LA VUELTA A ESPAÑA EN SOLITARIO DE UNA JUBILADA: «HA SIDO UNA OPORTUNIDAD PARA DEMOSTRARME QUE ME VALGO POR MÍ MISMA”

A sus 67 años, María del Carmen Lafuente se ha sentido “protagonista de su propia vida” con un viaje en solitario en el que se ha recorrido todo el país.

“Una de las mayores aventuras de mi vida”. Así resume María del Carmen Lafuente, vecina de Zaragoza de 67 años, el viaje en solitario que ha llevado a recorrerse durante el último año toda la geografía española. Un periplo repleto de experiencias, en el que se ha sentido “protagonista de mi propia vida”, y que ahora quiere plasmar en un libro con el que animar a otros a vencer miedos y emprender sus propias peripecias.

Mari Carmen es nervio en estado puro. Menuda y presumida, tal y como ella reconoce, habla rápido y algo atropellada, pero con cuidado para que su interlocutor capte el sentido de sus palabras. Le agrada que su historia, hecha pública primero por Heraldo de Aragón, haya generado atención, y no tiene reparos en quedar con este diario para relatarla.

“Nací en una familia pobre de Quintanilla de Tres Barrios (Soria), y con dos años me llevaron a Zaragoza”, cuenta frente a un refresco. Tras dejar los estudios a los 13 años, ejerció diversos oficios -dependienta, costurera- hasta que, tiempo más tarde, se hizo con una plaza de auxiliar de enfermería. Sus últimos años laborales estuvieron marcados por los cuidados que ella y sus hermanos dispensaron a su madre, que padecía alzheimer. “Y ahora, ¿qué hago con mi vida?”, fue lo que pensó tras el fallecimiento de esta un año antes de que a Mari Carmen le tocara jubilarse.

Fue por entonces cuando comenzó a pergeñar su plan de viaje. Sin cargas ni ataduras familiares, se puso en contacto con oficinas de turismo y estaciones de toda España para trazar sus futuros movimientos. Con el cheque regalo que le dieron sus compañeros del hospital al jubilarse se compró un par de zapatillas todoterreno y una maleta. Ya con todo listo, se puso en marcha el 3 de enero de 2022 rumbo al norte de España, primera etapa de un ruta que le ha llevado por 50 provincias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Durante este año, ha sido muy consciente de cómo con el paso del tiempo los nervios iniciales se relajaban y ganaba soltura a la hora de desenvolverse. “Ha sido una gran oportunidad para demostrarme que me valgo por mí misma”, apunta la mujer, que antes no había viajado mucho, y menos en solitario. También dice que no ha pasado miedo, pero sí que ha vivido algunos momentos duros o tristes, que los acepta como parte de la experiencia.

Su presupuesto, de unos 1.000 euros mensuales, no daba para dispendios. Comía tirando de platos preparados y comedores baratos en hospitales o centros de mayores. Pernoctó en hostales, pensiones y albergues. “Llevé un saco por si algún día tenía que dormir en la calle, pero no hizo falta”, señala. Para moverse, recurrió principalmente al autobús, aunque también se montó en trenes, barcos -para visitar las islas- y hasta coches compartidos (“un Blabacar con un estudiante de veterinaria de Toledo muy majo”).

Partidaria del turismo sin prisas, solía pasar una semana en cada ciudad y sus alrededores. Como resultado, atesora miles de fotos -«unas 20.000», estima- y cuadernos de notas a rebosar de apuntes sobre parajes, costumbres, lugares de ocio y cultura e impresiones sobre la gente a la que conoció en el camino.

Ahí está Ricardo, un pastor rumano que busca en Huelva un pedacito de tierra para cultivar al que espera poder ayudar en el futuro. José y su hijo, que le llevaron en coche a ver Medina Azahara (Córdoba). Juanjo, un vagabundo que tocaba la flauta en el centro de Pamplona al que le regaló su teléfono, pero con quien ha perdido el contacto. O una mujer austriaca de 77 años que también viajaba sola a la que conoció en Lleida. “Quiero ser como tú”, pensé al conocerla.

Con su viaje, Mari Carmen se siente “más valiente y segura de sí misma”, y reivindica que con la llegada de la jubilación no se acaba nada, sino que comienza una nueva etapa que puede ser igual o más de interesante.

En Zaragoza desde el pasado 3 de enero, justo un año después de su partida, esta maña de adopción se halla ahora inmersa en la escritura del libro con sus vivencias. “Espero que le pueda servir a algunas personas”, remata. Mientras, ya planea una nueva escapada de largo recorrido, esta vez por Europa.