A la sombra de la catedral de Burgos

Una sombra alargada que alcanza ya 800 años bajo el sol que nos alumbra. La Catedral de Burgos ha reunido a más de 350 especialistas de todo el mundo en el Congreso Internacional organizado con ocasión de su octavo centenario. ¡Cuánta historia detrás de sus muros! ¡Qué trabajos de escultura en piedra! Y todo grita “gloria”.

Así tituló su ponencia, en la sesión inaugural, el Dr. Santiago del Cura Elena, a quien conocemos mucho en Tenerife porque gracias a su gestión como Decano de la Facultad, tenemos en Canarias un Instituto Superior de Teología. “Todo grita gloria: arte y fe; belleza y teología”. Porque si uno quiere descubrir la belleza de una Catedral y sus reales motivos, debe abrir la posibilidad de que Dios sea aliado de la belleza. Porque una Catedral como la de Burgos es, y cada vez estoy más convencido de ello, “(…) la Biblia en piedra”.

La gloria de Dios está en la obras grandes, pero también en las miniaturas que proclaman su grandeza. La creatividad humana genera obras grandes y pequeñas. Usa la piedra y la tela, el cristal o la partitura. Es como la vida misma. La creatividad humana que nos hace descubrir que hay logros grandes, como una vacuna, y pequeñas aportaciones que facilitan la vida como nuestro cepillo de dientes. Todo suma en el progreso de los pueblos.

La misma inteligencia creativa que fue capaz de elaborar tallada, una pequeña piedra que, en lo más alto de una aguja, nadie podría contemplar. Una joya escultórica escondida. La misma inteligencia puede destruir y arruinar por intereses individuales la vida de otra persona. ¡Qué paradójicos somos! Y tal vez se nos ocurre culpar al Creador de habernos dado inteligencia y libertad.

Aquí, a la sombra de este espectacular edificio, pensaba en nuestra Catedral de La Laguna. Construida e inaugurada en 1913 y rehabilitada en sus techumbres en 2014. Casi empezando su andadura y cargada de juventud. Pensaba que nunca será capaz de competir en belleza con esta que hoy contemplo, pero sí podrá albergar la misma gloria que esta alberga. En eso no hay diferencias. La misma liturgia solemne se celebra en ambas; los mismos sacramentos se celebran en ambas. En cada uno de sus sagrarios está el mismo Dios vivo y verdadero. Una misma gloria en dos envoltorios distintos llamados a contener la misma belleza infinita.

Y como si una mamá se dirigiera a su hija, imaginé -Burgos es tierra para soñar- lo que le diría la Catedral de Burgos a la de La Laguna: “Hola pequeña amiga del alma. Tu grandeza no la va a conquistar el arte de tus paredes ni los colores de tus vidrieras. Tu eres tan grande como yo porque has nacido para servir, uniendo como puente, a Dios y a las personas. Cuando alguien entra por tu puerta, de alguna manera, busca a Dios. Te lo puedo asegurar. Es lo que ha ocurrido durante estos 800 años en los que estoy en pie. Han cambiado gobiernos, han evolucionado las ciencias y la técnica, ha entrado en mí la luz eléctrica y la fibra óptica. Pero las personas siguen buscando a Dios. Incluso sin saberlo. Y servir de ayuda en esta búsqueda nos hace grandes a las dos.”

Juan Pedro Rivero González

Delegado de Cáritas diocesana de Tenerife