EL Santo de la Semana San Isaac de Córdoba y compañeros mártires.

En la  Córdoba del siglo IX, en la región hispánica de Andalucía en tiempo de la dominación musulmana, Isaac de familia noble y cristiana. Estuvo estudiando árabe y fue nombrado administrador y tesorero de rentas; pero en el año 848 las altas condiciones que tenían le hacían ver los niveles espirituales a los que no podría llegar, por lo que se vio a retirarse espiritualmente al monasterio de Tábanos, donde estuvo recibiendo enseñanzas del abad Martín e ingreso como monje,  llevado por un impulso no humano sino divino, salió del monasterio de Tábanos para presentarse ante el juez sarraceno y hablarle acerca de la verdadera religión, razón por la cual fue decapitado.

En la ciudad los moros están cansados de matar; los cristianos que conviven allí están cansados también de aguantar insolencias y de sufrir humillaciones con peligro. Bastantes han preferido la salida y se han instalado en los alrededores, ocupando las cuevas de la montaña donde viven como ermitaños. Son más de los que se esperaba; casi se puede decir que han formado un cinturón cercando la ciudad de los emires. Con frecuencia reciben la visita de Eulogio que les conforta con la palabra clara, fuerte y enérgica que deja en sus almas regustos de mayor entrega a Dios, mezclada con deseos de fidelidad a la fe cristiana y a los derechos de la patria.

Gran parte de ellos avivan en el alma deseos sinceros de perfección. Pasan el día y la noche repitiendo las costumbres ascéticas de los antiguos anacoretas entre la meditación y la alabanza. Las numerosas ermitas de la montaña forman un gran monasterio que sigue la Regla de los antiguos y pasados reformadores visigóticos Leandro, Isidoro, Fructuoso y Valerio quienes muy probablemente recopilaron, adaptándolas, las primeras reglas cenobíticas de los orientales recogidas por Pacomio, Casiano, Agustín y Benito. El más importante es el Tabanense.

Estalló la tormenta con el martirio del sacerdote cordobés Perfecto que fue arrastrado al tribunal, condenado y degollado.

Hay revuelo en la ciudad y protesta e indignación en el campo. Ha nacido un sentimiento por mucho tiempo tapado; muchos, llenos de ánimo, se lanzan en público a maldecir al Profeta y se muestran deseosos de morir por la justicia y la verdad. El mismo Eulogio pretendió serenar los ánimos, pero de todos modos sostiene que «nadie puede detener a aquellos que van al martirio inspirados por el Espíritu Santo».

Isaac es un joven sacerdote de Tábanos, hijo de familia ilustre cordobesa; de buena educación, conocedor excelente del árabe, hábil en los negocios, servidor en la administración de Abderramán y de sus rentas. Pero amargado en la casa de su amo por la insolencia de los dominantes, por su prepotencia altanera, o quizá por escrúpulos de conciencia, decidió irse y entrar en Tábanos donde le trató Eulogio. Ahora, indignado por la persecución de los musulmanes, toma la decisión de presentarse al cadí con la intención de ridiculizar la injusticia y acabar en el martirio.

Simula querer tener razones para aceptar la religión del Profeta y las pide con ironía y sarcasmo al juez que cae en la trampa. Tan de plano rechaza ante el público reunido la mentira del Profeta, la bajeza de la vida del mahometano y la falsía de la felicidad prometida que, resaltando la verdad del Crucificado, la dignidad que pide a sus fieles y la verdad del único Cielo prometido, que, fuera de sí el improvisado y timado maestro, abofetea a Isaac, contra la ley y la usanza.

La crónica del suceso narrada por Eulogio coincide con la versión árabe relatada en las Historias de los jueces de Córdoba, de Alioxaní, por la que sabemos hasta el nombre del cadí, Said-ben Soleiman el Gafaquí, que le juzgó. Abderramán II mandó aplicar el rigor de la ley a su antiguo servidor; y para que los cristianos no pudieran hacer de su cadáver un estandarte dándole veneración, lo mantuvo dos días en la horca, lo hizo quemar y desparramar después sus cenizas por el río Guadalquivir. Fue martirizado el 3 de juno de 851.

Dos días más tarde, el mártir es Sancho, un joven admirador de Eulogio, nacido cerca del Pirineo, que era un esclavo de la guardia del sultán; a éste, por ser culpado de alta traición además de impío, lo tendieron en el suelo, le metieron por su cuerpo una larga estaca, lo levantaron en el aire y así murió tras una larga agonía; esa era la muerte de los empalados.

