Una de la radio, Combatir la cultura de la muerte

Monseñor Munilla, Obispo de la Diócesis de Orihuela Alicante nos dejaba en su programa Sexto continente del lunes 2 de Mayo  diez consejos para combatir la cultura de la muerte y más cosas,  os dejamos el enlace  al blog:

https://www.enticonfio.org/sexto-continente/

EL Santo de la Semana: San Isidro Labrador

Nació en los alrededores de Madrid hacia 1080,  es patrono de la Villa de Madrid y de los agricultores.

Aunque no se tienen demasiados datos biográficos sobre el santo, parece ser que vino al mundo en el seno de una familia humildísima, poco antes de la reconquista de Madrid, en una casa situada donde en la actualidad se halla la calle de las Aguas.

Quedó huérfano muy pronto, así que el joven Isidro se buscó el sustento con trabajos como el de pocero hasta que finalmente se empleó como labrador.

Cuando Alí, sultan de Marruecos, atacó Madrid en 1110, Isidro hizo como muchos otros y se trasladó a Torrelaguna, donde continuó con el mismo género de vida, dedicada al trabajo y a la oración, que había llevado hasta el momento.

Fue precisamente en la parroquia de esta localidad donde contrajo matrimonio con una joven llamada María, natural de Uceda, cuya dote matrimonial fue una heredad en su pueblo natal, lo que fue causa de que los esposos se establecieran allí para trabajar las tierras por cuenta propia.

Aunque Isidro era piadoso y devoto, su esposa no le iba a la zaga a este respecto, ni tampoco en cuanto a laboriosidad, todo lo cual hizo -según la leyenda- que se granjearan la predilección de Dios, que los benefició con su ayuda innumerables veces, como cuando salvó milagrosamente a su hijo único que había caído en un profundo pozo o cuando permitió a María pasar a pie enjuto sobre el río Jarama y así librarse de los infundios de infidelidad que contra ella lanzaban las gentes.

En 1119, Isidro volvió de nuevo a Madrid, y entró a trabajar como jornalero agricultor al servicio de un tal Juan de Vargas. Estableció su morada junto a la Iglesia de San Andrés, donde oía la misa del alba todas las mañanas y, luego, atravesaba el puente de Segovia -las tierras de su patrón estaban del otro lado del Manzanares- para aprestarse al duro trabajo de roturar la tierra con el arado. Se dice de él que daba cuanto tenía a los menesterosos, y aún a las palomas hambrientas cedía las migas de pan de las que se alimentaba.

Mientras María quedaba en Caraquiz consagrada al cuidado de la ermita, la cual barría y aseaba diariamente, al tiempo que pedía limosna para costear el aceite que alumbraba la imagen. La separación duró hasta la última enfermedad del santo, cuando María tuvo noticia por un ángel de la muerte de su marido. Corrió presta a la Villa y no se separó del lado de su esposo hasta que éste exhaló su último aliento en 1130.

Los cinco milagros, que se pueden denominar biográficos, muestran a un campesino madrileño que realizaba las labores propias de su oficio: la labranza de la tierra con yugo de bueyes y arado y que acudía al molino a moler trigo en el invierno.

Cotejando estas noticias con los datos históricos que se tienen sobre la vida campesina de la época, se encuentra uno con una realidad fehaciente, una agricultura de arado y la práctica de la molienda durante el invierno, después de la siega del verano, cuando el grano, que había permanecido recogido en silos, era transportado a alguno de los molinos hidráulicos madrileños que funcionaban a pleno rendimiento, porque el Manzanares venía muy crecido de agua, cuya energía hacía funcionar la rueda de moler.

En este contexto se sitúan los dos primeros milagros: el del molino y el de los bueyes. En el primer caso, el santo se dirigía a un molino, que la tradición identifica con el de La Arganzuela, junto al puente de Toledo, en compañía de un mozo o ayudante, para moler trigo, y en mitad del camino ofreció de comer a unas hambrientas palomas, ateridas por el frío y la nieve, siendo objeto de la burla de su acompañante por derrochar de esa manera el trigo. El milagro se produjo cuando, al llegar al molino, los costales de ambos se encontraban repletos, sin que faltase nada.

