REVELAN QUE LAS PERSONAS MAYORES PERCIBEN LOS COLORES DE FORMA DIFERENTE

Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la University College London (UCL) ha descubierto que existe una diferencia entre cómo el cerebro de las personas mayores sanas percibe el color en comparación con el de los adultos más jóvenes. La investigación, publicada en Scientific Reports, comparó cómo reaccionaron las pupilas de personas más jóvenes y mayores ante diferentes aspectos del color en el entorno.

La investigación

El equipo reclutó a 17 adultos jóvenes sanos con una edad promedio de 27,7 años y a 20 adultos mayores sanos con una edad promedio de 64,4 años. Se colocó a los participantes en una habitación oscura y se les mostraron 26 colores diferentes durante cinco segundos cada uno, mientras los investigadores medían el diámetro de sus pupilas. Las pupilas se contraen en respuesta a aumentos en la luminosidad y croma (colorido) del color.

Los colores mostrados incluían tonos oscuros, apagados, saturados y claros de magenta, azul, verde, amarillo y rojo, junto con dos tonos de naranja y cuatro colores en escala de grises.

Utilizando una cámara de seguimiento ocular de alta sensibilidad, que registró el diámetro de la pupila 1.000 veces por segundo, el equipo descubrió que las pupilas de las personas mayores sanas se contraían menos en respuesta al croma de color en comparación con los adultos jóvenes. Esto fue particularmente notable en los tonos verdes y magenta. Sin embargo, tanto los adultos más jóvenes como los mayores tuvieron respuestas similares a la «luminosidad» de un tono de color.

Un estudio pionero

El estudio es el primero en utilizar la pupilometría para demostrar que a medida que envejecemos, nuestro cerebro se vuelve menos sensible a la intensidad de los colores del mundo que nos rodea.

Los hallazgos del estudio también complementan investigaciones conductuales anteriores que mostraron que los adultos mayores perciben que los colores de las superficies son menos coloridos que los adultos jóvenes. Los investigadores creen que a medida que envejecemos hay una disminución en la sensibilidad del cuerpo a los niveles de saturación de colores dentro de la corteza visual primaria, la parte del cerebro que recibe, integra y procesa la información visual transmitida desde las retinas.

Investigaciones anteriores también demostraron que esto es una característica de una forma rara de demencia llamada atrofia cortical posterior (PCA), donde las dificultades y anomalías notables en la percepción del color podrían deberse a una disminución significativa en la sensibilidad del cerebro a ciertos tonos de color (específicamente verde y magenta) en la corteza visual primaria y sus redes conectadas.

Este trabajo se llevó a cabo como parte de una residencia interdisciplinaria con el consorcio Creado Fuera de la Mente, ganadores del Premio Wellcome Hub 2016-2018.

Fuente: 65 y mas