Seis hombres que vestían con cogulla monacal se presentaron el domingo, día 7, ante el juez musulmán, diciéndole: «Nosotros repetimos lo mismo que nuestros hermanos Isaac y Sancho; mucho nos pesa de vuestra ignorancia, pero debemos deciros que sois unos ilusos, que vivís miserablemente embaucados por un hombre malvado y perverso. Dicta sentencia, imagina tormentos, echa mano de todos tus verdugos para vengar a tu profeta». Eran Pedro, un joven sacerdote y Walabonso, diácono, nacido en Niebla, ambos del monasterio de Santa María de Cuteclara; otros dos, Sabiniano y Wistremundo, pertenecían al monasterio de Armelata; Jeremías era un anciano cordobés que había sido rico en sus buenos tiempos, pero había sabido adaptar su cuerpo a los rigores de la penitencia en el monasterio de Tábanos que ayudó a construir con su fortuna personal y ya sólo le quedaba esperar el Cielo y, otro tabanense más, Habencio, murieron decapitados.

En unos días, ocho hombres fueron mártires de Cristo.

La Conferencia Episcopal Española anima a firmar el testamento vital.

El testamento vital es la expresión escrita de la voluntad de un paciente sobre los tratamientos médicos que desea recibir, o no está dispuesto a aceptar, en la fase final de su vida. El testamento vital también especifica que se administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos, pero que no se aplique la eutanasia.

  1. ¿QUÉ ES EL TESTAMENTO VITAL?

El presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, Mons. José Mazuelos Pérez, explica, entre otras cuestiones, en qué consiste, cómo hacerlo, dónde se debe registrar para que tenga valor jurídico, o su importancia.

Del consentimiento firmado al testamento vital

Ante el avance de la medicina se hizo necesario e imprescindible el Consentimiento Informado, que consiste en la participación de forma activa en la toma de decisiones junto al médico sobre el tratamiento a seguir.

Pero… ¿Cuándo el enfermo queda incapacitado?

Sin embargo, hay situaciones en las que el enfermo no puede decidir sobre su propia salud por incapacidad debido a la propia enfermedad, accidente o vejez. Cuando se presentan estas dificultades, uno de los caminos para ayudar al personal sanitario es la consideración de la voluntad del paciente manifestada previamente a la pérdida de la capacidad de razonar. Es a esta voluntad anticipada a lo que se llama popularmente testamento vital.

¿Cómo hacerlo?

La persona que firme esta declaración tiene que estar en plena posesión de las facultades mentales.

La rúbrica se hará ante la presencia de tres testigos o bien bajo la eventual intervención de un notario.

¿A quién hay que entregarlo? ¿Dónde se registra?

El testamento vital, reconocido legalmente en España a partir del año 2002 con la Ley de Autonomía del Paciente, una vez firmado se inscribe en un registro de voluntades vitales creado con este propósito en las distintas comunidades autónomas.

Es importante tener en cuenta que las diferentes comunidades han regulado este documento con distintas denominaciones: testamento vital, voluntades anticipadas, instrucciones previas o manifestaciones anticipadas de voluntad. Por eso es conveniente que se consulte la regulación de la comunidad de residencia para asegurar que se cumplen todos los requisitos legalmente exigidos para inscribirse y asegurar su eficacia futura.

En cualquier caso, el testamento vital se puede modificar o revocar en cualquier momento.

¿Por qué es importante?

Porque no hay enfermos “incuidables”

El testamento vital es esencial para dejar constancia, de forma anticipada, de nuestra voluntad de aceptar o rechazar determinados tratamientos médicos. De esta manera, se libera a los familiares del peso de tomar decisiones por el enfermo en situaciones tan difíciles.

También contempla nombrar a un representante legal en materia de tratamientos médicos encargado de velar por su cumplimiento y de tomar decisiones en previsión de una eventualidad no contemplada en el testamento escrito.

Además se especifica el derecho a una atención espiritual.

¿Es válido ante la eutanasia?

El testamento vital especifica que se administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos, pero que no se aplique la eutanasia (ningún acto u omisión que por su naturaleza y en su intención cause la muerte).

La proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia recoge que no podrá aplicarse la eutanasia en caso de que la persona haya suscrito con anterioridad un documento con instrucciones, testamento vital, voluntades anticipadas o documentos equivalentes reconocidos legalmente.

Por eso es importante que se haga y se inscriba en el registro de voluntades vitales de la comunidad autónoma correspondiente para que tenga valor jurídico.

Es curioso que el testamento vital fuera reivindicado por algunas personas y asociaciones que abogaban por una mentalidad claramente eutanásica. Se pa­trocinaba como vehículo para abrir caminos para considerar de forma absoluta la autonomía del paciente. Hoy, ante la posible aprobación de la ley de la eutanasia se hace necesario para evitar abusos de aplicación de la misma cuando no se puede manifestar el consentimiento informado.

¿Por qué anima la Conferencia Episcopal a que los fieles lo hagan?

Por dos razones:

Para evitar el atropello a la dignidad y a la libertad de la persona incapacitada que trae consigo la ley de la eutanasia.

Para ayudar a humanizar el proceso de muerte con una asistencia humana material y espiritual, estableciendo una línea que dé espacio a una verdadera alianza terapéutica entre el médico competente, los familiares y/o los eventuales representantes que no deberá ser trasgredida.