La moraleja refleja una idea muy propia de la mentalidad religiosa de la época: la caridad hacia los animales, obra de Dios y seres de la Creación, y la Providencia Divina para quien la practica.

El segundo milagro muestra cómo el tiempo dedicado a la oración no merma el rendimiento laboral, más al contrario, lo hace fructificar y multiplica sus beneficios, poniendo de manifiesto que la vida del cristiano no se fundamenta exclusivamente en el trabajo, sino también en la oración, en un momento histórico, como el siglo XIII,  en que la mentalidad burguesa proponía el trabajo como la única meta de realización personal.

Según el códice escrito por Juan Gil de Zamora, un cortesano, teólogo, franciscano, sabio escritor, erudito y humanista, colaborador de Alfonso X, los compañeros se quejaban al amo de que san Isidro se incorporaba tarde a la labranza, porque desde el amanecer se pasaba la mayor parte del día rezando por las iglesias que había a su alrededor.

El amo, queriendo comprobar personalmente las acusaciones, espió una mañana a Isidro y observó atónito cómo un yugo celestial de bueyes blancos, a la par que su propio yugo, ayudaba al santo a realizar la labranza, aumentando, de esta manera, los rendimientos y los esfuerzos de su trabajo, supuestamente disminuidos por el tiempo dedicado a la oración.

El resto de los milagros se contextualizan no en el trabajo rural, sino en el marco de las prácticas religiosas de la época: el milagro del lobo, el de la olla y el de los pobres.

El primero presenta a un Isidro espiritual que no abandonaba la oración ni la posponía ante ningún contratiempo. Unos chiquillos, mientras estaba rezando un día de verano en la iglesia de Santa María Magdalena, identificada con la actual ermita del cementerio parroquial de Carabanchel Bajo, le alertaron de que había un lobo feroz que persiguió a su borriquillo, ocasionándole heridas de muerte. Sin embargo, el santo, pacientemente, terminó de hacer su oración y cuando salió de la iglesia se encontró al lobo muerto y al jumento en perfecto estado. El nombre de la iglesia, uno de los pocos topónimos que aparecen en el códice, y la idea del borriquillo, trasladan al ambiente histórico de una época en que los campesinos se valían de estos animales para sus desplazamientos y como bestias de carga y sin los que no se entiende la gran movilidad de estas gentes de unos lugares a otros, recorriendo, a veces, grandes distancias.

Los dos últimos milagros se refieren a la práctica de la caridad. En el de la olla, la comida se multiplicó repentinamente cuando un pobre acudió un sábado a su puerta demandando limosna. Parece ser que había costumbre de que este día se repartiesen alimentos entre los más necesitados. El pobre del relato llegó el último y, al parecer, la comida se había terminado; sin embargo, san Isidro interpeló a su esposa y le rogó que mirase si aún quedaba algo en la olla. Ésta acudió, llena de incredulidad, y comprobó sorprendentemente que estaba llena.

El último de los milagros presenta la existencia de cofradías seglares, que durante los siglos XII y XIII fueron muy dinámicas, y se manifestaron como el medio más ideal de la participación de los laicos en la vida de la Iglesia, así como la recuperación de un estilo de vida cuyas raíces se hunden en la espiritualidad de las primeras comunidades cristianas.

San Isidro perteneció a una de estas cofradías y, durante una de las comidas de hermandad, llegó tarde, debido a que había estado rezando en las iglesias, introduciendo consigo a unos pobres que había encontrado en la puerta pidiendo limosna. La comida se había acabado, quedando sólo la ración que los comensales habían reservado al santo. El milagro quiso que la olla estuviese, de repente, repleta de comida, con lo que se pudo dar de comer a los pobres y aún sobraron alimentos para muchos más. Este milagro se sitúa junto a la iglesia de Santa María Magdalena, a donde los cofrades, que habían presenciado el milagro, acudieron a dar gracias a Dios. Ello provocó que la tradición identificara esta cofradía con la que desde muy antiguo existió en Carabanchel Bajo, bajo la advocación del apóstol Santiago.

