CATEQUESIS DEL SANTO PADRE: LLEVEN EL EVANGELIO EN EL BOLSILLO, LEERLO ES IMPORTANTE

En la audiencia, el Papa prosiguió su catequesis sobre el Espíritu Santo, inspirador de la Sagrada Escritura y fuente de inspiración para toda persona. La indicación a los sacerdotes: las homilías deben ser breves, «no más de 8 minutos» y ayudar a «transferir la Palabra de Dios del libro a la vida».

Tras reflexionar sobre la obra del Espíritu Santo en la creación, tema de la catequesis de la semana pasada, durante la audiencia general de hoy, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre se refirió a la presencia del Espíritu en la «revelación», de la que la Sagrada Escritura es el «testigo autorizado».

Si la tercera persona de la Trinidad inspiró la Biblia, es el Espíritu quien la hace siempre viva, mientras que a la Iglesia se le confía la tarea de interpretarla correctamente. La lectura – (2 Pe 1, 20-21) propedéutica a las palabras del Papa – reza:

Sepan esto primero: ningún escrito profético debe estar sujeto a explicación privada, porque ninguna profecía surgió jamás de la voluntad humana, sino que, movidos por el Espíritu Santo, algunos hombres hablaron de parte de Dios.

El Espíritu Santo inspiró la Sagrada Escritura

Hay muchos pasajes del Nuevo Testamento que afirman la inspiración divina de los textos bíblicos. Francisco citó a San Pablo, quien escribió: «Toda la Escritura está inspirada por Dios». Se trata – subrayó el Papa –de un artículo de fe que repetimos en el Credo y añadió textualmente:

    “El Espíritu Santo, que inspiró las Escrituras, es también quien las explica y las hace eternamente vivas y activas. Él las hace inspiradoras. ‘Las Sagradas Escrituras inspiradas por Dios – dice el Concilio Vaticano II – y escritas una vez para siempre, comunican inmutablemente la palabra de Dios mismo’”

Palabras que se iluminan improvisamente

Al igual que Jesús resucitado había abierto la mente de sus discípulos para que comprendieran las Escrituras, el Espíritu Santo sigue haciéndolo en la Iglesia. Es algo que cada uno de nosotros puede haber experimentado.

    “Puede suceder, en efecto, que un determinado pasaje de la Escritura, que hemos leído tantas veces sin ninguna emoción particular, un día lo leamos en un clima de fe y oración, y entonces ese texto improvisamente se ilumine, nos hable, arroje luz sobre un problema que estamos viviendo, nos aclare la voluntad de Dios para nosotros en una determinada situación”

La Iglesia «soporte de la verdad» gracias al Espíritu

Este es un efecto del Espíritu Santo, afirmó Francisco. «Las palabras de la Escritura, bajo la acción del Espíritu, se vuelven luminosas», la palabra de Dios aparece «viva, eficaz y más cortante que cualquier espada de dos filos», como atestigua la Carta a los Hebreos. La Iglesia – agregó el Papa – se nutre de la lectura de la Escritura hecha bajo la guía del Espíritu Santo.

    “La Iglesia, Esposa de Cristo, es la intérprete autorizada del texto inspirado de la Escritura, la Iglesia es la mediadora de su anuncio auténtico. Como la Iglesia está dotada del Espíritu Santo y, por tanto, es inspiradora, es ‘columna y apoyo de la verdad’. ¿Por qué? Porque es inspirada, sostenida por el Espíritu Santo. Y la tarea de la Iglesia es ayudar a los fieles y a los buscadores de la verdad a interpretar correctamente los textos bíblicos”

Dedicar cada día un tiempo para leer el Evangelio

Por ello, Francisco subrayó la importancia de dedicar un momento del día a la lectura personal de la Biblia, a meditar un pasaje, a escuchar la Palabra.

    “Y por eso les recomiendo: tengan siempre un Evangelio de bolsillo y llévenlo en el bolso, en los bolsillos… Así cuando estén de viaje o cuando tengan un poco de tiempo libre leen algo. Eso es muy importante para la vida. Lleven un Evangelio de bolsillo y durante el día léanlo una vez, dos veces, cuando puedan”

Que la homilía de la Misa sea breve

Pero «la lectura espiritual de la Escritura por excelencia – añadió el Papa – es la lectura comunitaria» que se hace en particular en la Misa. La homilía debe ayudar a traducir la Palabra de Dios en la vida de los creyentes. Pero, dijo, debe ser breve

    “La homilía no debe durar más de ocho minutos, porque después de ese tiempo se pierde la atención y la gente se duerme, y tiene razón. Una homilía debe ser así. Y esto es lo que quiero decir a los sacerdotes, que hablan tanto, tantas veces, y no se entiende de qué hablan. Una homilía corta: un pensamiento, un sentimiento y una ‘cosa’ de acción”

Una carta de amor de Dios a su criatura

Francisco propuso un último aspecto que puede ayudar a amar la Palabra: hay una nota de fondo – observó – que acompaña toda la Biblia y es «el amor de Dios». Y recordó la definición de la Escritura dada por San Gregorio Magno: «Una carta de Dios Omnipotente a su criatura», añadiendo «como una carta del Esposo a su esposa». Que el Espíritu Santo, concluyó el Papa, «nos ayude a captar este amor de Dios en las situaciones concretas de la vida».

