En nuestro recorrido de catequesis sobre la vejez, el miércoles día 22 meditamos sobre el diálogo entre Jesús resucitado y Pedro al finalizar el Evangelio de Juan (21,15-23). Es un diálogo conmovedor, en el que se refleja todo el amor de Jesús por sus discípulos, y también la sublime humanidad de su relación con ellos, en particular con Pedro: una relación tierna, pero no simple, directa, fuerte, libre y abierta. Una relación en la verdad. Así, el Evangelio de Juan, tan espiritual, tan elevado, se cierra con una vehemente petición y ofrenda de amor entre Jesús y Pedro, que se entrelaza, con toda naturalidad, con una discusión entre ambos. El evangelista nos advierte: da testimonio de la verdad de los hechos (cf. Jn 21, 24). Y es en ellos donde hay que buscar la verdad.
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