nuestro juicio y abrazarnos con firmeza a tu palabra y al magisterio de la Iglesia que has instituido, para que tu Pueblo permanezca en la verdad que libera
.DÉCIMA ESTACIÓN.
JESÚS RESUCITADO EN EL LAGO DE GALILEA
Los apóstoles han vuelto a su trabajo: a la pesca. Durante toda la noche se han esforzado, sin conseguir nada. Desde la orilla Jesús les invita a empezar de nuevo. Y la obediencia les otorga una muchedumbre de peces. Del Evangelio según San Juan 21, 1-6a
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la rea a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor».
Comentario
En los momentos de incertidumbre, los apóstoles se unen en el trabajo con Pedro. La barca de Pedro, el pescador de Galilea, es imagen de la Iglesia, cuyos miembros, a lo largo de la historia están llamados a poner por obra el mandato del Señor: «seréis pescadores de hombres». Pero no vale únicamente el esfuerzo humano, hay que contar con el Señor, fiándonos de su palabra, y echar las redes. En las circunstancias difíciles, cuando parece que humanamente se ha puesto todo por nuestra parte, es el momento de la confianza en Dios, de la fidelidad a la Iglesia, a su doctrina. El apostolado, la extensión del Reino, es fruto de la gracia de Dios y del esfuerzo y docilidad del hombre. Pero hay que saber descubrir a Jesús en la orilla, con esa mirada que afina el amor. Y Él nos premiará con frutos abundantes.
Oración
Señor Jesús, haz que nos sintamos orgullosos de estar subidos en la barca de Pedro, en la Iglesia. Que aprendamos a amarla y respetarla como madre. Enséñanos, Señor, a apoyarnos no sólo en nosotros mismos y en nuestra actividad, sino sobre todo en Ti. Que nunca te perdamos de vista, y sigamos siempre tus indicaciones, aunque nos parezcan difíciles o absurdas, porque sólo así recogeremos frutos abundantes que serán tuyos, no nuestros.
UNDÉCIMA ESTACIÓN.
JESÚS CONFIRMA A PEDRO EN EL AMOR
Jesús ha cogido aparte a Pedro porque quiere preguntarle por su amor. Quiere ponerlo al frente de la naciente Iglesia. Pedro, pescador de Galilea, va a convertirse en el Pastor de los que siguen al Señor. Del Evangelio según San Juan 21, 15-19.
Comentario
Pedro, el impulsivo, el fogoso, queda a solas con el Señor. Y se siente avergonzado porque le ha fallado cuando más lo necesitaba. Pero Jesús no le reprocha su cobardía: el amor es más grande que todas nuestras miserias. Le lleva por el camino de renovar el amor, de recomenzar, porque nunca hay nada perdido. Las tres preguntas de Jesús son la mejor prueba de que Él sí es fiel a sus promesas, de que nunca abandona a los suyos: siempre está abierta, de par en par, la puerta de la esperanza para quien sabe amar. La respuesta de Cristo, Buen Pastor, es ponerle a él y a sus Sucesores al frente de la naciente Iglesia, para pastorear al Pueblo de Dios con la solicitud de un padre, de un maestro, de un hermano, de un servidor. Así, Pedro, el primer Papa, y luego sus sucesores son «el Siervo de los siervos de Dios».
Oración
Señor Jesús, que sepamos reaccionar antes nuestros pecados, que son traiciones a tu amistad, y volvamos a Ti respondiendo al amor con amor. Ayúdanos a estar muy unidos al sucesor de Pedro, al Santo Padre el Papa, con el apoyo eficaz que da la obediencia porque es garantía de la unidad de la Iglesia y de la fidelidad al Evangelio
.DUODÉCIMA ESTACIÓN.
LA DESPEDIDA: JESÚS ENCARGA SU MISIÓN A LOS APÓSTOLES
Antes de dejar a sus discípulos el Señor les hace el encargo apostólico: la tarea de extender el Reino de Dios por todo el mundo, de hacer llegar a todos los rincones la Buena Noticia. Del Evangelio según San Mateo 28, 16-20. cf. Lc 24, 44-48.