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https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2024/documents/20240612-udienza-generale.html

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https://www.youtube.com/watch?v=AVjCfr4WhcY

Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano

Vatican News

VACACIONES, ¿PARA SER FELIZ?

Yendo de cara al verano muchas personas hablan de vacaciones. O sea, de un tiempo de descanso o, con más precisión, un tiempo en el que se dejan de realizar las actividades habituales, sobre todo aquellas que tienen que ver con el trabajo remunerado o con el estudio. En este sentido, a mí me parece que las vacaciones son legítimas y necesarias. Siempre que no nos olvidemos de tanta gente que no tiene trabajo o que, si lo tiene, no puede dejarlo porque su salario es tan miserable que, si deja de trabajar, deja de comer.

Preguntar si ese tiempo de descanso o de cese de actividad habitual tiene como objetivo el ser feliz es una pequeña provocación que invita a reflexionar sobre lo que provoca felicidad. Eso de ser feliz es algo que todos los seres vivos buscan, de una u otra forma. Todos buscan lo que les conviene, todos huyen de lo que no les resulta favorable. Pero el ser humano, además de buscar la felicidad instintivamente, la busca reflexivamente. Y se pregunta si todo lo que instintivamente le apetece o satisface, le hace feliz. Porque hay apetitos que, a la larga y, a veces a la corta, producen desgracia. Sobre todo cuando estas apetencias no se controlan: tomar un vaso de buen vino es algo que apetece a mucha gente; hacer una quiniela puede ser divertido. Tomar muchos vasos de vino o jugar en el casino puede ser una tragedia.

La felicidad no está ni en el descanso ni en el cese de la actividad. Aunque el descanso puede ser necesario desde muchos puntos de vista, su objetivo no es conseguir la felicidad. No es fácil decir en concreto lo que es la felicidad. Todos la buscan, pero no todos la encuentran, y los que la encuentran, la encuentran de distintas maneras, en distintos lugares y con diversas intensidades. ¿Ser feliz es sentirse saciado en todas las dimensiones de la vida? ¿Quizás en todas no, pero, al menos, en las fundamentales? ¿Y dónde pone cada uno lo fundamental? En este mundo, ¿es posible una felicidad estable y completa? Un creyente puede decir que el encuentro con Dios es el gozo del corazón y la plenitud de todas las aspiraciones. Pero, a Dios, en este mundo, nunca le encontramos claramente. Dios siempre se nos escapa. En todo caso, una cosa me parece cierta: si no somos felices en vuestra vida ordinaria, tampoco lo seremos en vacaciones.

FUENTE: Blog Nihil Obstat (5-6-2015) Martín Gelabert

LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

Hoy la Iglesia celebra la solemnidad de la natividad de San Juan Bautista, y el 29 de agosto, la memoria de su martirio.  No hay ningún otro santo del que la Iglesia celebre el nacimiento y la muerte, como celebra los de Jesús, el Hijo de Dios (25 de Navidad y Viernes Santo) y la Virgen María (8 de septiembre y 15 de agosto). Normalmente sólo se celebra el «nacimiento al cielo». Pero el propio Jesús dijo de Juan: «En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no hay otro mayor que Juan el Bautista» (Mt 11,11). Último de los grandes profetas de Israel, primer testigo de Jesús, iniciador de un bautismo para el perdón de los pecados y, en este contexto, bautista de Jesús; mártir por defender la ley judía.

Ya en el siglo IV encontramos conmemoraciones litúrgicas de San Juan Bautista en fechas diversas. La del 24 de junio se fija según el Evangelio de San Lucas, 1,36a, cuando se dice que Isabel estaba ya en «su sexto mes»; por tanto, seis meses antes de la Navidad. Desde el siglo VI esta fiesta tiene una Víspera.

Del Evangelio según san Lucas

“Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.

A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan».

Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre».

Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan». Todos quedaron  admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.

Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: «¿Qué llegará a ser este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él.” (Lc 1, 57-66.80)

El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.

El asombro

La gente se queda asombra ante este niño, pero también ante esta pareja estéril, avanzada en años, que ha tenido un hijo. Una maravilla iluminada por la fe, tanto que quienes se enteraron «guardaron en su corazón el recuerdo» de lo que oyeron y vieron, y alabaron a Dios. Un asombro acompañado de la conciencia de que no lo entendían todo: «¿Qué llegará a ser este niño?».