Con el testamento vital se especifica que no se quiere el encarnizamiento terapéutico o acciones terapéuticas sin esperanza, inútiles u obstinadas, ni la eutanasia entendida como toda medida adoptada para acelerar la muerte de modo directo o inten­cionado. De esta forma quedan garantizados los cuidados mínimos de sustento vital, como lo es la comida y la bebida en cualquier persona, mientras se considere razonablemente útil, evitando toda forma de ensañamiento terapéutico.

  1. ¿CÓMO HACER EL TESTAMENTO VITAL?

Aunque la finalidad es la misma, cada comunidad autónoma lo denomina de una manera diferente y establece sus propias normativas

Haciendo clic en el enlace puedes acceder a la web de la Conferencia Episcopal, en la que se incluye el modelo del testamento Vital  y la normativa de las distintas Comunidades Autónomas

https://www.conferenciaepiscopal.es/interesa/eutanasia/el-testamento-vital/

Indulgencia plenaria en la celebración de la segunda Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores

El pasado día 30 se ha anunciado que, también este año, la Penitenciaría Apostólica ha concedido la Indulgencia Plenaria a todos los ancianos que participen en las liturgias celebradas con motivo de la Jornada, y a todos aquellos que en los días inmediatamente anteriores o posteriores a la Jornada visiten a un anciano que esté solo. La visita, de hecho, escribe el Papa Francisco en el mensaje para la Jornada, «¡es una obra de misericordia de nuestro tiempo!»

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha hecho público hoy el kit pastoral con las instrucciones para la celebración de la segunda Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores en cada diócesis, parroquia y comunidad eclesial.

A este respecto, el Card. Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, subrayó que «la atención a los abuelos y a los ancianos no puede ser algo extraordinario, porque su presencia no es excepcional, sino un hecho establecido en nuestras sociedades”.

El Santo Padre nos invita a tomar conciencia de su relevancia en la vida de nuestros países y comunidades y a hacerlo no de forma episódica, sino estructural. Es decir, no se trata de perseguir una urgencia, sino de sentar las bases de una pastoral a largo plazo que nos compromete durante décadas».

Las catequesis y el mensaje del Santo Padre son el corazón del kit pastoral y contienen una gran cantidad de indicaciones que pueden ser utilizadas, si es necesario, adaptándolas al propio contexto. La oración oficial es un instrumento para acompañar la preparación del evento y puede ser recitada por los ancianos y por quienes vayan a visitarlos.

ES INSOPORTABLE TANTA OSCURIDAD

Juan Pedro Rivero González es Delegado diocesano de Cáritas Tenerife.

“Pase lo que pase, la noche acabará”. Y volverá a salir el sol sobre nuestro limitado e imperfecto horizonte. Volveremos a abrir los ojos y a respirar los colores que juegan a pelearse por llamar la atención y las miradas. La inquietud y zozobra de estos rincones despiertos en los que burbujean los remordimientos y las preocupaciones acabarán por deshacerse en cascadas de sentido común. Todo pasará.

Un joven que, con dieciocho años recién cumplidos, tiene la posibilidad de adquirir un tipo de arma que merece un periodo de instrucción militar para su uso. Y él la adquiere, como si de un terminal de telefonía móvil se tratara. Una transacción comercial que muchos creen reconocer como una forma de libertad. Y allá se va; a entrenar con las vidas débiles de sus mayores y de los pequeños de una escuela. Y así, como ocurre en los videojuegos, van cayendo al suelo alumnos de primaria norteamericanos.

Y todos los medios del mundo nos lo ofrecen en bandeja. La noticia de estos días. La libertad convertida en locura irracional e ilógica que siega vidas anónimas para nosotros, pero para quienes les pusieron sus nombres, no es cegar, es arrancar de raíz esperanzas e ilusiones, es sentir que al alma se les arranca del cuerpo.

La locura pasará. Esta locura pasará. Como pasó y terminaron las leyes que justificaban la esclavitud como normalidad social. Como pasarán aquellas otras que hoy justifican la muerte de quienes no se pueden quejar ni defender porque aún -la ley- no les reconoce personalidad jurídica por no natos. También son personas sin papeles, humanos irregulares.

La noche de la historia pasará. Esta loca noche de sinrazón y utilitarismo ciego que solo valora la rentabilidad individual de las acciones. Y nacerá, de nuevo, el sueño de lo más grande de la humanidad: la solidaridad desnuda. Sí que nacerá; porque siempre habrá alguien que confíe en la razón humana.

Demasiado oscura está la pantalla para que sea fácil mantener la esperanza. Parece que no hay bondades que comentar. Todo es guerra, enfermedad, muerte y dolor. Los oscuros colores de la historia. Hay oscuridad porque no afinamos la mirada y porque se nos hace imposible reconocer la pequeñez del pelo que nada sobre la faz del inmenso tazón de leche. Y todo es pelo. Y todo se nos vuelve oscuro.