Este hecho vincula, una vez más, a san Isidro con la entonces aldea madrileña y sus tierras, pareciendo más que probable que durante la mayor parte de su estancia en Madrid viviese en este contexto rural y no en la villa, según se desprende del propio códice.

La tradición, sin embargo, le vincula también laboralmente con otros lugares de fuera de Madrid, en donde los Vargas tenían heredades, básicamente la sierra norte madrileña y las tierras del Jarama, caso de Buitrago del Lozoya, Talamanca y, especialmente, Caraquiz, en los términos municipales de Torrelaguna (Madrid) y Uceda (Guadalajara), en donde pudo conocer a su esposa y contraer matrimonio.

A Isidro, como pobre de solemnidad que era, se le enterró en el cementerio de la parroquia de San Andrés, en una tosca caja de madera sin cepillar. Transcurridos cuarenta años, como los prodigios de Isidro seguían corriendo de boca en boca, ante la insistencia del pueblo, se exhumó el cuerpo y se le dio sepultura en el interior del templo. Se vio entonces que, a pesar del tiempo transcurrido y de haber estado expuesto a las inclemencias meteorológicas, todavía se conservaba entero y de color tan natural como si estuviera vivo, prodigio que se ha podido comprobar en las múltiples traslaciones que de su cuerpo se han hecho.

Cuando Alfonso VIII de Castilla vino a Madrid tras haber derrotado al moro en las Navas de Tolosa, ordenó que el cuerpo fuera colocado en un arca bellamente policromada con escenas de la vida de Isidro.

La beatificación, pronunciada por el papa Paulo V el 14 de junio de 1619, a instancias del rey Felipe III, fue acontecimiento largo tiempo esperado por el pueblo madrileño; para conmemorar el evento se celebraron grandes festejos, en el transcurso de los cuales se inauguró la plaza Mayor.

El 19 de junio de 1622, Isidro, que en la memoria del pueblo ya era santo, fue canonizado por el papa Gregorio XV, junto a Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. En 1657 el arquitecto fray Diego de Madrid comenzó a levantar la capilla de San Isidro -primer ejemplo del barroco madrileño-, aneja a la iglesia de San Andrés, destinada a contener la urna del santo, cuyo traslado se produjo definitivamente en 1669. El 4 de febrero de 1789, Carlos III ordenó que la urna fuera instalada en el antiguo Colegio Imperial, que pasó a llamarse entonces Iglesia Real de San Isidro, y que luego sería la catedral de Madrid.

FUENTES: Biografías y Vidas

                    Real Academia de la Historia

Mayo, mes de María

La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más

María es la única mujer de toda la historia de la humanidad a la que Dios permitió nacer sin pecado original, la madre de Cristo y siempre Virgen, que fue asunta al cielo en cuerpo y alma.

Tenemos 30 días por delante en este mes de mayo para dedicarlos especialmente a Nuestra Madre. Pero, ¿por qué el mes de mayo es el mes de la Virgen María? Si la Iglesia está celebrando la Resurrección de Jesús, ¿por qué se rinde homenaje también a María en este mes?

Esta tradición lleva dos siglos en vigor y coincide con el comienzo de la primavera y el destierro del invierno. El «triunfo de la vida» que simboliza la primavera es uno de los motivos por los que se sitúa en mayo el mes de la Virgen, Madre de la Vida, de Jesús.

Además, la presencia de este homenaje particular a María se corresponde con otorgar un sentido cristiano a este mes y en esta estación. La Grecia y la Roma clásicas también celebraban la llegada de la primavera. Lo hacían con festividades, oraciones y flores para Artemisa y Flora, ambas consideradas diosas de la fertilidad.

Esta tradición dio un vuelco en el siglo XII y cambió de página en el calendario. Nació la fiesta de «La devoción de los treinta días a María», que tenía lugar entre la segunda quincena de agosto y la primera de septiembre.

Dedicarle un mes exclusivo a la Virgen es una idea del siglo XVII. En esta época volvió a incluirse un culto especial a María en el mes de mayo, que es el que ha llegado hasta la actualidad.