“Todo el evento del nacimiento de Juan Bautista está rodeado por un alegre sentido de asombro, de sorpresa, de gratitud…  El pueblo fiel intuye que ha sucedido algo grande, aunque humilde y escondido, y se pregunta «¿Qué será este niño?». El pueblo fiel de Dios es capaz de vivir la fe con alegría, con sentido de asombro, de sorpresa y de gratitud… Y viendo esto preguntémonos: ¿Tengo sentido de la maravilla cuando veo las obras del Señor, cuando oigo hablar de la evangelización o de la vida de un santo? ¿Sé sentir las consolaciones del Espíritu o estoy cerrado a ellas?” (Papa Francisco, Ángelus del 24 de junio de 2018).

El nombre

Los que han venido para el rito de la circuncisión quieren ponerle al niño el nombre de su padre, Zacarías. Pero aquí es Isabel la que interviene, lo que es muy raro, y dice que el niño ha de llamarse Juan. Es el nombre que Dios mismo había indicado a través del ángel: «No temas Zacarías, tu oración ha sido escuchada y tu mujer Isabel te dará un hijo, al que llamarás Juan» (Lc 2,13). Zacarías manifestó su incredulidad, y por eso se quedó mudo. Ahora, obedece a lo que Dios le pidió escribiendo que el nombre del niño es Juan. Recupera así el habla y comienza una nueva historia.

Nuevas oportunidades

El texto nos hace comprender que se han abierto nuevas oportunidades: una mujer anciana y estéril da a luz un hijo; un hombre mudo habla. Dos signos que indican que allí donde las cosas parecen imposibles, Dios siempre tiene reservada una posibilidad, como nos recuerda el profeta Isaías: “Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?” (Is 43:19).

FUENTE: VATICAN NEWS

 

NOTICIAS DEL MOVIMIENTO. DIÓCESIS DE SEVILLA

El pasado 4 de junio, Vida Ascendente de la Diócesis de Sevilla, celebramos el fin de curso 2023-2024, en la Parroquia de San Gonzalo (Parroquia que cuenta con un gran grupo de Vida Ascendente), interviniendo en una charla el ponente Don Jesús Ciudad, del grupo parroquial de San Vicente de Paúl, basando su ponencia en los mayores y en la necesidad de poder tener con ellos todo cuanto necesiten para su estabilidad emocional.

            A continuación, nuestro vicepresidente Manuel Montero, hizo un resumen de lo que ha sido el presente curso en nuestro movimiento. En primer lugar, tuvo un bonito y emotivo recuerdo para nuestro presidente José Luís López Naranjo, recientemente fallecido, para posteriormente pasar a reseñar todos los objetivos conseguidos, pasando de 6 grupos a principios de año a 24 locales y dos en la provincia a fecha de cierre del curso con 289 personas censadas. Un gran triunfo que esperemos en el próximo curso podamos ir ampliado.

            A continuación, se celebró la Eucaristía, oficiada por nuestro Consiliario Don Manuel Martínez Alaminos y concelebrada por seis sacerdotes de distintos grupos de Vida Ascendente.

            Por último, tuvimos un almuerzo de confraternidad en las mismas instalaciones de la Parroquia de San Gonzalo, a la que acudieron 110 personas, demostrando una vez más, el poder de convocatoria de Vida Ascendente de la Diócesis de Sevilla.

            No quisiera terminar sin agradecer de un modo especial al Padre Don Juan José González González, Párroco titular de la parroquia de San Gonzalo, pues puso a nuestra disposición todas las instalaciones para poder celebrar con gran solemnidad nuestro fin de curso. GRACIAS PADRE JUANJO.

Asimismo, una mención especial a la animadora del grupo de San Gonzalo nuestra compañera Lourdes Fernández-Palacios Sánchez-Dalp, por su encomiable organización de todos los eventos.

            Dando gracias a Dios y a su Santísima Madre, por toda su ayuda y pidiéndoles nos siga ayudando en el futuro.                          

NOTICIAS DEL MOVIMIENTO: DIÓCESIS DE ORIHUELA – ALICANTE

 El pasado viernes día 7 de junio celebramos el final de curso en la Concatedral de San Nicolás de Alicante, comenzábamos la Asamblea Anual a las 10,30 en el salón de actos de la parroquia, donde con buena representación de los grupos comenzábamos nuestra jornada acompañados del Presidente Nacional  Jaime Tamarit, que fue recibido por Monseñor Cases, Obispo  Emérito de Canarias y miembro del grupo de la parroquia de San Blas, y la Coordinadora Interdiocesana Mercedes Montoya, que tras la Asamblea nos hablaron del sentimiento de pertenencia al Movimiento, de la amistad, de cómo se hace necesaria nuestra pequeña aportación económica solidaria, de la importancia de la formación y sobre todo de la alegría de volvernos a reunir y a encontrar.

