Leemos esta entrevista con el CEO de la plataforma online, Jon Balzategui en 65 y mas.
Andreu Texido, cofundador y COO de Vilma y Jon Balzategui, CEO y cofundador.
Nadie mejor que un sénior para transmitir conocimiento a otro sénior.
Esta es la filosofía de Vilma, un proyecto pionero en España creado para que los mayores de 50 años puedan acceder a cursos online impartidos por personas de su misma edad y logren «aprender nuevas habilidades», conectar «con otras personas con inquietudes similares» y descubrir «nuevas experiencias de vida en un ambiente seguro y de confianza», al mismo tiempo. 65YMÁS ha conversado con su CEO y cofundador, Jon Balzategui, para conocer más sobre esta iniciativa que ya cuenta con 16.000 usuarios, con tan solo un año y medio de vida.
PREGUNTA – ¿Cómo surge la idea de crear Vilma?
R.- Nos tenemos que remontar a la época de la pandemia. Como bien sabéis, supuso muchos cambios y uno de ellos fue que todos tuvimos que acostumbrarnos a trabajar en remoto. Por aquel entonces, yo trabajaba en una start-up, en Barcelona, y también tuve que teletrabajar. Así que, aprovechando esa oportunidad, volví al País Vasco, de donde soy, con mi pareja, y estuvimos conviviendo con mis padres. Eso me permitió ver y vivir de cerca el proceso de jubilación de mi madre: era una persona muy ocupada a nivel profesional y pasó a ser alguien con más tiempo y con ganas de aprender habilidades nuevas y de profundizar en sus hobbies.
Ahora bien, también me di cuenta que tampoco había muchas soluciones –de hecho, ninguna digital– que le permitieran profundizar en estas inquietudes de una forma más interactiva. Ahí fue cuando empecé a hablar con otras personas en una situación similar y vi que existía un patrón de gente –jubilada o cerca de ello y que, a nivel familiar, tiene hijos con cierta autonomía– con ganas de aprender habilidades nuevas, descubrir intereses, estar activos física y mentalmente, etc.
P.- ¿Cómo definiría Vilma?
R.- Es una plataforma de educación, entretenimiento y bienestar dirigida a los babyboomers, personas entre 55 y 75 años, que ofrece clases en vivo sobre diferentes temáticas: arte, literatura, tecnología, salud y bienestar, ejercicios… con amplitud de categorías y horarios, de nueve de la mañana a nueve de la noche.
P.- ¿Por qué una comunidad ‘de sénior para sénior’?
R.- Es verdad que dentro de nuestro grupo de profesores no todo el mundo tiene la misma edad. Hay gente algo más joven, pero los séniors tienen un peso muy grande. Creemos que la comunidad cuenta con mucha experiencia y conocimientos que va acumulando a lo largo de la vida y que es muy importante facilitar que puedan compartirlos con quienes quieren aprender.
Y también pensamos que es una buena forma de que se dé una mayor complicidad entre alumno y estudiante. A veces, en determinadas materias, como en los cursos relacionados con las tecnologías, un sénior con conocimientos va a impartir mejor un curso a un alumnado de su edad que, quizá, una persona joven de 25 o 30 años.
P.- ¿Cómo llegan los profesores a vuestra plataforma? ¿Qué profesión tenían antes?
R.- Hay muchos perfiles, cada uno con su historia particular, pero hay patrones. En primer lugar, muchos han profundizado en la materia –de los cursos– a lo largo de su carrera profesional y ahora lo hacen en Vilma también. Un ejemplo son los profesores que dan clases de yoga, ejercicios o zumba.
Y luego, los hay que tienen unos hobbies que han ido desarrollando durante su vida y poseen mucho conocimiento que quieren compartir. Tenemos una persona que se ha dedicado al periodismo, pero que además tiene nociones de fotografía, así que imparte un curso, por ejemplo. Existen estas dos variantes. Algunos están jubilados, otros no y otros desean compartir sus pasiones con los demás.
Luego, nosotros nos aseguramos de que la persona en cuestión cuente con conocimientos contrastados. Y no sólo eso, sino también habilidades comunicativas que le hacen ser un buen profesor. Además, tenemos una metodología de enseñanza y la compartimos con los profesores.
P.- ¿Qué rol tiene el alumno en los cursos?
R.- Los alumnos tienen mucho protagonismo. Los cursos tienen un toque muy participativo, dinámico e interactivo. Son los protagonistas y el profesor actúa como guía y les va dando feedback.
P.- ¿Cree que estas comunidades de cursos online son el futuro?
R.- La mayoría de alumnos pasa mucho tiempo en casa y se sienten muy cómodos allí, pero, al mismo tiempo, realizan actividades en el exterior, quedan con amigos. Ahora, en el tiempo que pasan en el domicilio, les encaja muy bien el formato online. El hacer clases se convierte en una alternativa para ellos en vez de estar viendo la tele, leyendo las noticias o haciendo alguna tarea doméstica.
P.- Por ahora, Vilma es una plataforma única en España.
R.- Sí. De momento, con la propuesta de valor que tenemos y nuestro enfoque de comunidad somos los únicos en España. Lo que sí que vemos es que algunas empresas y ayuntamientos se han mostrado muy interesados, les ha parecido atractivo y se han puesto en contacto con nosotros para explorar posibilidades de colaboración.
P.- Su plataforma demuestra que los sénior sí navegan por internet, y mucho, y consumen también ocio de forma online.
R.- La tasa de digitalización en nuestro público objetivo, los babyboomers, es altísima y el uso de contenidos digitales diarios es muy alta, cerca del 75%. Y este dato es previo al Covid, post, estoy convencido, es más alto. Cuando hablamos de séniors, pensamos que no están familiarizados con las tecnologías, pero no es así. Quizá sí que la experiencia de usuario deba ser más sencilla y menos cargada que alguna aplicación dirigida a un público más joven, pero su familiaridad con la tecnología es muy alta.