La primavera y el mes de mayo presentan una naturaleza verde, en flor, con buen tiempo. Ese reflejo de la belleza de la naturaleza también habla de María, de su belleza y de su virtud.

La celebración de este mes de mayo es más que una tradición entre los cristianos, es un homenaje y una acción de gracias hacia quien es Nuestra Madre. Como «regalos» para Ella, se suelen hacer muchas cosas. Entre ellas, el rezo del Rosario, las ofrendas florales o la meditación de sus dogmas son algunas ideas con las que honrar a María en este mes de mayo. Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.

¿Qué se acostumbra hacer este mes?

Recordar las apariciones de la Virgen.  En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupana)  y otras tantas en las que la Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos.

Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son.

1.- Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.

2.-Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.

3.-Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.

 4.- Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.

 Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres.

María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.

Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.

María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.

Vivir una devoción real y verdadera a María.

Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:

1.-Mirar a María como a una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.

2.-Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.

3.- Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.

4.- Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.

5.- Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.

La Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Coeli, la Consagración a María y el Rosario.

Cantar las canciones dedicadas a María

Cantos que nos ayudan a recordar el inmenso amor de nuestra madre a nosotros, sus hijos. Son muchos los cantos que la tradición popular recoge para este mes, Venid y Vamos todos, Los rosales en flor, Cuantas veces siendo niño te rece, El Ángel vino de los cielos,  Reina del Cielo, Alégrate,  y otras muchas.

Es momento de mostrar nuestro amor y dedicarle un ratito cada dia.

Intenciones de Oración para el mes de Mayo

 

El Papa Francisco confía cada mes a su Red Mundial de Oración, intenciones de oración que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia”, afirma el sitio web de la iniciativa.

“Su intención de oración mensual es una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos», es una brújula para una misión de compasión por el mundo”, para este mes de Mayo:

Por la fe de los jóvenes

Recemos para que los jóvenes, llamados a una vida plena, descubran en María el estilo de la escucha, la profundidad del discernimiento, la valentía de la fe y la dedicación al servicio.

La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española aprobó en su reunión del 19 al 23 de abril de 2021  las intenciones de la CEE para el año 2022

Para este mes de Mayo  la Conferencia Episcopal Española nos propone orar

Por la completa erradicación de la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias, especialmente para las personas y los países más desfavorecidos.

¡ESTAMOS VIVOS, VOLVAMOS A FATIMA! – EIM 2022

Corría el mes de Mayo de 2020, era el día 13, en pleno confinamiento por la pandemia de Covid-19,¡Qué bueno sería ir a Fátima en septiembre, seguro que esto del covid ya ha pasado, nos dijimos!.

Llegó el verano y en mi interior resonaba con más fuerza una voz, ¡VEN, que no te frene el miedo, no tengas miedo, el miedo atenaza al hombre y lo paraliza, el miedo no es de Dios, VEN!  Y allá que nos fuimos, rezando para que no cerraran fronteras,

Lunes 21 de septiembre de buena mañana, más bien de noche  por todo el mundo, caminito de Portugal, provistos de mascarillas,  hidrogeles y mucha precaución, en la confianza de que no nos iba a suceder nada malo.

El viajar en coche, cuando tu no conduces,  te facilita ir dejando atrás lo cotidiano, lo de todos los días, te permite dar tiempo a la oración, olvidar las prisas del día a día y es que a veces  hay que alejarse para tomar impulso.

En nuestra estancia la Virgen nos fue dando regalos, el primero: cuatro hermanos de la misma comunidad concelebraban la Eucaristía. ¡Que gozo para el oído esas cuatro voces masculinas maravillosamente armonizadas, elevaron nuestro espíritu muy alto!. Mercedes hizo de lectora y para ella fue un segundo regalo que ese día le hizo nuestra Madre.

Después de tantas emociones el cansancio hizo mella en nosotros, y tras  tomar un refrigerio  nos retiramos a descansar, aun desde la cama pudimos escuchar el ultimo toque del  reloj de la Basílica que a las horas en punto toca el Ave de Fátima. Eran las 11 de la noche.