Había mucha alegría por compartir con nuestro presidente nacional este día, lo valoramos mucho  porque somos conscientes del gran esfuerzo que hace acompañándonos, toda la experiencia que nos trasmite y el ánimo que nos infunde saber que no estamos solos, que en otras diócesis también hay dificultades y que hay otros hermanos de otros países que nos necesitan, esto es un gran don, porque nos permite darnos y poner nuestra razón de ser en el servicio a los demás, y que tenemos todo un movimiento internacional dependiente de Roma que nos cobija y en el que sentirnos útiles.

Quizá cuando nuestro Obispo nos dio está fecha para nuestro fin de curso no cayó en el día que era, la festividad del Sagrado Corazón de Jesús, o el Espíritu enredó para que así fuera, la cuestión es que celebró la Eucaristía con nosotros en medio de un día lleno de actividades en la Diócesis, y en Radio María, donde como sabéis los viernes emite el programa Sexto Continente. En la homilía nos habló del Amor,  de cómo tenemos que confiar, en  Dios que es padre y madre a  la vez y que derrama misericordia, que es a Él, a su Sagrado Corazón, a donde debemos acudir  cuando esté roto nuestro pobre corazón humano.

A nosotros no nos extraña porque en San Nicolás nos tratan muy bien y conocemos a nuestro Obispo, que tiene una paciencia infinita cuando se tata de inmortalizar los momentos con las fotos, pero nuestro presidente Jaime se quedó gratamente sorprendido por la acogida, la cercanía, por la liturgia, el organista, y por  nuestro Consiliario D. Tomas que agradeció todos los dones recibidos por los mayores.

Y como bien está lo que bien acaba, terminamos encontrándonos ante la mesa en un restaurante cercano a la Concatedral donde comimos estupendamente en un coqueto saloncito.

¡Sagrado Corazón de Jesús. En vos confío!

NOTICIAS DEL MOVIMIENTO: DIÓCESIS DE JAÉN

Más de 200 personas de toda la Diócesis, miembros y amigos de Vida Ascendente, nos hemos reunido para la clausura del curso pastoral, en la parroquia de San Juan Bautista, en presencia de la Virgen de los Dolores Patrona de Arjona.

Como otros años el acto comenzó con la acogida en el templo para pasar a continuación a la celebración de la Santa Misa, presidida por D. Facundo López Sanjuán, consiliario de Vida Ascendente y Delegado episcopal para la Pastoral de las personas mayores, así como por otros sacerdotes y consiliarios de nuestra diocesis:

  1. Manuel Jesús Casado
  2. Jose María Romero
  3. Juan mena
  4. Miguel Conejero
  5. Angel Sanchez
  6. Miguel José Cano
  7. Sebastian Moreno

La Misa ha sido una profunda acción de gracias a Dios por todas sus bendiciones este año tanto a nivel personal como a nivel de movimiento.

Facundo ha tenido una especial acción de gracias y acogida a los nuevos grupos fundados este año

La Eucaristía ha concluido con una ofrenda de flores a la Santísima Virgen de los Dolores y la Salve a la Virgen y el Himno de Vida Ascendente.

Tras esto, hemos celebrado la Asamblea de clausura donde la Presidenta María Dolores Núñez ha dado las gracias a todos los asistentes y a los pueblos donde se ha fundado el movimiento. También, ha comentado las distintas visitas a los grupos para fortalecerlos y revitalizarlos y los grupos nuevos creados en nuestra Diócesis son: Los Villares, Valdepeñas de Jaén, Porcuna, Rus, Alcalá la Real en las parroquias del Salvador y Santa María, Santo Tomás de Úbeda, San Bartolome de Jaén. De la misma manera, se han dado las cuentas del pasado año 2023. Seguidamente, y tras unas palabras de nuestro consiliario, hemos tenido la tradicional comida fraterna entre los asistentes donde se paso un gran rato de amistad y convivencia.

Desde la Comisión Diocesana damos las gracias a todos los asistentes por haber acudido y a otros miembros que no han podido asistir por diferentes causas y a los que tenemos presentes y les enviamos un afectuoso abrazo, muchas gracias a todos.

✍Comisión Diocesana de Vida Ascendente Francisco Manuel Camacho Santiago secretario

FINAL DE CURSO EN CASTILLA Y LEÓN

Hemos celebrado el fin de curso en Segovia, de todas las provincias de Castilla y León.

A las 11 de la mañana, llegaban a Segovia, los autobuses de las personas de vida ascendente junto al Acueducto, para celebrar la jornada.

Subimos a la Catedral, una vez allí, visita  guiada a la misma, a continuación celebramos la Eucaristía, presidida por el Obispó de Segovia, D. Cesar Franco.

Finalizada la Eucaristía, foto grupal de todos los miembros de Vida Ascendente de Castilla y León.

Al finalizar, acompañados por gaita y tamboril, hasta el restaurante, Convento de Mínimos, comida de hermandad.

Terminando con una visita al Palacio Episcopal, instalaciones y museo.