Comentario
Los últimos días de Jesús en la tierra junto a sus discípulos debieron quedar muy grabados en sus mentes y en sus corazones. La intimidad de la amistad se ha ido concretando con la cercanía del resucitado, que les ha ayudado a saborear estos últimos instantes con Él. Pero el Señor pone en su horizonte toda la tarea que tienen por delante: «Id al mundo entero…». Ese es su testamento: hay que ponerse en camino para llevar a todos el mensaje que han visto y oído. Están por delante las tres grandes tareas de todo apóstol, de todo cristiano: predicar, hablar de Dios para que la gente crea; bautizar, hacer que las personas lleguen a ser hijos de Dios, que celebren los sacramentos; y vivir según el Evangelio, para parecerse cada día más a Jesús, el Maestro, el Señor.
Oración
Señor Jesús, que llenaste de esperanza a los apóstoles con el dulce mandato de predicar la Buena Nueva, dilata nuestro corazón para que crezca en nosotros el deseo de llevar al mundo, a cada hombre, a todo hombre, la alegría de tu Resurrección, para que así el mundo crea, y creyendo sea transformado a tu imagen.
DECIMOTERCERA ESTACIÓN
JESÚS ASCIENDE AL CIELO
Cumplida su misión entre los hombres, Jesús asciende al cielo. Ha salido del Padre, ahora vuelve al Padre y está sentado a su derecha. Cristo glorioso está en el cielo, y desde allí habrá de venir como Juez de vivos y muertos. De los Hechos de los Apóstoles 1, 9-11 (cf. Mc 16, 19-20; Lc 24, 50-53).
Comentario
Todos se han reunido para la despedida del Maestro. Sienten el dolor de la separación, pero el Señor les ha llenado de esperanza. Una esperanza firme: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Por eso los ángeles les sacan de esos primeros instantes de desconcierto, de «mirar al cielo». Es el momento de ponerse a trabajar, de emplearse a fondo para llevar el mensaje de alegría, la Buena Noticia, hasta los confines del mundo, porque contamos con la compañía de Jesús, que no nos abandona. Y no podemos perder un instante, porque el tiempo no es nuestro, sino de Dios, para quemarlo en su servicio.
Jesucristo ha querido ir por delante de nosotros, para que vivamos con la ardiente esperanza de acompañarlo un día en su Reino. Y está sentado a la derecha del Padre, hasta que vuelva al final de los tiempos.
Oración
Señor Jesús, tu ascensión al cielo nos anuncia la gloria futura que has destinado para los que te aman. Haz, Señor, que la esperanza del cielo nos ayude a trabajar sin descanso aquí en la tierra. Que no permanezcamos nunca de brazos cruzados, sino que hagamos de nuestra vida una siembra continua de paz y de alegría.
DECIMOCUARTA ESTACIÓN
LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTÉS
La promesa firme que Jesús ha hecho a sus discípulos es la de enviarles un Consolador. Cincuenta días después de la Resurrección, el Espíritu Santo se derrama sobre la Iglesia naciente para fortalecerla, confirmarla, santificarla. De los Hechos de los Apóstoles 2, 1-4
Comentario
Jesús, el Hijo de Dios, está ya en el cielo, pero ha prometido a sus amigos que no quedarán solos. Y fiel a la promesa, el Padre, por la oración de Jesús, envía al Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Muy pegados a la Virgen, Madre de la Iglesia, reciben el Espíritu Santo. Él es el que llena de luz la mente y de fuego el corazón de los discípulos para darles la fuerza y el impulso para predicar el Reino de Dios. Queda inaugurado el «tiempo de la Iglesia». A partir de este momento la Iglesia, que somos todos los bautizados, está en peregrinación por este mundo. El Espíritu Santo la guía a lo largo de la historia de la humanidad, pero también a lo largo de la propia historia personal de cada uno, hasta que un día participemos del gozo junto a Dios en el cielo.