El segundo día clareaba el alba cuando nos levantamos, en la preciosa terraza con vistas al Santuario rezamos laudes y desayunamos, sin más planes que dar espacio al espíritu visitamos  Tomar, una pequeña ciudad  cercana a Fátima, que fue sede religiosa en la Edad Media de los caballeros Templarios.

¡La obra de Dios es simplemente perfecta ¡  la palabra que mejor lo define es imponente,   un deleite para los sentidos y un nuevo regalo que nos hacía nuestra Madre por habernos conducido hasta allí. Dejarse llevar de la mano de la Virgen siempre resulta  mucho mejor.

La tarde se presentaba emocionante, estábamos encargados de la Eucaristía de las 19,15, hay que decir que en esos tiempos no eran  muchos los sacerdotes españoles que pasaban por Fátima, y que algunos días no había posibilidad de celebrar esa misa por falta de sacerdote.

¡Cuanta emoción y cuantos nervios!  Iniciamos la misa animando con un canto, escuchar tu voz por los altavoces del Santuario impresiona.  Mercedes en su papel de lectora proclamó la lectura de los Proverbios y llegó el momento, salmodiar en la Capelinha a los pies de la Virgen es un lujo. ¡ Gracias Madre!.

Con toda mi alma, con toda mi voz, toda yo,  conforme avanzaba la salmodia entré en un estado de serenidad excelsa, gozando de tal modo el momento que éramos solo dos, Dios que me amaba y yo que oraba con el salmo pidiendo que me guiara por su camino.

El miércoles   permanecimos en el Santuario, visitamos la Basílica de la Santísima Trinidad, impresionante con sus 8.600 plazas sentadas, redonda y sin una  sola columna, es magnífico el mosaico del frontispicio; continuamos la visita con las capillas subterráneas, en las que de forma permanente  se celebra el Sacramento de la Reconciliación, de camino a vaciar nuestro saquito.

La Virgen  nos volvió a salir al paso con una maravillosa exposición denominada “Vestida de Blanco”, un precioso  recorrido por la iconografía de la Virgen desde el románico a nuestros días.  Esto termino de preparar mi espíritu para Reconciliarme con Dios, que con esto de la pandemia andaba yo ya un poco necesitada.

Después hubo tiempo para visitar la Basílica de la Virgen con la tumba de los pastorcitos, de comer,  de descansar un rato  y visitar Aljustrel.  Las casas de Jacinta  y de Lucía, el jardín donde se apareció el Ángel para terminar en la zona del Viacrucis de los Húngaros, llamado así porque fue sufragado por católicos de Hungría refugiados en países de occidente durante la época comunista.

Allí todo es silencio, invita a la meditación, a la oración, es una burbujita en el ruidoso mundo, es el sitio para encontrar respuestas a las inquietudes, y sobre todo ánimo para seguir avanzando, allí se siente a la Madre que te abraza y te invita a contarle tus cosas, se percibe ese consuelo calentito del Amor, no hay mejor consejera, con ese “haced  lo que El os diga” nos abre las puertas al diálogo con el Señor tan necesario hoy en día.  No hay mejor intercesora, ¡ y que poco pide, rezad el Rosario, y pedid por las almas  más necesitadas, haced penitencia y comulgad!.

Ahora se nos presenta una magnífica ocasión para volver, para poner calma en el espíritu, para dar gracias por todo lo recibido, para hacernos presentes, porque después de este duro tiempo pandémico estamos vivos, somos una fuerza viva de la Iglesia y de la sociedad, y  aalí daremos inicio a la  peregrinación que nos llevara al Encuentro Internacional de Mayores en Santiago de Compostela (EIM 2022)

Gracias Madre por tu llamada a volver a peregrinar a tu casa, en este tiempo de  pandemia, si en 2020 resultó  una experiencia inolvidable, bellísima y fortalecedora, en 2022 será  un tiempo de gracia que seguro que dará buenos frutos. No tengamos miedo, Ella va con nosotros.