Pasamos un día gozoso en espiritualidad, testimonio y amistad.

Feliz viaje de vuelta a todos los participantes de Vida Ascendente de Castilla y León.

Feliz viaje de vuelta a todas las provincias

Y Amelia Diez Reoyo,  presidenta de Burgos nos relata su experiencia

El pasado día 6 nos reunimos en Segovia, compañeros de Vida Ascendente de toda Castilla y León. Nos juntamos 265 personas llegadas de todas las diócesis castellanoleonesas.

                Uno de los grupos más numerosos fue el de Burgos, 50 personas pertenecientes o simpatizantes de los diferentes grupos diocesanos, de Burgos capital y de otros lugares de la provincia como Miranda de Ebro o Lerma.

                Sobre las 07:30 horas iniciamos la recogida de los diferentes grupos en los sitios acordados y sobre las 08:30 H. nos pusimos en camino. Llegamos a Segovia sobre las 10:30 y en las inmediaciones del acueducto nos esperaba la presidenta de Segovia para darnos la bienvenida.

                Al iniciar el viaje, dirigidos por nuestro consiliario, Don Jesús Andrés, hicimos una oración para pedir la protección de la virgen, que no tuviéramos ningún percance y por el buen resultado de la reunión.

                Don Emiliano, el consiliario del grupo de la parroquia de Santo Domingo, nos fue  refiriendo anécdotas y chascarrillos que le habían sucedido o contado,  sobre los diferentes pueblos por los que íbamos pasando. Nos fue amenizando el viaje. Y entre comentarios sobre los pueblos por los que pasábamos, unas pastas para entretener el apetito y cantando diferentes canciones, se nos paso el tiempo del viaje sin darnos cuentas.

                Mientras esperábamos a que llegaran los otros grupos, el consiliario de Segovia, nos explicó el acueducto, como se construyó y algunas anécdotas e historietas de dicha construcción, nos repartió unos planos de la ciudad. Y tras unos minutos, para poder ir al baño y tomar un café, tuvimos un momento de asueto.

                En Segovia, una vez que habían llegado todos los grupos diocesanos, todos juntos y con los estandartes ondeando, nos encaminamos, poco a poco que ya no estamos para disputar carreras y todo el camino es cuesta arriba, hasta la catedral. Los burgaleses nos distinguíamos por un pañuelo verde al cuello con la inscripción de Vida Ascendente, Burgos

                Llegamos a la catedral sobre las 11:45 y en ella nos estaban esperando el vicepresidente del cabildo y una guía que nos explicaron la historia de la catedral, cuando se inició la construcción, quien ordeno la construcción y quienes fueron las personas que aportaron el dinero para su construcción, el cabildo, El Rey Carlos I pero sobre todo el pueblo segoviano. Tardaron 195 años en construirla y el año que viene se cumple el 500 aniversario de la colocación de la primera piedra. Parte de la misma está construida con los restos de la primitiva catedral que estaba junto al Alcázar y que fue destruida, durante la guerra de las comunidades, por las tropas reales durante la toma de este.

                Solo pudimos hacer una visita a la carrera de las diferentes capillas en las que se muestran diferentes obras de arte de interés. Destaca sobre todo, en la capilla del Santísimo, El Cristo de la Agonía, obra del escultor Manuel de Pereira del s. XVII, donde el diseño del conjunto de la azulejaría fue encargado al ceramista Daniel Zuloaga. Zuloaga lo ejecutó en la antigua fábrica de cerámica «La Segoviana», y fue colocado en 1897 en su lugar actual. Esta capilla fue adquirida para enterramiento por la familia del Marqués de Lozoya hasta que a finales del s.XIX fuese donada al Cabildo Catedral. Y la otra obra de gran interés es el Cristo yacente de Gregorio Fernández, maestro insigne afincado en la ciudad de Valladolid, que realiza entre los años 1631 y 1636. Fue donada a la Catedral de Segovia por el obispo Don Melchor Moscoso de Sandoval. Cristo colocado sobre un sudario de abundantes pliegues triangulares, apoya su cabeza sobre una almohada blanca adornada con bellos motivos bordados. La cabeza vuelta hacia el lado izquierdo parece mirar al espectador, ojos entreabiertos y también su boca, en la que se aprecian los dientes. Profunda expresión de muerte. Unos finos goterones de sangre producidos por la corona de espinas se deslizan por su frente, también aparece una ceja traspasada por una espina. La barba tallada bipartita y su cabello de mechones rizados se extienden sobre la almohada, donde el pintor ha añadido otros mechones aún más finos.