Oración
La promesa firme que Jesús ha hecho a sus discípulos es la de enviarles un Consolador. Cincuenta días después de la Resurrección, el Espíritu Santo se derrama sobre la Iglesia naciente para fortalecerla, confirmarla, santificarla. De los Hechos de los Apóstoles 2, 1-4
Comentario
Jesús, el Hijo de Dios, está ya en el cielo, pero ha prometido a sus amigos que no quedarán solos. Y fiel a la promesa, el Padre, por la oración de Jesús, envía al Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Muy pegados a la Virgen, Madre de la Iglesia, reciben el Espíritu Santo. Él es el que llena de luz la mente y de fuego el corazón de los discípulos para darles la fuerza y el impulso para predicar el Reino de Dios. Queda inaugurado el «tiempo de la Iglesia». A partir de este momento la Iglesia, que somos todos los bautizados, está en peregrinación por este mundo. El Espíritu Santo la guía a lo largo de la historia de la humanidad, pero también a lo largo de la propia historia personal de cada uno, hasta que un día participemos del gozo junto a Dios en el cielo.
Oración
Dios Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma, Consolador y Santificador nuestro, inflama nuestro corazón, llena de luz nuestra mente para que te tratemos cada vez más y te conozcamos mejor. Derrama sobre nosotros el fuego de tu amor para que, transformados por tu fuerza, te pongamos en la entraña de nuestro ser y de nuestro obrar, y todo lo hagamos bajo tu impulso.
ORACIÓN FINAL
Señor y Dios nuestro, fuente de alegría y de esperanza,
Hemos vivido con tu Hijo los acontecimientos de su Resurrección y Ascensión
Hasta la venida del Espíritu Santo; haz que la contemplación de estos misterios
Nos llene de tu gracia y nos capacite
para dar testimonio de Jesucristo
en medio del mundo.
Te pedimos por tu Santa Iglesia:
que sea fiel reflejo
de las huellas de Cristo en la historia y que,
Llena del Espíritu Santo,
manifieste al mundo los tesoros de tu amor,
santifique a tus fieles con los sacramentos
y haga partícipes a todos los hombres
de la resurrección eterna.
La Ascensión del Señor ocurrió 40 días después de la Pascua, lo cual este año, sería el jueves, 18 de mayo. Sin embargo, en la mayoría de las diócesis, la celebración de este día de precepto es trasladada al siguiente domingo, que es el 21 de mayo.
«Subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a, vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.» — Credo Niceno “La elevación en la Cruz significa y anuncia la elevación en la Ascensión al cielo. Es su comienzo. Jesucristo, el único Sacerdote de la Alianza nueva y eterna, ‘no penetró en un Santuario hecho por mano de hombre… sino en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios en favor nuestro’.
«En el cielo, Cristo ejerce permanentemente su sacerdocio. ‘De ahí que pueda salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor’. Como ‘Sumo Sacerdote de los bienes futuros’, es el centro y el oficiante principal de la liturgia que honra al Padre en los cielos” (Catecismo de la Iglesia Católica, núm. 662).
Fue la ascensión de Cristo lo que hizo posible el Pentecostés. “Conviene que yo me vaya, porque mientras yo no me vaya el Espíritu Santo no vendrá a vosotros”, Jesús dijo a sus discípulos (Juan 16,7). “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin de la historia” (Mateo 28,20).
Con ocasión de la Solemnidad de la Ascensión del Señor 2022 que la Iglesia Católica celebra cada año 40 días después de la Pascua, el Papa Francisco explicó cuál es el mensaje que Jesús dejó para toda la Iglesia y recordó que Cristo “no nos ha dejado solos”.
En el Vaticano, la Solemnidad de la Ascensión se celebra este jueves 18 de mayo, mientras que en la mayoría del resto de los países del mundo se celebrará el próximo Domingo 21 de mayo.
En esta línea, el Papa Francisco indicó durante la Audiencia General del miércoles 25 de Mayo de2022 que la Solemnidad de la Ascensión, ya cercana, nos recuerda que “Jesucristo ha regresado a la derecha del Padre, pero no nos ha dejado solos”.
