En su audiencia del día 15 de Junio el Santo nos ponía como ejemplo a la Suegra de Pedro. Cuyo relato nos ayuda a reflexionar sobre la ancianidad, es el relato de la curación de una mujer enferma que recibe la visita de Jesús, y su vida cambia.
En este breve pasaje evangélico encontramos varias enseñanzas. Vemos, en primer lugar, que Jesús no va solo, sino acompañado de sus discípulos.
Esto nos recuerda que son los miembros de la comunidad cristiana —familiares, amigos— quienes visitan, consuelan y ayudan a las personas mayores que atraviesan momentos de dificultad.
También son significativos los gestos que realiza Jesús y la actitud de esta mujer. Jesús se acerca a ella, la toma de la mano y hace que se levante, con delicadeza y ternura.
Inclinándose ante quien lo necesita, Jesús revela su sensibilidad por los que sufren y anuncia la salvación. La suegra de Pedro, al verse curada, responde con gratitud y espíritu de servicio. Podemos decir que agradece los dones que ha recibido de Dios con fe y alegría, a través de obras concretas.
Texto íntegro en:
https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2022/documents/20220615-udienza-generale.html