                En cuanto al modelado del cuerpo, Gregorio Fernández realiza un cuerpo agotado. Pequeños hilos de sangre se juntan con los producidos por las grandes heridas, destacando entre todas ellas la lanzada, una profunda llaga de la que brotan sangre y agua. La pieza es un bello estudio anatómico del cuerpo desnudo, pues el paño de pureza cae púdicamente para cubrirle, pero está abierto dejando ver la totalidad de la pierna izquierda. Este paño es de color azul y está compuesto a base de pliegues muy profundos. Los músculos del cuerpo de Cristo parecen estar aún en tensión, ésto junto con la profunda expresión del rostro, hace que parezca que Cristo aún vive. Los brazos extendidos sobre el sudario y sus manos heridas están llagados por los clavos. Detalles como los añadidos de uñas dan un mayor realismo. Su pierna derecha recta, mientras que la izquierda se flexiona ligeramente para mostrar mejor sus rodillas llenas de heridas sangrantes producidas seguramente por las caídas en su camino hacia el Calvario. También de sus pies salen regueros de sangre. La policromía del cuerpo está hecha con una encarnación mate muy fina, salvo los dedos de manos y pies que se presentan amoratados. El pintor parece que se recrea en la sangre, dando lugar a tonalidades claras y oscuras, zonas en las que parece aún caliente y otras en las que ya ha coagulado. Esto unido a la utilización de pequeños fragmentos de otros materiales dota a las figuras de un gran realismo.

                A continuación, a las 13:00, en esta capilla del Santísimo, celebramos una Eucaristía presidida por Don Cesar Augusto Franco Martínez el cual, en la homilía, hizo mucho énfasis en los carismas de nuestro movimiento, haciendo hincapié, sobre todo, en la amistad, como arma para combatir la soledad de los mayores. Nos elogió la fuerza y la alegría como cantábamos, parecía que cantábamos con la fuerza de los jóvenes.

                Una vez terminada la Eucaristía y cantado el himno de Vida Ascendente, acompañado por el órgano, y en la que hicimos ofrenda de los estandartes de las diferentes diócesis, nos dirigimos al exterior de la catedral para hacernos unas fotos de grupo y después, acompañados de unos dulzaineros, nos dirigimos al antiguo convento de mínimos, hoy convertido en restaurante, donde degustamos una comida de productos típicos segovianos.

                Una vez acabada la comida tuvimos un tiempo para visitar el museo catedralicio y a los autobuses para regresar a casa.

                Espero que valga el relato, pues la gente que acudimos a Segovia salimos encantados de la concentración y con deseos de repetir el año que viene. Vida Ascendente de Segovia se merecen un 10 por su buen hacer y la perfecta organización.

                Desde Burgos queremos felicitar y dar las gracias a la presidenta de Segovia y a todas las personas que le han ayudado por la gran labor que han realizado para que todo fuese tan perfecto como ha sido.

EL SANTO DE LA SEMANA: SAN ALBERTO CHMIELOWSKI

En Cracovia, en Polonia, san Alberto (Adán) Chmielowski, religioso, célebre pintor, el cual se entregó a los pobres procurando ser bueno con todos, y fundó las Congregaciones de Hermanos y Hermanas de la Tercera Orden de San Francisco, siervos de los pobres.

Alberto, en su juventud, luchó por la libertad de su patria; luego se dedicó al estudio y al ejercicio de su vocación artística en el campo de la pintura; pero pronto centró su vida en el seguimiento de Cristo que atiende a los más pobres y necesitados; los «Albertinos» y «Albertinas», por él fundados en el seno de la Orden Tercera de San Francisco, han seguido y ampliado su obra y su estilo humilde y fraterno.

Alberto Chmielowski, en el siglo Adán, nació en Igolomia, cerca de Cracovia (Polonia), el 20 de agosto de 1845, de padres nobles: Adalberto y Josefina Borzyslawska. Creció en un clima de ideales patrióticos, de una profunda fe en Dios y de amor cristiano hacia los pobres. Quedó huérfano muy pronto y sus familiares se hicieron cargo de él y de los demás hermanos, ocupándose de su formación.

A los 18 años se matriculó en el Instituto Politécnico de Pulawy. Tomó parte en la insurrección de Polonia en 1863. Cayó prisionero y se le amputó una pierna a causa de una herida. Al fracasar la insurrección, se trasladó al extranjero, huyendo de la represalia zarista. En Gante (Bélgica) inició estudios de ingeniería. Dotado de buenas cualidades artísticas, decidió estudiar pintura en París y en Munich. En 1874, maduro ya como artista, regresó a Polonia, decidido a dedicar «el arte, el talento y sus aspiraciones a la gloria de Dios». Comenzaron así a predominar en sus actividades artísticas los temas religiosos. Uno de los mejores cuadros, el «Ecce Homo», fue el resultado de una experiencia profunda del amor misericordioso de Cristo hacia el hombre, experiencia que llevó a Chmielowski a su transformación espiritual.