“Desde el Cielo está cerca de nosotros de una manera nueva, porque a través del Espíritu Santo vive en nuestros corazones. Les deseo que experimenten su presencia en cada momento de sus vidas”, dijo el Papa a los fieles de lengua alemana presentes en la Plaza de San Pedro el miércoles 25 de mayo de 2022
Además, el Santo Padre explicó que en el Evangelio de San Mateo se describe que durante la Ascensión del Señor “Jesucristo, al subir al cielo, deja un mensaje y un programa para toda la Iglesia: ‘Id, pues, y sean discípulos a todas las naciones… enseñándoles a observar todo lo que les he mandado’”.
En este sentido, el Papa rezó para “que la palabra de Cristo se dé a conocer y se testimonie con alegría para que sea el ideal y el compromiso de cada uno en su respectivo estado de vida”.
Papa Francisco asegura que “Jesús no nos deja solos” tras su Ascensión al cielo
Finalmente, el Papa Francisco dijo que, si le confiamos a Jesucristo “nuestra vida, estamos seguros de hallarnos en manos de nuestro Salvador” porque “en Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nuestra humanidad ha sido llevada junto a Dios; Él nos abrió el camino y nos atrae hacia sí conduciéndonos a Dios”.
La música puede ser una aliada contra el Alzheimer. De hecho, en ella está basada la musicoterapia, que es una intervención no farmacológica. Los fármacos actualmente comercializados para tratar la enfermedad de Alzheimer no modifican el curso de la enfermedad ni frenan su progreso. No obstante, los tratamientos que reciben las personas afectadas pueden paliar algunos síntomas y mejorar su calidad de vida.
Las terapias no farmacológicas son un buen complemento a la medicación, para favorecer el bienestar de la persona afectada. Son tratamientos que pueden aportar beneficios en el ámbito de la comunicación con el entorno y ser de ayuda para el control de los trastornos en la conducta asociados a la enfermedad. La música es una de ellas.
Los efectos de la música en el cerebro
Nuestra capacidad de percibir, producir y disfrutar de la música es una característica universal, presente en todas las culturas y que nos acompaña a lo largo de la vida, desde la primera infancia hasta la vejez.
La música es una de las experiencias sensoriales, motoras, cognitivas y emocionales más potentes y diversas que un ser humano puede disfrutar. La música está muy presente en nuestro día a día y, además, activa nuestro cerebro en red. Tiene una enorme capacidad para:
– evocar recuerdos,
– regular nuestras emociones,
– proporcionar confort y
– aliviar el estrés.
La música puede energizarnos o relajarnos, puede concentrarnos o distraernos, ayudarnos a recordar o a olvidar, aislarnos del entorno o acercarnos a los demás.
En los últimos años, el impacto emocional y cognitivo de la música en las experiencias subjetivas ha recibido una creciente atención experimental y científica. Hay estudios que confirman que la música evoca emociones que influyen en nuestro sistema nervioso autónomo, estimula el funcionamiento cognitivo y activa el cerebro involucrando simultáneamente múltiples regiones.
Música y Alzheimer: ¿la música puede tener efectos positivos en las personas con Alzheimer?
Aunque hacen falta más estudios con muestras más grandes que confirmen de manera más sólida estos resultados, se apuntan evidencias positivas sobre el uso de la música en personas con Alzheimer para la estimulación de la función cognitiva, el alivio de la depresión y la mejora de la calidad de vida.
En el caso de las personas con demencia, el efecto estimulante de la música se ve particularmente potenciado si las canciones son significativas para ella y tienen una vinculación emocional con sus recuerdos y vivencias. Se trata, pues, de disponer de una selección de temas que configure la que sería “la banda sonora de su vida”: la música que escuchaba o bailaba cuando era joven o ciertas canciones vinculadas a momentos vitales felices.
La existencia de este vínculo entre la música y las emociones potenciará la evocación de los recuerdos propios y las experiencias vividas. Habrá que averiguar qué tipo de música le gustaba o qué intérpretes o canciones eran populares en su época, si hay algún género musical o cantante que le guste especialmente, si le gustaba bailar, si cantaba en algún coro o formaba parte de un grupo musical, etcétera.