¿Cuántos son los seres humanos que despiertan enamorados y agradecidos? ¿Cuántos hay que cuidan a los suyos día tras día acariciando con sus quehaceres la vida de las personas? ¿Cuántas personas honradas que rehúyen aprovecharse de los errores ajenos? ¿Cuántas son las que imaginan y construyen con creatividad espacios de bien común? Si miras alrededor, alguna encontrarás. Pero si afinas la mirada, si eres capaz de no cegarte por la dureza oscura del mal, muchas más encontrarás.

La terapia de la esperanza es cada vez más necesaria.

“Conviene que me vaya, para poder enviarles al defensor, que los llevará a la verdad plena”. Señor, cumple tu promesa. Es insoportable tanta oscuridad.

Intenciones de Oración para el mes de Junio

El Papa Francisco confía cada mes a su Red Mundial de Oración, intenciones de oración que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia”, afirma el sitio web de la iniciativa.

“Su intención de oración mensual es una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos», es una brújula para una misión de compasión por el mundo”, para este mes deJunio:

Por las familias

 

Recemos por las familias cristianas de todo el mundo, para que, con gestos concretos, vivan la gratuidad del amor y la santidad en la vida cotidiana.

La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española aprobó en su reunión del 19 al 23 de abril de 2021  las intenciones de la CEE para el año 2022

Para este mes de Junio la Conferencia Episcopal Española nos propone orar

    Por el ministerio del sucesor de Pedro y el de todos los obispos del mundo en comunión con él, para que, sirviendo fielmente al Pueblo de Dios, confirmen a sus hermanos en la fe y guíe sabiamente la nave de la Iglesia.

 

Reconocimiento en Bilbao a la Presidente Diocesana de Vida Ascendente, Tommy Rodriguez, en el Día Internacional de la Mujer

Con motivo de la celebración del Día Internacional  de la Mujer, la Diócesis de Bilbao, ha creado un reconocimiento a ocho mujeres de la Diócesis.

Los 8 ámbitos que, a través de 8 mujeres fueron reconocidos en esta ocasión son: el de las personas mayores, situaciones de exclusión , las personas migrantes, la vida pastoral, el compromiso público, el entorno de la salud,  los órganos de corresponsabilidad y la vida comunitaria.

El acto que se celebró en el salón de El Carmen, estuvo presidido por nuestro obispo Mons. Segura y congrego a muchas personas que han querido compartir con las mujeres homenajeadas la celebración, pero que también ha sido motivo para reivindicar  y visibilizar que la mayoría de las comunidades católicas de Bizkaia están sostenidas por mujeres. “Mujeres que están fuera de los focos – ha subrayado el prelado bilbaíno, pero que son fundamentales para dar luz a la Iglesia y a la sociedad”.

En otro momento de su intervención, ha puesto en valor los “muchos pasos” que se han dado en favor de la igualdad y la equidad entre hombres y mujeres, pero ha reconocido que “aún nos queda un camino por recorrer, en primer lugar en la Iglesia”.

 En esta ocasión, he tenido el honor de ser unas de las mujeres homenajeadas, en nombre de todas las voluntarias y voluntarios que dedicamos nuestro tiempo y nuestro cariño a las personas mayores, en mi caso desde Vida Ascendente.

 

El evento consistió en un acto muy emotivo, en el que estuvimos arropadas por familiares y amigos, se nos hizo entrega de un pequeño detalle consistente en un cuadro con una huella en la arena para simbolizar las huellas que vamos dejando.

Colaboración de Tommy Rodriguez Presidente Diocesana de Bilbao

EL SANTO DE LA SEMANA: SAN CARLOS LWANGA Y SUS COMPAÑEROS MARTIRES

San Carlos Lwanga o Luanga nació entre   1860 y 1865, ​fue un catequista católico de Uganda,  mártir por su fe y venerado como santo en la Iglesia católica. Había nacido en el reino de Buganda, en la parte sur de la moderna Uganda, y sirvió como paje en la corte del rey Mwanga II.

Los Padres Blancos evangelizaron en África en el siglo XIX. Los primeros conversos instruyeron y guiaron a los más nuevos creciendo la comunidad rápidamente. Inicialmente no había problemas con el rey,  pero al ver que interfería en su estilo de vida,  una de las razones que exasperaron al rey contra los cristianos fue su negativa a participar en actos sexuales con él, habituales en la corte,  comenzaron las represalias.

José Mukasa era el líder de la comunidad católica, quien tenía a su cargo una comunidad de 200 miembros. Después de una masacre de anglicanos perpetrada en 1885, José Mukasa, laico católico en la corte, reprochó al rey su acción. Mwanga.

El rey mandó a que mataran a José, mientras sus verdugos le amarraban las manos, él les dijo: «Un Cristiano que entrega su vida por Dios no tiene miedo de morir». Lo quemaron el 15 de Noviembre de 1885.