En 1880 entró en la Compañía de Jesús como hermano lego. Después de seis meses tuvo que dejar el noviciado por su mala salud. Superada una profunda crisis espiritual, comenzó una nueva vida, dedicada totalmente a Dios y a los hermanos. Acercándose a la miseria material y moral de quienes carecen de techo y a los desheredados en los dormitorios públicos de Cracovia, descubrió en la dignidad menospreciada de aquellos pobrecillos el rostro humillado de Cristo, y decidió por amor del Señor renunciar al arte y vivir al lado de los marginados una vida pobre, dedicándoles toda su persona.

El 25 de agosto de 1887 vistió el sayal gris y tomó el nombre de hermano Alberto. Pasado un año, pronunció los votos religiosos, iniciando la congregación de los Hermanos de la Orden Tercera de San Francisco, denominados Siervos de los Pobres o Albertinos. En 1891 fundó la rama femenina de la misma congregación (Albertinas) con la finalidad de socorrer a las mujeres necesitadas y a los niños. El hermano Alberto organizó asilos para pobres, casas para mutilados e incurables, envió a las hermanas a trabajar en hospitales militares y lazaretos, fundó comedores públicos para pobres, y asilos y orfanotrofios para niños y jóvenes sin techo. En los asilos para los pobres, los hambrientos recibían pan; los sin techo, alojamiento; los desnudos, vestidos; y los desocupados eran orientados a un trabajo. Todos contaban con su ayuda, sin distinción de religión o nacionalidad. En la medida en que satisfacía las necesidades elementales de los pobres, el hermano Alberto se ocupaba también paternalmente de sus almas, tratando de reavivar en ellos la dignidad humana, ayudándoles a reconciliarse con Dios.

Tomaba fuerza del misterio de la Eucaristía y de la Cruz para su acción caritativa. A pesar de su invalidez, viajaba mucho para fundar nuevos asilos en otras ciudades de Polonia y para visitar las casas religiosas. Gracias a su espíritu emprendedor, cuando murió dejó fundadas 21 casas religiosas en las cuales prestaban su trabajo 40 hermanos y 120 religiosos.

Murió, de cáncer de estómago, el día de Navidad de 1916 en Cracovia, en el asilo por él fundado, pobre entre los pobres.

Antes de su muerte dijo a los hermanos y hermanas, señalando a la Virgen de Czestochowa: «Esta Virgen es vuestra fundadora, recordadlo». Y: «Ante todo, observad la pobreza». Su entera dedicación a Dios mediante el servicio a los más necesitados, su pobreza evangélica a imitación de San Francisco de Asís, su filial confianza en la divina Providencia, su espíritu de oración y su unión con Dios en el trabajo de cada día son la herencia que ha dejado el hermano Alberto a sus hijos e hijas espirituales. Enseñó a todos con el ejemplo de su vida que «es necesario ser buenos como el pan, que está en la mesa, y que cada cual puede tomar para satisfacer el hambre».

La herencia espiritual del hermano Alberto pervive en sus congregaciones, que extienden su acción misionera por tierras de Polonia, Italia, Estados Unidos y Argentina. Convencidos de la santidad del hermano Alberto, sus contemporáneos lo definieron como «el hombre más grande de su generación». Considerado el San Francisco polaco del siglo XX, el hermano Alberto fue beatificado en Cracovia el 22 de junio de 1983 por el Papa Juan Pablo II, quien también lo canonizó el 12 de noviembre de 1989 en Roma.

CATEQUESIS DEL SANTO PADRE: ATENTOS A LA TENTACIÓN DE ENCERRAR AL ESPÍRITU SANTO EN CÁNONES E INSTITUCIONES

«La libertad no es hacer lo que uno quiere» y es verdadera cuando se expresa «en lo que parece ser su contrario, el servicio»: lo ha dicho el Papa Francisco en su catequesis de la audiencia general.

«Lo primero que conocemos de una persona es el nombre». Esta observación del Papa introduce la catequesis de hoy que, continuando el ciclo dedicado al Espíritu Santo, pretende reflexionar sobre cómo llama la Biblia a la tercera persona de la Trinidad. El nombre que se le ha atribuido es «Espíritu» y esta es la versión latinizada, pero el nombre por el que originariamente se le conocía e invocaba era Ruah, «que significa soplo, viento, aliento». He ahí el título de la catequesis de hoy: «El viento sopla donde quiere» con el que el Papa subraya que donde está el Espíritu de Dios hay libertad: la libertad de los hijos, no de los esclavos.

El nombre revela a la persona

Francisco señala que el nombre es tan importante que casi se identifica con la persona que lo lleva:

«Nunca es un apelativo meramente convencional: siempre dice algo sobre la persona, su origen o su misión. Lo mismo ocurre con el nombre Ruah. Contiene la primera revelación fundamental sobre la persona y la función del Espíritu Santo».

