Cuando un animador tiene celo apostólico, se multiplica su labor.
Loli Borreguero es un ejemplo de lo que digo: Lleva el grupo de la parroquia de San Mateo de Cáceres, además de ser la Vicepresidenta diocesana, representar el Movimiento en muchos actos diocesanos, como en el Foro de Laicos, el Seminario y muchos otros sitios más. Pero además, poco a poco ha ido gestionando con dos residencias de mayores de Cáceres, los permisos necesarios y desde principio de curso tiene dos grupos más , además del de San Mateo. Lleva uno en la residencia de Gerivida que es sólo con mujeres, (aquí no quieren participar los hombres), el tercer grupo se reúnen también semanalmente en la residencia del Rosario en el que hay un buen número de hombres y mujeres. Además de muy activos y participativos.
He visitado los tres grupos y doy fe que funcionan muy bien. En mi visita a la residencia del Rosario, me emocionó una señora, que apenas participaba y por lo visto siempre es así y sólo de vez en cuando, dice algo muy acertado y se vuelve a callar, pero al parecer le gusta ir, aunque a veces esté un poco en su mundo. En un momento de lucidez que le vino, tomó la palabra para decir lo que es para ella Vida Ascendente a la que perteneció desde que el Movimiento llegó a Cáceres: “Es un Movimiento de amor a los mayores, en los que se les escucha, se les busca, tanto en la parroquia, como en hospitales o residencias o donde quiera que se encuentren, para darles cariño, ayuda y consuelo y aliviarles en su dolor o soledad. Y con ese amor que les damos, llenamos también nuestro corazón de alegría”
Después de hacer esta bonita definición, volvió a su silencio. Donde seguramente y por lo que reflejaba su rostro, tiene su paz y felicidad.
Todos quedamos sorprendidos porque nadie podría haberlo dicho mejor.
Con estas líneas quiero agradecer a los animadores TODOS su gran labor.
Maribel Reveriego