La música también puede servir para potenciar las relaciones de la persona afectada con su entorno, facilitar la tarea del cuidador y ofrecer un elemento de conexión con sus familiares. Dedicar tiempo de nuestro día a día a escuchar música juntos, a cantar o a bailar puede ayudarnos a crear espacios compartidos y vínculos de unión entre la persona afectada y su cuidador, así como con los demás miembros de la familia.
“Life Soundtrack, la música de mi vida”
Estudiar los beneficios que aporta escuchar música a las personas con deterioro cognitivo ha sido el objetivo del proyecto “LifeSoundtrack, la música de mi vida”, impulsado por la Fundación Pasqual Maragall. En el marco de este proyecto, un grupo de once estudiantes de primero de bachillerato diseñaron y desarrollaron una intervención usando la música para mejorar el estado emocional y conductual de personas con Alzheimer, generando también un impacto positivo en la percepción de su calidad de vida y en la de sus familiares.
La segunda edición de este proyecto se llevó a cabo con estudiantes de tercero de ESO, en el marco de prestar servicios comunitarios en el contexto curricular académico.
En ambas ediciones, se observó cómo este proyecto sirvió para concienciar sobre los beneficios de la música en personas con Alzheimer y establecer vías de conexión entre dos generaciones, los adolescentes y la gente mayor, mediante el uso de la tecnología y la música emocionalmente vinculada a las trayectorias de vida.
Los mayores son más vulnerables de sufrir deshidratación
La necesidad de beber agua y reponer líquidos es exactamente igual en todos los periodos de la vida. Sin embargo, es cierto que, con la edad, se pierde la percepción de sed. Sencillamente, dejamos de tener de sed. Es por eso que las personas mayores son uno de los colectivos más vulnerables de sufrir deshidratación, especialmente ahora, en verano.
Cuando somos jóvenes, el organismo ‘nos avisa’ cuando estamos perdiendo líquidos a través de la sensación de sed. El sistema de regulación de la temperatura corporal y del equilibrio hidro-electrolítico encargado de detectar la pérdida y el exceso de líquidos o sales minerales, envía un mensaje al cerebro, y éste, al resto del organismo a través de esa ‘sensación de sed’.
Pero con la edad, ese sistema se ve alterado, se ralentiza y no cumple bien su función. Las personas mayores tardan mucho más tiempo en recibir esa señal y por tanto en ‘sentir sed’. En ocasiones, sencillamente, dejan de sentir la necesidad de beber, aun cuando el proceso de deshidratación ha comenzado.
Este es un problema que, según la Fundación Edad&Vida, también se produce por las dificultades de movilidad o por la presencia de otras enfermedades que pueden hacer que las personas mayores ingieran menos líquido de lo necesario. Además, “los organismos de las personas mayores tienden a perder una proporción de líquido mayor que el resto”. En general un sénior de entre 60 a 80 años tiene un 10% menos de agua sobre el total del peso corporal en comparación con una persona de 30 años.
Los mayores reconocen beber poca agua
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la European Food Safety Authority (EFSA) establecen entre dos litros y dos litros y medio, la ingesta de agua y líquidos que deberíamos tomar al día para mantener un nivel de hidratación adecuado.
Dos litros de agua son 8 vasos de agua aproximadamente. Con esta sencilla comparación, es fácil que cada uno analicemos si bebemos lo suficiente al cabo del día. El 77% de los mayores reconoce que no bebe la cantidad de líquidos que debiera, según datos de la Fundación Edad y Vida.
Beber sin esperar a tener sed
Es por ello que la comunidad médica recomienda beber sin esperar a tener sed, a lo largo de todo el día. Agua, pero también infusiones, leche, caldos, zumos, etc.
Tal y como sugiere la ‘Guía de buenas prácticas clínicas en Geriatría: alimentación, nutrición e hidratación en adultos y mayores’, de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), es «muy recomendable» comenzar el día con un vaso de agua de 200 mililitros para facilitar la motilidad intestinal; aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos y antes, durante y después de actividad física, además de elegir las bebidas en función del nivel de actividad física, temperatura ambiental, necesidades fisiológicas y estilo de vida.