En el Mes de Maria colaboremos al sostenimiento de la radio que lleva su nombre

En Mayo, Radio María realiza una de las dos campañas anuales para recaudar fondos que incluirá, como momento más fuerte, la Mariathon (del 9 al 14).

De esta campaña dependen en buena medida la ampliación y mejora de la red de frecuencias y la ayuda al nacimiento o consolidación de RM en naciones necesitadas (este año, Nicaragua, Ruanda, Líbano…).

Por ello, como otros años, necesitan la colaboración de todos nosotros, seamos generosos.

«Da limosna en la medida que puedas; si tienes poco, no te avergüences de dar poco. Así acumularás un tesoro para el día de la necesidad» Tobías 4, 8-9

Cómo hacer un donativo a Radio María

¿Sabes que mantener Radio María cuesta 564 € a la hora?

Gracias a Dios, cada vez son más los oyentes que, con su ayuda, por pequeña que pueda parecer, hacen posible esta obra de la Virgen. Y no solo en España, pues con los donativos ayudamos a abrir emisoras en países más necesitados de otros continentes.

Para garantizar la absoluta transparencia, Radio María no recoge donativos en mano, fuera de sus instalaciones. Las formas de colaborar económicamente, con su labor apostólica, son las siguientes:

1.-Donación periódica

2.-Puede realizar una donación puntual con Tarjeta o con un cargo a su cuenta bancaria.

3.-Ingreso en efectivo

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Catequesis del Papa sobre la vejez(8): “Eleazar, la coherencia de la fe, el legado del honor”.

A través del testimonio del anciano Eleazar el Papa Francisco se refirió en su catequesis a la relación especial existente entre la fidelidad de la vejez y el honor de la fe como ejemplo para los jóvenes. “La práctica de la fe no es cosa de viejos”. En su audiencia general de esta mañana – celebrada en la Plaza de San Pedro ante la presencia de numerosos fieles y peregrinos procedentes de diversos países – el Santo Padre impartió su octava catequesis sobre la vejez titulada en esta ocasión: “Eleazar, la coherencia de la fe, el legado del honor”.

El Santo Padre, recordando la figura de Eleazar, afirmó que la Biblia nos dice “que a este noble anciano se le propuso ganar unos días más de vida si traicionaba los preceptos de Dios, pero él rechazó esa posibilidad con firmeza y valentía”.

“Eleazar decidió morir antes que renegar de la fe que profesaba, dando así ejemplo de fidelidad y de coherencia a las futuras generaciones. Su testimonio nos deja una gran herencia: ser coherentes con la propia fe, es decir, obrar siempre de acuerdo a lo que creemos, hasta el final de nuestros días”

Francisco dijo que “la tentación de separar la fe y la vida  también podemos encontrarla hoy, de diferentes maneras”. Por ejemplo – añadió – “vemos que la práctica de la fe muchas veces se presenta de forma negativa, se ridiculiza o se margina, o bien se considera una cosa de ‘viejos’, algo inútil e incluso nocivo para la propia existencia.

 Y añadió  “Estamos llamados a testimoniar que la fe no es algo reservado a una etapa de la vida, sino una bendición para todos, un don que siempre merece ser respetado y ser honrado”

Y para concluir dijo que: “La práctica de la fe no es el símbolo de nuestra debilidad, sino más bien el signo de su fuerza.

Texto íntegro en:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2022/documents/20220504-udienza-generale.html

Rostros y cercanías, por Juan Pedro Rivero González

Juan Pedro RIvero González es Delegado de Cáritas Diocesana de Tenerife.

En cada cara hay un rostro. Y las mayores distancias acontecen cuando le damos la espalda al otro. La cercanía y el rostro son caras de la misma moneda.

Cuentan que caminaban dos personas por el campo dando un paseo. Disfrutaban del ambiente, del clima y del sol que iluminaba el horizonte vegetal. De repente, algo se movió a lo lejos. Y así lo comentaron: “algo se mueve allá”. Decidieron acercarse y, mientras lo hacían, uno comentó que seguro se trataba de un animal. Conforme se acercaban, comenzaron a ver una figura humana que andaba también en dirección opuesta. De pronto comentó el otro: “¿No es ese Javier?”. Todas las afirmaciones que hicieron hasta Javier eran verdad. Pero la cercanía convirtió algo en Javier

Así son las cosas: El paso que va desde el “algo” hasta “Javier” lo recorre la cercanía. De lejos todos son objetos. En las distancias cortas se identifican las peculiaridades. La cercanía ofrece la posibilidad de distinguir un rostro. Y nada es tan peculiar como el rostro. El rostro y el nombre nos hacen ser sujetos.

