La Misa de los Gozos: Antiquísima tradición musical previa a la Navidad

Desde el día 15 al 23 de diciembre, alrededor de las 7 de la mañana  en la zona de Murcia, Granada y Almería se celebran las misas de los Gozos.  Son misas cantadas que se crearon en el s. XVII y que se han mantenido hasta la fecha sin interrupción.

Son nueve días, cada uno por uno de los nueve meses de gestación previos al nacimiento del Niño Jesús en los que las cuadrillas en Granada y los Auroros en Murcia  cantan unas coplas que en origen servían para explicar a los fieles, en lengua romance, los distintos pasos que componían la misa, por aquel entonces en Latín.

La Misa en Latín suponía un handicap para los devotos, de ahí que el clero se aproveche de este grupo de músicos (creyentes todos, pero cada uno a su manera), que saben explicar lo que el Sacerdote va haciendo a lo largo de la celebración: la división de la Sagrada Hostia, la Comunión, etc.

En el siglo XVI y principios del XVII la Iglesia tomó el control de las manifestaciones musicales, ritmos y melodías tradicionales, tanto religiosas como profanas para aprovecharlas, adaptarlas e integrarlas en su liturgia.

Además, la Iglesia se dio cuenta de que, gracias a la Cuadrilla, que ameniza la misa, el pueblo muestra más fervor que de costumbre, lo cual aumenta si lo que se canta tiene que ver con los difuntos, tema o materia en el que todos se comportan con muchas devoción.

Historia

Estos territorios pertenecieron al último reducto del Reino Nazarí de Granada. Cuando este cae, los Reyes Católicos permiten que sigan en sus tierras los moriscos, que así lo hacen, pero en un ambiente cada vez más hostil. Un siglo después de la caída de Granada estalla la revuelta de los moriscos, que fue reprimida a sangre y fuego por Felipe II y Don Juan de Austria.

La expulsión de los moriscos en 1.591 impulsó una repoblación de sus territorios, y si las Alpujarras fueron repobladas con gallegos, los Vélez y Baza lo fueron con murcianos, levantinos y manchegos… que trajeron sus costumbres.

Entre ellas, las Cuadrillas de ánimas y un folclore ahora netamente andaluz: jotas y seguidillas que se fusionaron con las músicas de raíz morisca que pervivieron en estos pueblos (entre sus pobladores cristianos o conversos que durante siglos habían convivido con la cultura andalusí y luego morisca).

A estos palos se fueron añadiendo durante el s. XVIII otros de origen castellano o andaluz como los fandangos o las malagueñas, en sus versiones más arcaicas, anteriores a la mezcla con los aires árabes y gitanos que han conformado el flamenco.

Las Cuadrillas

La Cuadrilla es expresión musical de la antigua Cofradía o Hermandad de Ánimas, que surgieron con fuerza a raíz del Concilio de Trento y su confirmación del Purgatorio, ese lugar en el que penaban las almas de quienes habían muerto con algún pecado a sus espaldas hasta que el mismo era limpiado a base de misas, oraciones, limosnas y ofrendas.

La creencia en estas «almas en pena» y en la necesidad de salvarlas impulsa estas Cofradías y Hermandades, especialmente en el entorno de Lorca (Murcia). Se extiende a los territorios vecinos, y posiblemente a las comarcas andaluzas de Baza y Los Vélez con especial intensidad, no por contagio sino por inmigración, como se ha visto.

En unas tierras poco pobladas y en las que abundan las aldeas y cortijadas dispersas, las cuadrillas de jornaleros, pastores y campesinos se juntarían al acabar sus jornadas y emplearían la música como vehículo para relacionarse con las poblaciones de su entorno.

Entre el Día de los Santos y el de la Candelaria (esto es, los meses de Noviembre, Diciembre y Enero) las cuadrillas pedían por cortijos, aldeas y pueblos para la salvación de las ánimas.

Al llegar a una casa se preguntaba «Ánimas benditas, ¿se canta o se reza?». Si en la casa se guardaba luto por una defunción reciente, se rezaba y se pedía limosna. En caso contrario, se cantaban coplas y los anfitriones (para los que una visita sería una ocasión especial) entregaban un aguinaldo en dinero o especie (las cuadrillas llevaban un burro para cargar con gallinas, conejos, palomas…) que luego entregaban a la iglesia local para que ésta diera misas y pidiera por esas almas del Purgatorio.