El 80% del agua recomendada para un día, debe de proceder de las bebidas, incluida el agua, y un 20% de los alimentos. También es importante controlar el aporte de azúcar añadido, apostando por las variedades de bajo contenido en azúcar o sin azúcar, y aumentar el consumo de ciertos alimentos con alto contenido en agua como frutas y verduras (melón, sandía, naranja, pomelo, uva, zanahoria, pepino, etc.) que ayuden a mantener un adecuado nivel de hidratación.
Van a comer juntas todos los días y el nieto de una de ellas ha compartido el momento
La amistad de dos mujeres mayores emociona en las redes: «Juntas aunque pasen los años»
En la vida existen amistades que son prácticamente eternas. Los años pueden pasar y las personas mantienen un lazo que las une para siempre.
Amor, empatía e incondicionalidad son algunas de las características que podemos ver en este tierno vídeo de dos personas mayores que se emocionan al salir a comer juntas todos los días, a pesar de las dificultades para caminar que muestran.
El usuario de TikTok @joelillescas, nieto de una de ellas, subió el vídeo a sus redes sociales con el siguiente mensaje: “Todos los días mi abuela va a buscar a su amiga María para ir a comer juntas”.
En el vídeo se puede observar a ambas caminando lentamente por el barrio donde viven con la ayuda de un andador, y saludando a la cámara cuando se dan cuenta que están siendo grabadas por su nieto.
Luego, el mismo usuario subió otro vídeo donde se ven a ambas mujeres caminando mientras que una ayuda a la otra a subir un escalón. La publicación de ambas yendo a comer se ha vuelto viral y ya tiene casi 9 millones de reproducciones y casi 2 millones de Me Gusta.
Además, los usuarios de TikTok demostraron mucha emoción y ternura en los comentarios del vídeo. “Mi abuela y su mejor amiga se conocieron a los 15 años y estuvieron juntas hasta los 92”, «juntas aunque pasen los años», “necesito empezar a juntar dinero para comprarme una casa grande para vivir con mis amigas cuando estemos viejitas”, “mi meta en la vida es llegar así de feliz con mis amigas”, “qué majas, y además comparten vehículo”, son algunos de los comentarios que se pueden leer.
Para ver el vídeo de estas mujeres yendo juntas a comer, puedes pulsar en este enlace.
Jesús anuncia su evangelio a los pobres. Para que sean felices, no para que sufran y lo pasen mal.
Hay que decir claramente que el ideal de la vida cristiana no es la pobreza, sino el que no haya pobres, el que cada uno tenga lo que necesita.
El libro de los Hechos hace un retrato idealizado de lo que debe ser una comunidad cristiana, sin ocultar que en ella siempre hay quien no cumple el ideal. Según este retrato, entre los creyentes “no había ningún necesitado”, no había indigentes (4,34), pues “lo tenían todo en común” y repartían lo que tenían “según la necesidad de cada uno” (Hech 2,44).
El ideal de la comunidad cristiana no es la pobreza, sino el que no haya pobres, el que cada uno tenga lo que necesita. La mala economía empieza cuando algunos pretenden necesitarlo todo o, al menos, la mayor parte de lo que hay.
En la segunda carta a los corintios (8,9) podemos leer que el Señor Jesús, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.
En las sociedades capitalistas uno se enriquece empobreciendo a muchos. Jesús se empobrece para enriquecer a todos. Él nos enriquece con su propia pobreza, pues todo lo suyo es una donación. Jesús, siendo rico con la riqueza insondable de Dios, se entrega totalmente para bien de los demás.
La pobreza, vivida según el ejemplo de Cristo, es expresión de la entrega total de uno mismo, que tiene los ojos abiertos sobre las necesidades de los demás y el corazón misericordioso para socorrerlos. Es la pobreza de aquel que pone toda su confianza en Dios, y así puede anteponer los demás a uno mismo.
Los cristianos debemos esforzarnos en traducir esos principios evangélicos, de modo que el ser humano y su verdadero bien tengan la primacía en la actividad económica, así como en la organización social y política.
