LA SEMANA SANTA ESTÁ AQUÍ

Acabamos  de comenzar la Semana Santa, que concentra las principales celebraciones del año litúrgico cristiano. Y el Triduo Pascual (que va desde el Jueves Santo por la tarde hasta el anochecer del Domingo de Pascua) es el corazón de la Semana Santa. En él conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Estas celebraciones son tan importantes que las preparamos durante cuarenta días (la Cuaresma) y las prolongamos durante cincuenta días más (el Tiempo Pascual, que dura hasta Pentecostés).

Además, cada domingo es considerado «la Pascua de la semana» y en cada eucaristía seguimos «anunciando su muerte y proclamando su resurrección» hasta que él vuelva.

Como vemos, la Semana Santa tiene una importancia fundamental en la vida litúrgica de la Iglesia y lo mismo podemos decir respecto a la reflexión bíblica y teológica. Pero, ¿por qué esos días son tan singulares?, ¿por qué la Iglesia dedica tanto tiempo a prepararlos?, ¿por qué da tanta importancia a ese periodo del año?

La respuesta es sencilla: Durante los últimos días de la vida mortal de Jesús tuvieron lugar varios acontecimientos extraordinarios que prepararon el desenlace definitivo: la resurrección de Lázaro, la entrada triunfal en Jerusalén, la purificación del templo, la predicación sobre los tiempos finales, la última Cena, la traición de Judas…

Después vino la muerte, sepultura y resurrección del Señor. Sobre la memoria de esos sucesos se construyó la fe cristiana.

San Juan Crisóstomo escribió a finales del siglo IV una larga homilía sobre la Semana Santa, en la que recoge el sentir de la Iglesia primitiva. Entre otras cosas interesantes, allí afirma lo siguiente:

«He aquí porqué la semana presente se llama la Gran Semana. No es porque los días sean más largos que los otros; otras semanas, en efecto, tienen días con más horas de luz. No es porque los días sean más numerosos, pues en todas las semanas el número de días es el mismo. Es porque, en esta semana, Dios ha hecho cosas particularmente gloriosas, es en esta Gran Semana cuando la larga tiranía del demonio ha sido destruida, la muerte ha sido extinguida, […] el pecado ha sido borrado, el paraíso se ha abierto, […] el Dios de paz ha extendido la paz en el cielo y en la tierra. Por eso la llamamos la Semana Mayor o la Gran Semana».

De hecho, ningún otro acontecimiento de la historia ha dejado tantas huellas en la literatura, en la música y en el arte. Los primeros cristianos comprendieron muy pronto su profundo significado, por lo que fue lo primero que pusieron por escrito en los evangelios. Su narración tiene tanta importancia que algunos autores afirman que los evangelios son relatos del misterio pascual de Cristo, precedidos por una gran introducción, que ayuda a interpretarlos correctamente.

Padre Eduardo Sanz de Miguel Blog.