LA DIÓCESIS DE VITORIA CREA UN GRUPO DE MAYORES PARA LA PRIMERA TERCERA EDAD

Está destinado a los fieles a partir de 65 años. «La historia es que hay gente que a lo mejor estaba trabajando hasta hace dos días y, claro, integrarse en un grupo parroquial donde la gente superaba los 80 años, pues se sentían poco identificados»

Qué duda cabe de que los mayores han sido el colectivo más golpeado por la pandemia. En todos los sentidos, también a nivel espiritual. «Hemos detectado que después de la pandemia muchos mayores han abandonado los grupos parroquiales a los que asistían y, otros, que no nunca llegaron a ir, les cuesta mucho acercarse a sus grupos parroquiales», asegura el diácono Daniel Corral, que dirige el área de Mayores de la diócesis de Vitoria-Gasteiz.

Ante esta realidad, desde el área de Mayores de la diócesis vasca han lanzado el Grupo de Mayores, que es de ámbito diocesano, y que se centrará en la vida de fe, pero también propondrá excursiones, actividades culturales y dinámicas formativas. «La idea no es quitarle protagonismo a los grupos de las parroquias. Al contrario, estamos a su servicio. Se trata de dinamizar toda esta área», señala Corral.

El grupo está especialmente orientado a lo que se conoce como primera tercera edad, es decir, a los fieles a partir de los 65 años que quieran participar en él. «La historia es que hay gente que a lo mejor estaba trabajando hasta hace dos días y, claro, integrarse en un grupo parroquial donde la gente superaba los 80 años, pues se sentían poco identificados», reconoce el diácono.

El objetivo será el de crear comunidad y, también, combatir la soledad, que «es un problema gravísimo», en palabras de Daniel Corral. Sin embargo, «lo primero es escuchar», advierte el responsable. «Hay que ver sus intenciones o su disponibilidad y, a partir de ahí, ya veremos». Aunque la idea es girar alrededor de los tres pilares tradicionales de los grupos de vida ascendente: amistad, espiritualidad y apostolado. «Un grupo en el que se valore la convivencia fraterna, que viva en una espiritualidad cristiana y que lo trasmita a su entorno».

Algo muy necesario en la actualidad, concluye Daniel Corral, porque «no es que la sociedad tenga aparcados a los mayores, pero todo su reconocimiento tiene que ver con su capacidad de consumo. Hasta que siguen consumiendo, son tenidos en cuenta, pero eso, lógicamente, no basta».