El rey Mwanga comenzó una severa campaña para que los cristianos, recién convertidos por los Padres Blancos, abandonaran su fe, y ejecutó a muchos anglicanos y católicos entre 1885 y 1887. Muchos de ellos eran funcionarios de la corte del rey o muy cercanos a él, como es el caso de Carlos Lwanga.

Lwanga asumió las funciones de Mukasa, bautizando en secreto a los catecúmenos el 26 de mayo de 1886. Los cristianos lejos de atemorizarse, continuaron con sus actividades. Sus oraciones lograron que el rey desistiera de las persecuciones por seis meses.

En mayo del año siguiente, estalló la tempestad. Los cristianos fueron capturados y llamados ante el rey. Este les preguntó si tenían la intención de seguir siendo cristianos, «!Hasta la muerte!», respondieron ellos al unísono.

El rey ordenó que la ejecución se haga en un lugar llamado Namugongo, a 60 kms de distancia. Uno de los jóvenes era el hijo del verdugo. Éste le rogó para que se escapara, pero no fue aceptada su propuesta. A tres de los jóvenes mártires se les quitó la vida cuando iban por el camino; los restantes fueron encerrados por siete días en la prisión de Namugongo, bajo condiciones infrahumanas.

El 3 de junio de 1886, día de la Ascensión, fueron sacados de la prisión; envueltos en unos juncos y, ordenados en fila, se les prendió fuego. Al hijo del verdugo le dieron un golpe en la cabeza para que no sufriera al ser quemado. Murieron proclamando el nombre de Jesús y diciendo: «Pueden quemar nuestros cuerpos pero no pueden dañar nuestras almas».

Carlos Lwanga (21 años), Andrés Kagwa, y otros veinte jóvenes fueron beatificados el 6 de Junio de 1920 por el Papa Benedicto XV.

Ésto fue lo que escribió para su beatificación:

«Quién fue el que primero introdujo en Africa la fe cristiana se disputa aún; pero consta que ya antes de la misma edad apostólica floreció allí la religión, y Tertuliano nos describe de tal manera la vida pura que los cristianos africanos llevaban, que conmueve el ánimo de sus lectores. Y en verdad que aquella región a ninguna parecía ceder en varones ilustres y en abundancia de mártires. Entre éstos agrada conmemorar los mártires scilitanos, que en Cartago, siendo procónsul Publio Vigellio Saturnino, derramaron su sangre por Cristo, de las preguntas escritas para el juicio, que hoy felizmente se conservan, se deduce con qué constancia, con qué generosa sencillez de ánimo respondieron al procónsul y profesaron su fe. Justo es también recordar los Potamios, Perpetuas, Felicidades, Ciprianos y «muchos hermanos mártires» que las Actas enumeran de manera general, aparte de los mártires aticenses, conocidos también con el nombre de «masas cándidas», o porque fueron quemados con cal viva, como narra Aurelio Prudencio en su himno XIII, o por el fulgor de su causa, como parece opinar Agustín. Pero poco después, primero los herejes, después los vándalos, por último los mahometanos, de tal manera devastaron y asolaron el África cristiana que la que tantos ínclitos héroes ofreciera a Cristo, la que se gloriaba de más de trescientas sedes episcopales y había congregado tantos concilios para defender la fe y la disciplina, ella, perdido el sentido cristiano, se viera privada gradualmente de casi toda su humanidad y volviera a la barbarie.»

El 18 de octubre de 1964, el Papa Pablo VI canonizó a los 22 mártires de Uganda.

En Namugongo existe la Basílica de los Mártires de Uganda consagrada a todos los mártires ejecutados por orden de Mwanga

El 28 de noviembre de 2015, durante su undécimo viaje apostólico a Uganda, el Papa Francisco celebró una misa en el mismo santuario después de visitar la cercana iglesia anglicana, también dedicada a los mártires del país. En su homilía, el Papa dijo: «Hoy, recordamos con gratitud el sacrificio de los mártires ugandeses, cuyo testimonio de amor por Cristo y su Iglesia ha alcanzado precisamente los extremos confines de la tierra», y añadió: «Recordamos también a los mártires anglicanos, su muerte por Cristo testimonia el ecumenismo de la sangre. Todos estos testigos han cultivado el don del Espíritu Santo en sus vidas y han dado libremente testimonio del poder transformante de su fe en Jesucristo».

Ciclo de Catequesis del Santo Padre sobre la vejez (11).  Cohélet: la noche incierta del sentido y de las cosas de la vida

Este miércoles, 25 de mayo, el Santo Padre en su catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez, meditó con el Libro del Eclesiastés y dijo que, “¡Los ancianos llenos de sabiduría y humor hacen mucho bien a los jóvenes! Los salvan de la tentación de un conocimiento del mundo triste y sin sabiduría” y también que “La vejez puede aprender de la sabiduría irónica de Cohélet el arte de sacar a la luz el engaño oculto en el delirio de una verdad de la mente desprovista de afectos por la justicia”, en esta ocasión reflexionando a la luz del Libro del Eclesiastés o Cohélet (2,17-18; 12,13-14), otra joya que encontramos en la Biblia.

