NO SE PREOCUPE PADRE

Nuestro Amigo Virtual Tino Bada, sacerdote de la Diócesis de Oviedo,  comparte este precioso recuerdo con nosotros:

“Acababa de llegar a Roma y me tropecé contigo en la plaza de San Pedro, yo iba despistado en mi primer día en la Ciudad Eterna donde estaría tres años como estudiante gregoriano, aunque en aquel momento yo no sabía que eras tú. Nos pedimos perdón mutuamente. Yo tuve la culpa pero me sonreíste y tu sonrisa me pareció conocida, no sabía por qué. Volví a pedir perdón nervioso y me dijiste «no se preocupe padre» y ambos continuamos nuestros caminos. Un compañero del Colegio Español vino corriendo y me dijo, «acabas de atropellar al Cardenal Ratzinger, prefecto de la Doctrina de la Fe», y entonces me puse un poquito más nervioso y supe por qué me sonaba tu cara. Tres años después tú misma cara asomaba a la loggia vaticana y te presentaban como Benedicto XVI. Yo estaba al pie del balcón en la plaza de San Pedro gritando ¡viva el Papa!, a quien tres años antes había atropellado en mi acelerado paso.

Esta última noche del año en que te has ido, te tuteo retóricamente, cosa que jamás me hubiese atrevido en vida, para darte gracias por tanto y tan bueno como nos dejaste en la Iglesia y tal como lo hago con Jesucristo mi Señor a quien tú tan bien serviste. Descansa siervo bueno y diligente y gracias por tu entrega y tu valentía y por haberte sabido bajar de la silla de Pedro y mostrar con naturalidad que, sin salud, es difícil ser el Papa de Roma.

¡Descanse en paz Santidad, no le olvidaremos. Hoy ya he pedido en cuatro misas por usted para que esté llamado a vivir lo que de modo tan maravilloso nos predicó a todos!