Esta dimensión antropológica del encuentro y la cercanía se ha visto afectada por la distancia social y la incorporación de la atención por internet en tantos sectores de la vida social. Las reuniones virtuales han generado otra forma de encuentros y un mura, aunque sea transparente, en medio de nuestras miradas. La docencia virtual es una forma de nueva cercanía que, en algunas circunstancias, se transforma en nueva lejanía entre personas.

La afirmación de que el teletrabajo ha venido para quedarse es otro modo de generar distancia y aislamiento individual que puede afectar a los servicios que los oficios están llamados a prestar a la sociedad. Ya hemos escuchado el malestar que ha generado en el servicio bancario a las personas mayores y, por otro lado, lo que la solicitud de cita previa por internet y la atención telemática en los ayuntamientos ha supuesto para las necesidades ciudadanas.

La afirmación “tú eres un rostro que yo necesito contemplar para encontrarme contigo” es profundamente antropológico. Necesario para la comunión. A distancia solo ocurren las guerras y, los avances tecnológicos han distanciado el acierto y la puntería. La Paz se construye en las distancias cortas, y la comunión y amistad social necesitan y merecen contemplar el rostro ajeno.

Pensando en estas cercanías necesarias recordé aquella frase de mi abuelo, tal vez referida a aquella dura época de la emigración canaria a Venezuela que decía algo así como “Amor de lejos, amor de pendejos”. Si le quitamos vulgaridad al dicho, podríamos considera que el amor exige cercanía. No solo el amor de los esposos, sino el amor incluso al enemigo. Nada es tan reconciliador como la anulación de las distancias. Nada es tan cercano como el amar al prójimo.

Esto sí que lo puede arreglar, no solo el médico chino, sino cada uno de nosotros.

El Santo de la Semana: San Atanasio de Alejandría

San Atanasio Nació en Alejandría, en 295. Es  Padre y doctor de la Iglesia, también es  llamado San Atanasio el Grande o Atanasio de Alejandría, de donde fue obispo.

Atanasio fue el máximo paladín de la creencia católica en el tema de la Encarnación que la Iglesia haya conocido jamás, y durante su vida se ganó el título característico de «Padre de la Ortodoxia», por el cual se ha distinguido desde entonces.

Acudió al Concilio de  Nicea como compañero y diácono del entonces patriarca de Alejandría y contribuyó a definir la consustancialidad del Padre y del Hijo divinos y la condenación de Arrio en 325

Fue elegido patriarca en 328,  mantuvo contra viento y marea la fidelidad a las decisiones del concilio, lo cual le valió ser condenado, depuesto y desterrado cinco veces a lo largo de su vida, tras ser reintegrado a su sede otras tantas, siguiendo los avatares de tiempos y emperadores, favorables o no al arrianismo.

Al fin, logró residir en su sede hasta morir en ella el 2 de Mayo de 373

Admirado en la historia del dogma, San Atanasio escribió numerosas obras sobre las controversias arrianas, como su Discurso sobre la Encarnación del Verbo; es autor también del documento más importante del cristianismo primitivo sobre el monacato, la Vida de San Antonio.

Era hombre de carácter impetuoso y tenaz, tuvo amigos entusiastas y enemigos encarnizados.

En su fe, alimentada por un misticismo fervoroso y por una rígida moral, se preocupó ante todo de defender la realidad de la Redención por la encarnación de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, y la independencia de la Iglesia de la autoridad política.

Fue el duro y tenaz luchador que requerían el tiempo y las circunstancias.

Brioso y hábil polemista, Atanasio se mostró muy firme en la defensa de la consubstancialidad del Verbo encarnado en Dios Padre, uniéndose a una naturaleza humana completa en Jesucristo.