Un Libro que cuestiona el sentido de la existencia

Al presentar su décima primera reflexión sobre “la sabiduría y el valor de la vejez”, el Santo Padre señaló que, “en una primera lectura este breve libro impresiona y deja desconcertado por su famoso estribillo: «Todo es vanidad», todo es ‘niebla’, ‘humo’, ‘vacío’. Sorprende encontrar estas expresiones, que cuestionan el sentido de la existencia, dentro de la Sagrada Escritura”. En realidad, explicó el Pontífice, la oscilación continua de Cohélet entre el sentido y el sinsentido es la representación irónica de un conocimiento de la vida que se desprende de la pasión por la justicia, de la que el juicio de Dios es garante. Y la conclusión del Libro indica el camino para salir de la prueba: “Teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal”

La resistencia de la vejez al desencanto de la vida

Ante esta realidad, evidenció el Papa Francisco que, en ciertos momentos, nos parece acoger todos los contrarios, reservándoles el mismo destino, que es el de acabar en la nada, el camino de la indiferencia puede parecernos también a nosotros el único remedio para una dolorosa desilusión. Puede surgir en nosotros, afirmó el Pontífice, una especie de intuición negativa que puede presentarse en cada etapa de la vida, pero no hay duda de que la vejez hace casi inevitable el encuentro con el desencanto. Y por tanto la resistencia de la vejez a los efectos desmoralizantes de este desencanto es decisiva: si los ancianos, que ya han visto de todo, conservan intacta su pasión por la justicia, entonces hay esperanza para el amor, y también para la fe.

“Para el mundo contemporáneo se ha vuelto crucial el paso a través de esta crisis, crisis saludable, porque una cultura que presume de medir todo y manipular todo termina por producir también una desmoralización colectiva del sentido, del amor, del bien”

La búsqueda moderna de la verdad está separada de la justicia

Esta desmoralización de la vida, precisó el Santo Padre, quita el deseo de buscar la “verdad”, que se limita a registrar el mundo, al fluir del tiempo y al destino de la nada. “De esta forma -revestida de cientificidad, pero también muy insensible y muy amoral- la búsqueda moderna de la verdad se ha visto tentada a despedirse totalmente de la pasión por la justicia. Ya no cree en su destino, en su promesa, en su redención”. Para nuestra cultura moderna, que al conocimiento exacto de las cosas quisiera entregar prácticamente todo, la aparición de esta nueva razón cínica – que suma conocimiento e irresponsabilidad – es un contragolpe muy duro. “El conocimiento que nos exime de la moralidad, al principio parece una fuente de libertad, de energía, pero pronto se convierte en una parálisis del alma”

Atentos a la “acedia”, una enfermedad del alma

En este sentido, el Papa Francisco dijo que, Cohélet, con su ironía, ya desenmascara esta tentación fatal de una omnipotencia del saber -un “delirio de omnisciencia” – que genera una impotencia de la voluntad. Asimismo, afirmó que, los monjes de la más antigua tradición cristiana habían identificado con precisión esta enfermedad del alma, que de pronto descubre la vanidad del conocimiento sin fe y sin moral, la ilusión de la verdad sin justicia. La llamaban “acedia”. No es simplemente pereza. No es simplemente depresión. Más bien, es la rendición al conocimiento del mundo sin más pasión por la justicia y la acción consecuente.

El peligro de una “sociedad del cansancio”

El vacío de sentido y de fuerzas abierto por este saber, que rechaza toda responsabilidad ética y todo afecto por el bien real, no es inofensivo. No solamente le quita las fuerzas a la voluntad del bien: por contragolpe, abre la puerta a la agresividad de las fuerzas del mal. Son las fuerzas de una razón enloquecida, que se vuelve cínica por un exceso de ideología. De hecho, con todo nuestro progreso y bienestar, nos hemos convertido verdaderamente en una “sociedad del cansancio”. Teníamos que producir bienestar generalizado y toleramos un mercado sanitario científicamente selectivo. Teníamos que poner un límite infranqueable a la paz, y vemos sucesión de guerras cada vez más despiadadas contra personas indefensas. La ciencia progresa, naturalmente, y es un bien. Pero la sabiduría de la vida es otra cosa, y parece estancada.

No busquemos refugio en las brujerías de la vida

Finalmente, el Santo Padre dijo que, esta razón an-afectiva e ir-responsable también quita sentido y energías al conocimiento de la verdad. No es casualidad que la nuestra sea la época de las fake news, de las supersticiones colectivas y las verdades pseudo-científicas. En esta cultura del saber, del conocer y de la precisión, se ha difundido tanta “bujería culta”, que nos llevan a una vida de supersticiones. ¡Los ancianos llenos de sabiduría y humor hacen mucho bien a los jóvenes! Los salvan de la tentación de un conocimiento del mundo triste y sin sabiduría. Y los devuelven a la promesa de Jesús: «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados».

