SANTOS PATRONOS: CELEBRACIÓN EN ORIHUELA-ALICANTE

Al mediodía del 31 de enero  nos habíamos dado cita en la Concatedral de San Nicolás de Alicante para celebrar nuestros Santos Patronos Simeón y Ana, los últimos coletazos de Herminia y la llegada de Ivo nos dejaban en las cumbres de la provincia una capa de nieve que dejaba la temperatura ambiente  muy fría.

Representantes de casi todos los grupos de la capital y de algunos de la provincia nos hemos hecho presentes para la ocasión, que hemos comenzado con la celebración Eucarística con mucha solemnidad y cuidada liturgia nuestro consiliario D. Tomás  nos ha hecho reflexionar sobre la  figura de nuestros patronos Simeón y Ana, de como el Espíritu le había prometido a Simeón que no vería la muerte antes de conocer al Mesías y allí esta él, un hombre entrado en años al que muchas veces representamos con las vestimentas sacerdotales, que espera  en el templo trabajando para Dios, y como Ana de Fanuel de 84 años, profetisa y  viuda,  ayunaba y oraba en el templo, de cómo ambos podrían haber sido el germen de Vida Ascendente hablando de Dios a todo aquel con quien se encontraran.

También son una muestra  de promesa cumplida y de cómo el anciano Simeón proclama la oración del NUNC DIMITIS, que rezamos en completas, en la liturgia de las horas:

“Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado ante todos los pueblos:

luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.”

Ambos son un buen ejemplo de como Dios se fija en los pequeños, en los humildes para realizar su obra, tanto Ana como Simeón son ya personas improductivas en lo físico pero con un gran capital de espiritualidad, perseverancia, sabiduría y esperanza.

Pedimos a nuestros patronos que intercedan por nuestro movimiento, y por todos y cada uno de nosotros para que sirvamos fielmente al Señor en nuestra misión.

Posteriormente hemos compartido mesa en un restaurante cercano donde hemos gozado del buen ambiente de los hermanos que se reencuentran, al finalizar  muchos besos y abrazos en la despedida que han dejado ganas de un pronto reencuentro.