TESTIMONIO DE LA  ASISTENCIA  AL ENCUENTRO DE FORMACIÓN  DE VIDA ASCENDENTE NACIONAL NOVIEMBRE 2024

Conozco Vida Ascendente desde hace más de 20 años, cuando María Luisa lo trajo a la parroquia y una vecina y amiga de mi madre la invitó a ir a las reuniones. La asistencia a estas reuniones fue algo muy bueno para mi madre, ya que volvió a encontrarse con personas con las que hacia años que no había tenido relación y supuso un revulsivo en su vida espiritual.

Los últimos años de su vida hizo que yo la acompañara y me quedara con ella en las reuniones que en esos momentos llevaba el párroco. Paulatinamente comencé a intervenir en las reuniones y desde la parroquia me propusieron hacerme cargo de las reuniones, porque se veía peligrar el grupo ya que el párroco por temas personales iba cancelando sesiones y distanciando las reuniones.

Al hacerme cargo de las reuniones, entré en contacto con Tomi, y comencé a asistir a las asambleas de la diócesis. Todo ello me ha hecho pertenecer al consejo diocesano y poder asistir a este encuentro.

No tenía muy claro que me iba a encontrar en este encuentro, la formación para mí es fundamental. No tenía un modelo de moderador de grupo, ya que cuando empecé a asistir con mi ama, el encuentro lo llevaba el párroco de aquel momento y las reuniones se limitaban a leer el guión y él hacía algún comentario y alguna pregunta ocasional.

Este encuentro ha sido muy importante para mi. No sólo me llevo formación “reglada”, por decirlo de algún modo, sino que me he puesto al día del Sínodo y del próximo jubileo, además de haber conocido a un grupo de personas geniales.

Me sentí acogida cariñosamente desde el minuto uno. El conocer y cambiar impresiones con tras personas de toda España, enriquece mucho. Aprender de la experiencia del otro, compartir intimidades como si te conocieras de toda la vida, unidos en la oración y en el compartir (experiencias personales, experiencia de llevar grupos durante mucho tiempo, etc.). Personas tan diferentes, con distintos recorridos pero unidos por una misma fe, unos mismos objetivos que a su vez son los pilares del movimiento: Amistad, Apostolado, Espiritualidad.

Hasta ahora no tenía sentimiento de pertenencia al movimiento. Ahora sí, y me defino como mujer, católica  que pertenece a la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Bilbao y al movimiento de Vida Ascendente.

Esto hace que mi vida se caracterice por la alegría y la ilusión, de “pertenencia” a un movimiento que posibilita formación , acompañamiento , compartir experiencias de vida una veces alegres, otras no tanto, pero siempre en la confianza y en las manos del Señor, a quien agradezco toda esta riqueza que me ha sido regalada.

Mercedes Santamaría