MASTERCHEF RINDE HOMENAJE A LOS MAYORES CON COCINADO EN UNA RESIDENCIA Y REENCUENTRO CON ABUELOS

«Son nuestro referente, nuestra memoria viva, nuestras raíces y los sabios de la sociedad»

MasterChef 11 celebraba este martes 23 de mayo uno de sus programas más emotivos de esta nueva edición llena de sorpresas en la que, como principal novedad, se aumentó el número de concursantes y los programas emitidos a la semana. Y es que en la prueba de exteriores, los concursantes tuvieron que cocinar para las personas mayores de la Residencia Pinar de Aravaca en Madrid, donde algunos de los concursantes tuvieron la oportunidad además de reencontrarse con sus abuelos y abuelas.

Del total de 91 residentes, con edades entre los 60 y los 101 años, 70 de ellos, junto a empleados de la residencia, pudieron degustar los platos que prepararon los concursantes para ellos en la prueba, que estaba pensada para ser «un sincero homenaje a la sabiduría y el legado de las personas mayores», según explicaban.

«Ellos son nuestro referente, nuestra memoria viva, nuestras raíces y, por supuesto, los sabios de la sociedad. Por todo ello, tenemos el firme propósito de rendirles tributo y hacerles llegar nuestro agradecimiento más sincero por todo lo que nos han cuidado y su contribución a nuestra sociedad, en este caso, a través de lo que mejor saben hacer los aspirantes: la cocina», añadían al inicio de la prueba.

Tanto los jueces como los concursantes se mostraron emocionados por el lugar escogido para la prueba, ya que «más que un desafío culinario», se trataba, según señalaron los jueces, de «una declaración de amor a través de la gastronomía a la sabiduría y entrega» de las personas mayores.

Para ello, contaron con la ayuda de las dos concursantes más veteranas, ganadoras de las ediciones de MasterChef Abuelos, Guadalupe, la abuela de dragones y ganadora de la primera edición, que se celebró hace más de 2 años, y Almudena, ganadora de la segunda edición, que se emitió las pasadas navidades.

Comensales sorpresa

Lo que no se esperaban los concursantes era poder reencontrarse en ese día tan especial con algunos de sus propios abuelos. Es lo que le sucedió a los dos aspirantes más jóvenes de la edición, Álex y Luca, quienes se encontraron por sorpresa con sus abuelos en el comedor.

El primero en volver a ver a sus abuelas fue Álex, quien fue llevado al salón sin saber lo que iba a ocurrir, pensando que en realidad iba a pedir disculpas por los fallos en el plato presentado. En cambio, sus abuelas lo recibieron entre lágrimas, sonrisas y abrazos. «¡Te quiero, vida mía, eres muy bueno!», dijo una de ellas.

«Estoy encantado. No me esperaba tener aquí a mis abuelas, estoy flipando en colores», aseguró Álex, quien regresó a las cocinas de nuevo con renovados ánimos y energías para continuar. «Yo venía a pedir perdón por los platos, y verlas me ha dado una ilusión y una fuerza increíble para llegar hasta el final», explicó.

«Cuidemos a nuestros mayores porque son un tesoro que debemos disfrutar», añadió más tarde en sus redes sociales.

Luca también se reencontró por sorpresa con sus abuelos, de los que ya habló antes de la prueba, asegurando que su abuela Caterina le había transmitido muchas cosas desde pequeño, como «ser tú mismo» o «elegancia». «Tengo mucho miedo de perderla porque es una persona muy buena», admitía.

Al llegar al comedor, los abrazos se repitieron. «Para mí mis abuelos son inspiración. Desde que yo soy pequeño me han enseñado a ser libre, a ser como yo quiero ser y siempre me han apoyado en todas las decisiones, en todo lo que he querido hacer. Los amo. Para mí son muy, muy importantes», explicó Luca, recibiendo la mejor respuesta de su abuelo: «Siempre te he dicho que tienes que ser tú mismo».

Para cerrar el gran día y la comida degustada por los comensales, dedicaron un momento a felicitar a la más veterana de la residencia, que cumplía 101 años.

María Bonillo para 65 y mas