Nació alrededor de 1330 y murió el 24 de marzo de 1381.
Era la cuarta hija de St. Brígida y su esposo Ulf Gudmarsson, Al tiempo de su muerte St. Catalina era Superiora del convento de Wadstena, fundada por su madre; de ahí el nombre Catalina Vastanensis, por el que también se la conoce.
Se le representa acompañada con una cierva, que de acuerdo a la tradición la ayuda para proteger la virginidad de las jóvenes de los hombres deshonestos y con un látigo a su lado, el cual se ha dicho vino a su ayuda cuándo jóvenes sin castidad buscaban atraparla.. Es intercesora en los casos de aborto.
A la edad de siete años fue enviada a la abadesa del convento de Riseberg de monjas cistercienses para ser educada. A los siete años tuvo su primera visión, en la que vio a Cristo disgustado con ella por no cumplir sus tareas por estar jugando. Desde ese día jamás volvió a dejar de cumplir con sus obligaciones, pronto mostró un deseo para vida de automortificación y devoción para cosas espirituales.
Por mandato de su padre, cuándo tiene trece o catorce años, se casó con un noble de descendencia alemana, Eggart von Kürnen. Ella inmediatamente convenció a su esposo, quién era un hombre religioso, a unirse con ella en un voto de castidad. Ambos vivieron en un estado de virginidad y dedican su vida al ejercicio de perfección cristiana y caridad activa.
A pesar del amor profundo hacía su esposo, Catalina acompaña a su madre, Santa Brígida, a Roma en 1349. Poco después de llegar a la ciudad, Catalina recibe la noticia de la muerte de su esposo en Suecia. Tenía 18 años.
Ella vive constantemente con su madre, toma una parte activa en la labor fructífera de Santa Brígida e imita fervorosamente la vida ascética de su madre.
Aunque la bella y distinguida viuda está rodeada de admiradores, ella constantemente rehúsa todas las ofertas de matrimonio.
En 1372 St. Catalina y su hermano, Birger, acompañan a su madre a una peregrinación a Tierra Santa; después de su regreso a Roma, Catalina acompaño a su madre hasta la muerte.
En 1374, obedeciendo los últimos deseos de Santa Brígida, Catalina llevó el cuerpo de su madre de regreso a Suecia, para ser enterrada en Wadstena, de cuya fundación ella llegó a ser directora.
Wadstena es la casa madre de la Orden Brigitina, también llamada La Orden del Santo Salvador. Catalina manejó el convento con gran habilidad, en armonía con los principios impuestos por la fundadora.
Al año siguiente fue a Roma a promover la canonización de Santa Brígida y para obtener una nueva confirmación papal de la orden. Ella aseguró otra confirmación, ambas de Gregorio XI (1337) y de Urbano VI (1379), pero no fue capaz de ganar en ese tiempo la canonización de su madre, por la confusión causada por la división que retraso el proceso.
Cuándo está división dolorosa apareció ella demostró, una firme adherencia a la parte del Papa Romano Urbano VI, en cuyo favor ella testificó delante de una comisión judicial.
Catalina se quedó cinco años en Italia y al regresar a casa, portaba una carta de comendación del papa. Poco después de su llegada a Suecia se enfermó y murió.
En 1484 Inocencio VIII dió permiso para su veneración cómo santa y su día de fiesta es asignado el 22 de marzo en la Martirología Romana.
Catalina escribió un trabajo devocional titulado “Consolación del Alma” (Sielinna Troëst), largamente compuesto de citaciones Escriturales y antiguos libros religiosos; no hay copia en existencia.
Fuente: Enciclopedia Católica