Leido en Vatican News.

Para leer el texto íntegro  de la catequesis haz clic en el enlace:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2022/documents/20220525-udienza-generale.html

Pentecostés: La venida del Espíritu Santo

Podemos decir que, si la Iglesia nació del costado de Jesús en la cruz, del cual manó sangre y agua, esa misma Iglesia empezó a caminar el día que le fue concedido el don del Espíritu Santo en Pentecostés.

Podemos ver en el libro de los Hechos de los Apóstoles la gran transformación que se dio en los apóstoles al recibir este Don. Lo necesitaban. Hay una marcada evolución en estos hombres en un tiempo relativamente corto. Pasan a ser en la Última Cena “amigos” de Jesús; pero amigos que continúan con sus dudas, torpezas, miedos, miras excesivamente humanas… incluso después de convivir con el Señor resucitado durante cuarenta días. Esto significa algo importante: sólo cuando reciben el Espíritu Santo, la Vida que les ganó Jesús con su muerte y resurrección, se hizo efectiva en ellos, los transforma y los capacita para la misión que les fue encomendada por el propio Jesús. Así pues, la salvación que nos ganó Jesús quedaría sin efecto, como un tesoro enterrado, si no fuera por la acción del Espíritu Santo. Él es quien va “tomando” de ese tesoro infinito, y lo va repartiendo generación tras generación a cada persona que se abre a su acción. Así, se podría comparar a un maestro escultor que va modelando en cada alma, la imagen de Jesús, de modo que cuando esa imagen está acabada, le llega el momento de alegrar el corazón del Padre en el Cielo. Esta comparación requiere sus matices. Que el Espíritu Santo nos modele a imagen del único modelo, Jesús, no significa que estemos siendo hechos como piezas en serie en una factoría. Es claro, lo vemos en los mismos discípulos, así como en los santos que veneramos a lo largo del año litúrgico, que cada cual sigue conservando su carácter, sus habilidades, sus capacidades, su sensibilidad, sus opiniones personales… en definitiva, su identidad. Sin embargo, cada cual es fiel reflejo de Jesús, en quien permanecemos en la medida en que somos fieles a su voluntad. El rostro de Jesús se refleja en los ojos de que aquellos que se esfuerzan día a día, en vivir con fidelidad extrema, dándose por entero a la obra encomendada por Él. Por “obra encomendada” habremos de entender toda actividad que nos concierna desde la mañana hasta noche, desde la vida de familia hasta el trabajo profesional, pasando por el descanso, las vacaciones, la jubilación, la enfermedad… Toda actividad honesta es susceptible de ser ofrecida al Padre, debe ser ofrecida al Padre; y será lo que aportemos sobre el altar cuando acudimos a la eucaristía para estar verdaderamente unidos al Sacrificio del Señor. Si hemos comparado la acción del Espíritu Santo a la de un escultor (aunque toda comparación tenga sus limitaciones), no nos debemos extrañar de los golpes maestros con los que ese escultor cada día va eliminando nuestras aristas y limando nuestras asperezas. Así, dirá bellamente San Pablo VI, que los santos son obra maestra del Espíritu Santo.

La persona que permite que el Reino de Dios inhabite en ella, es decir, que Jesús reine a sus anchas en su corazón (inteligencia, voluntad, afectos), es la que verdaderamente se encuentra a sí misma, la que verdaderamente “es”. Nadie es más uno mismo que cuando se es totalmente de Jesús. El máximo ejemplo es María, la “llena de gracia”.  Por ser totalmente de Dios, su corazón no se achica, sino que se agranda hasta que cabemos todos nosotros en él como hijos suyos. Hijos que causaron la muerte de su Hijo. Cuánto hay que aprender de esta escena en el Calvario. Me he referido antes a los jubilados y enfermos, como un ámbito en el que también cabe dar gloria a Dios. En una cultura tan acelerada y práctica como la nuestra, todo lo que no sea rentable, resulta cuanto menos una pérdida de tiempo. Hemos de recordar algo que, por ser tan habitual, se puede pasar de largo. Jesús fue máximamente “rentable” justamente cuanto menos lo fue desde la óptica de nuestro pensamiento dominante: en la cruz. ¿Por qué? Lo que hace santa la cruz, no es propiamente el puro sacrificio y el dolor, sino el espíritu con la que fue llevada y se dejó clavar Jesús: el Amor incondicional a la voluntad del Padre y el Amor total de quien da la vida por sus amigos. No despreciemos tantas puertas como nos abre el Espíritu Santo a lo largo de un solo día para identificarnos con Jesús en el Amor, materializado en las cosas y asuntos más sencillos y cotidianos. Si lo grande, seguramente jamás se presentará, y lo pequeño lo despreciamos, precisamente por ser pequeño… ¿en qué materia corresponderemos al Amor de Jesús? El Espíritu Santo será quien nos dará la capacidad, como hizo con los apóstoles, para ser fieles, heroicamente fieles, para dar gloria a Dios, tal y como Él lo desea, con las personas concretas con las que convivimos, con la salud concreta que tenemos, con las necesarias limitaciones en las que nos encontramos (todo eso no se le escapa al Señor), aquí y ahora.