El poder y la libertad del Espíritu en la imagen del viento

Pero ¿qué nos dice la palabra Ruah? se pregunta el Pontífice. La imagen del viento, recurrente en la Biblia, expresa el «poder» del Espíritu, «porque el viento es una fuerza arrolladora e indomable. Es capaz incluso de mover los océanos». En el Nuevo Testamento, sin embargo, Jesús añade a este aspecto el de la libertad. El viento, observa el Papa, «no se puede absolutamente encerrar, no se puede embotellar ni encajonar». Inútilmente lo ha intentado el «racionalismo moderno», con el resultado de «perderlo, frustrarlo o reducirlo al puro y simple espíritu humano».

«Pero una tentación semejante existe también en el campo eclesiástico, y es la de querer encerrar al Espíritu Santo en cánones, instituciones, definiciones. El Espíritu crea y anima instituciones, pero Él mismo no puede ser «institucionalizado», « cosificado». El viento sopla «donde quiere», así el Espíritu distribuye sus dones «como quiere»».

La libertad es elegir hacer el bien

El elemento de la libertad en relación con el Espíritu de Dios está muy presente en San Pablo, prosigue Francisco, pero esta libertad no es la que comúnmente se piensa. No es «hacer lo que uno quiere», no significa ser libre para hacer el bien o el mal «sino libertad para hacer el bien y hacerlo libremente», es la «libertad de los hijos, no de los esclavos». El apóstol escribe a los Gálatas que la libertad no debe ser «un pretexto para la carne» y que la verdadera libertad es contraria al egoísmo y se expresa en el servicio:

«Sabemos bien cuándo esta libertad se convierte en un «pretexto para la carne». Pablo da una lista siempre actual: «Fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicerías, enemistades, discordias, celos, disensiones, divisiones, facciones, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes». Pero también lo es la libertad que permite a los ricos explotar a los pobres, es una fea libertad que permite a los fuertes explotar a los débiles, y a todos explotar impunemente el entorno. Y ésta es una libertad fea, no es la libertad del Espíritu».

Gracias al Espíritu, libres para servir

El Pontífice cita las palabras de Jesús recogidas por el evangelista Juan: «Si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres» para concluir con una invitación: «Pidamos a Jesús que nos haga, por medio de su Espíritu Santo, hombres y mujeres verdaderamente libres. Libres para servir, en el amor y la alegría».

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https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2024/documents/20240612-udienza-generale.html

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FUENTE: VATICAN NEWS y HOLY SEE

EL PECADO CONTRA EL ESPÍRITU SANTO

Me preguntan qué significa pecar contra el Espíritu Santo. Quien me pregunta cita el texto evangélico que dice que las blasfemias contra el Hijo del hombre tienen perdón, pero no así las blasfemias contra el Espíritu Santo (Mt 12,31-32). Mi respuesta: la “blasfemia” no consiste en el hecho de ofender con palabras al Espíritu Santo; consiste, por el contrario, en no aceptar la salvación que Dios ofrece a cada ser humano por medio del Espíritu Santo. Pecar contra el Espíritu Santo es rechazar voluntariamente la salvación. Con todo, en este pecado, “no se cierra del todo el camino del perdón y la salud a la omnipotencia y misericordia de Dios” (Tomás de Aquino). La acción salvífica del Espíritu siempre permanece abierta y siempre está en acción. Dios nunca adopta una actitud negativa y definitiva con respecto al ser humano, pero la persona sí puede cerrarse a la acción de Dios.

Dios siempre está dispuesto a acoger. El pecado es ruptura, pero la ruptura se produce siempre por parte del ser humano. El pecado contra el Espíritu Santo sería el caso límite en el que la persona se encierra definitivamente en sí misma, como en una especia de autoprisión, prisión que indirectamente manifiesta la eterna libertad del ser humano y el profundo respeto que Dios tiene por esa libertad. Cierto, es difícil imaginar un rechazo explícito de Dios y de su salvación, pues esto supone un conocimiento claro de lo que Dios es y de su obra salvífica. Si alguien rechaza a Dios no sabe lo que está haciendo; rechazar a Dios sólo es posible porque no se le conoce bien, porque se tiene una falsa idea de lo que Dios es. En este sentido no sería posible un pecado contra el Espíritu Santo.

Esto no significa que no sea posible un rechazo de Dios. Este rechazo generalmente toma la forma de rechazo del prójimo: el atentado directo contra uno mismo y contra el prójimo es la cara visible de la culpa contra Dios, aunque no seamos conscientes del alcance divino de tales atentados. El hombre tiene excusa si se equivoca contra la divinidad de Jesús, velada bajo las humildes apariencias humanas, pero no la tiene si cierra sus ojos y su corazón a las admirable acción del Espíritu, que se concreta allí donde hay una obra buena, verdadera y bella. Es imperdonable no reconocer la bondad, la verdad y la belleza. Más imperdonable aún es rechazar lo bueno, lo verdadero y lo bello. Así se comprende que el pecado contra el Espíritu Santo y bueno no tenga perdón.

Martín Gelabert,  BLOG NIHIL OBSTAT