Cuando falleció Juan, el marido de Luisa, hace más de veinte años, tenían pendiente viajar a México y visitar la Basílica de la Virgen de Guadalupe, Pepe, su nieto, era solo un niño pero en su memoria quedo grabada la queja de su abuela “ya no podremos ir a México a visitar a la Virgen” y le dijo “yo te llevaré a ver a la Virgen de Guadalupe”.
El día 17 de noviembre partían ambos desde Alicante, a Madrid y de allí a México, a la expedición se sumó posteriormente la hija de Luisa, han visitado al menos en 3 ocasiones a la Virgen de Guadalupe en su Basílica, pero además han realizado numerosas visitas turísticas que Pepe había ido contratando con mucho amor, Luisa es amante de las rancheras, y no le han faltado Mariachis en el recorrido, en los restaurante donde iban siempre han tenido un detalle con ella dándole la bienvenida con bengalas, con vajilla especial con rótulos como “Bienvenida a México”…
El pasado día 20 Luisa cumplía 80 años y su nieto Pepe cumplió su promesa, celebrándole su cumpleaños en México y visitando con ella la Basílica de la Guadalupana. Desde el verano ha ido preparando este maravilloso viaje en el que a Luisa la han tratado como a una reina, todo han sido atenciones para ella, durante una semana su nieto la ha hecho sentir que es una gran abuela.
El día 26 cuando regresó se encontraba muy cansada por el vuelo tan largo y el posterior viaje en coche hasta casa, pero la felicidad irradiaba por todo los poros de su piel, y es que esta Luisa es una abuela que ha suplido la falta del abuelo, abuela cómplice, educadora, catequista, acogedora, curiosamente sus nietos no la llaman abuela, la llaman Luisa.