Discrepó  tanto de Marcelo como de Apolinar de Laodicea apenas vio el carácter heterodoxo de sus doctrinas, pese a que defendieran también el término «consubstancial».

Alrededor del 362, se acercó a San Basilio, San Gregorio Niceno y San Gregorio Nacianceno, admitiendo que podían usarse otros términos además de aquel que se discutía, con tal de que quedara claramente establecida la identidad de esencia.

Admitió también el uso, en el sentido de «persona», de la palabra «hipóstasis» (en latín «substancia»), empleada por él hasta entonces como sinónimo de «usia» («esencia»), y sostuvo contra los macedonianos la consubstancialidad del Espíritu Santo con las otras dos Personas divinas.

Murió en Alejandría en 373

Para conocer más, haz clic en este enlace

https://ec.aciprensa.com/wiki/San_Atanasio

Fuentes: Biografías y Vidas

                   Enciclopedia católica on line

                   Aciprensa

Iniciarse en atletismo con 101 años y ganar una medalla con 105: La gesta de Julia

Julia Hawkins ganó los Juegos Nacionales de 50 y 100 metros para atletas seniors poco después de empezar a entrenar, a los 101 años

Se le ocurrió comenzar a practicar este deporte porque, cada vez que estaba en el jardín y sonaba el teléfono, salía corriendo a cogerlo y no se cansaba.

Comenzó a entrenar en atletismo a los 101 años

Si hay alguien ya no solo digno de entrar en el Guinness de los Récords, sino también en los anales de la historia por su fortaleza física esa es Julia Hawkins, una estadounidense que acaba de ganar una medalla deportiva… ¡a los 105 años! Lo más curioso es que comenzó a practicar atletismo a los 101 años y en menos de un lustro se ha convertido en una auténtica velocista. ‘Huracán Hawkins’ la llaman ya en su país y razón, desde luego, no les falta.

Julia comenzó a competir en ciclismo a los 75 años, deporte que sustituiría, 25 años después, por el atletismo

En noviembre de 2021  corrió los 100 metros lisos en la ciudad de Baton Rouge, en el estado de Louisiana, donde reside. Las decenas de personas asistían al evento centraban su atención en Julia, que no dejaba a nadie indiferente con su increíble gesta: completaba la carrera en un minuto y tres segundos, un tiempo admirable dada su edad.

Eso sí, al llegar a la meta y encontrarse con los periodistas que la esperaban para preguntarle sobre su sorprendente estado físico, le costaba un poco recuperar el aliento, pero pudo responder a las preguntas sin mayor problema. Le cuestionaban, entre otras cosas, si tenía planeado repetir esta espectacular hazaña la próxima edición, ya con 106 años, a lo que respondía con ironía que “dependía de cómo se levantase mañana”.

Tras el encuentro con los reporteros, a Julia le impusieron su merecida medalla que, por sorprendente que parezca, no es la primera. Poco después de comenzar a entrenar, ganó los Juegos Nacionales de 50 y 100 metros para atletas seniors y hace dos años se hizo con el oro en 100 metros para adultos mayores.

Eso sí, aunque Hawkins se pasó muy tarde al atletismo, es una deportista veterana. Siempre había montado en bici y, de manera similar a lo que ha hecho en este otro deporte, comenzó a competir a los 75 años.

Estuvo, por tanto, compitiendo en ciclismo 25 años, hasta que un día se dio cuenta de que podía correr porque cuando está en el jardín y suena el teléfono, sale “corriendo para cogerlo” con gran agilidad, comentaba en unas declaraciones recogidas por la publicación especializada Planeta Triatlon. “Pensé que sería divertido correr los 100 metros con más de 100 años”, decía riéndose.

Quizá sea ese, el sentido del humor, el secreto para la salud de hierro de esta mujer centenaria a la que no hay obstáculo que la detenga. Por supuesto, como cabía esperar, también se cuida: nunca ha fumado ni bebido alcohol y presta especial atención a su alimentación, en la que lo que más abunda es la fruta y la verdura.

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