Como decía Benedicto XVI (Caritas in veritate, 25), “el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es la persona en su integridad”. Considerar “al ser humano como un bien de consumo, que se puede usar y lugar tirar” ha dado lugar a una economía del descarte, en la que las personas son no sólo explotadas, sino consideradas deshechos, sobrantes (Francisco, Evangelii Gaudium, 53).
Hay economías que matan. Por eso debemos buscar “una economía diferente, que da vida y no mata, que incluye y no excluye, humaniza y no deshumaniza, cuida la creación y no la despoja” (Francisco).
Francisco anima a los movimientos eclesiales a mantenerse siempre en camino
Se ha publicado el video con la intención de oración del Santo Padre para mayo de 2023.
El Pontífice invita a rezar «para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo. Al servicio».
«¡Los movimientos eclesiales son un don, son la riqueza en la Iglesia! ¡Esto son ustedes!». Estas son las palabras del Santo Padre en el video difundido en la tarde del martes 2 de mayo a través de la Red Mundial de Oración del Papa, en el que el Pontífice anima a los movimientos y grupos eclesiales a redescubrir su misión evangelizadora.
El Sucesor de Pedro sostiene que estas organizaciones «renuevan la Iglesia con su capacidad de diálogo al servicio de la misión evangelizadora», «redescubren cada día en su carisma nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio».
«¿Cómo lo hacen?», se pregunta el Obispo de Roma, y añade: «Hablando idiomas diferentes, parecen diferentes, pero es la creatividad que crea esas diferencias. Pero entendiéndose siempre y haciéndose entender».
«Y trabajando al servicio de los Obispos y las parroquias para evitar cualquier tentación de encerrarse en sí mismos, que este puede ser el peligro, ¿no?», continúa.
Luego, dirige dos exhortaciones: la primera es a mantenerse siempre en movimiento, «respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy». La segunda es a mantenerse en la armonía de la Iglesia, pues esta «es un don del Espíritu Santo».
El mensaje concluye con la petición de dedicar el mes de mayo a rezar «para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo. Al servicio».
La variedad de carismas
Este video fue realizado en colaboración con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, según informa un comunicado de la Red Mundial de Oración del Papa, una de cuyas tareas es acompañar el nacimiento y el desarrollo de las asociaciones de fieles y movimientos eclesiales.
La pieza audiovisual narra trozos de sus vidas, en contextos muy diferentes. Las historias van desde los scouts portugueses en peregrinación con la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud hasta los jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil en su congreso internacional, en adoración ante la Eucaristía, entre otras experiencias. Es decir, muestra tantos carismas diferentes, pero con una única misión: anunciar el Evangelio en diversos ambientes y de diversas maneras.
Internacional, intergeneracional, plurivocacional
De acuerdo con Linda Ghisoni, Subsecretaria del Dicasterio, estas instituciones «son un gran don para la Iglesia en las sociedades actuales: son, en efecto, portadores de una creatividad que se renueva continuamente para dar testimonio de Jesucristo y de la buena noticia del Evangelio a los hombres y mujeres de hoy en las circunstancias más diversas y con acciones muy concretas.
Son realidades internacionales, intergeneracionales, plurivocacionales, con un potencial formativo probado, y están llamadas a no encerrarse nunca en sí mismas, sino a vivir su vocación y su misión auténticamente eclesiales”.
En movimiento
El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó acerca de esta intención: “De alguna manera, Francisco se detiene en una nota fundamental de estos movimientos eclesiales: que sigan en movimiento. Que sigan ‘respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy’, que sigan despertando, según su propio carisma, ‘la misión evangelizadora de la Iglesia de tantos laicos comprometidos en vivir y testimoniar el Evangelio en las realidades ordinarias de la vida, en el trabajo, en el mundo educativo, social, cultural’.
Acompañemos al Papa Francisco en esta importante intención de oración, y roguemos como Juan Pablo II, mientras esperamos la fiesta de Pentecostés: ‘¡Ven, Espíritu de vida, Espíritu de verdad, Espíritu de comunión y de amor! La Iglesia y el mundo tienen necesidad de ti. ¡Ven, Espíritu Santo, y haz cada vez más fecundos los carismas que has concedido!’”.