Nos podemos preguntar qué pusieron los discípulos del Señor. Recordemos que, aunque es verdad que Dios puede dar un giro de 180 grados a una persona por pura gracia, como ocurrió con san Pablo, lo normal es que cada cual ponga algo de su parte. (Aun para Pablo contó la oración de las comunidades cristianas)

Pusieron oración. Hay tantísimos ejemplos y exhortaciones en los evangelios, en el libro de los Hechos y en la Cartas Apostólicas, que baste con traer a la memoria el propio actuar de Jesús, quien, a pesar de la dura labor de cada día, se levantaba antes del amanecer para orar. Orar es hablar con Dios, y sin el “roce” de ese diálogo es imposible la amistad personal. Orar con la palabra de Dios, que tan a mano tenemos, para que sea ella la que nos dé la luz para interpretar nuestra realidad; verla, juzgarla cada vez más con los ojos de Jesús.

Pusieron humildad. A pesar de todos los defectos y limitaciones que tenían, eran humildes, amaban a Jesús, y estaban dispuestos a “beber el cáliz” fuese cual fuese su precio, con tal de no perder su amistad, aunque para ello tuvieran que comenzar y recomenzar cada día en el camino de su fidelidad al Señor.

Permanecieron en comunidad. “El hermano ayudado por el hermano es como una fortaleza inexpugnable”. Iglesia significa “asamblea”, por nuestra propia naturaleza pues, la permanencia en la comunidad tiene un valor importantísimo a la hora de vivir personalmente la fe. Tantos cristianos son “centrifugados” por la sociedad con respecto a su fe por pretender vivirla aisladamente.

Quisiera terminar con un interesante texto de Benedicto XVI en el que se expone de forma magistral estas constantes que han de marcar la vida del cristiano de cualquier tiempo y lugar. Es un comentario a un texto de libro de los Hechos, llamado “pequeño Pentecostés”, en el que tras el encarcelamiento  y posterior puesta en libertad de Pedro y Juan con motivo de la curación de un paralítico, la comunidad se pone en oración y recibe así una nueva efusión del Espíritu Santo. Así pues, Pentecostés, no fue sino el comienzo de multitud de nuevas efusiones en la Iglesia, efusión que debemos seguir implorando cada día, a ejemplo de las primeras comunidades cristianas.

Notemos una importante actitud de fondo: frente al peligro, a la dificultad, a la amenaza, la primera comunidad cristiana no trata de hacer un análisis sobre cómo reaccionar, encontrar estrategias, cómo defenderse, qué medidas adoptar, sino que ante la prueba se dedica a orar, se pone en contacto con Dios.

Y ¿qué característica tiene esta oración? Se trata de una oración unánime y concorde de toda la comunidad, que afronta una situación de persecución a causa de Jesús. En el original griego san Lucas usa el vocablo «homothumadon» –«todos juntos», «concordes»– un término que aparece en otras partes de los Hechos de los Apóstoles para subrayar esta oración perseverante y concorde (cf. Hch 1, 14; Hch 2, 46). Esta concordia es el elemento fundamental de la primera comunidad y debería ser siempre fundamental para la Iglesia… Este, diría, es el primer prodigio que se realiza cuando los creyentes son puestos a prueba a causa de su fe: la unidad se consolida, en vez de romperse, porque está sostenida por una oración inquebrantable. La Iglesia no debe temer las persecuciones que en su historia se ve obligada a sufrir, sino confiar siempre, como Jesús en Getsemaní, en la presencia, en la ayuda y en la fuerza de Dios, invocado en la oración.

Demos un paso más: ¿qué pide a Dios la comunidad cristiana en este momento de prueba? No pide la incolumidad de la vida frente a la persecución, ni que el Señor castigue a quienes encarcelaron a Pedro y a Juan; pide sólo que se le conceda «predicar con valentía» la Palabra de Dios (cf. Hch 4, 29), es decir, pide no perder la valentía de la fe, la valentía de anunciar la fe. Sin embargo, antes de comprender a fondo lo que ha sucedido, trata de leer los acontecimientos a la luz de la fe y lo hace precisamente a través de la Palabra de Dios, que nos ayuda a descifrar la realidad del mundo.

 Como sucedió a la primera comunidad cristiana, la oración nos ayuda a leer la historia personal y colectiva en la perspectiva más adecuada y fiel, la de Dios. Y también nosotros queremos renovar la petición del don del Espíritu Santo, para que caliente el corazón e ilumine la mente, a fin de reconocer que el Señor realiza nuestras invocaciones según su voluntad de amor y no según nuestras ideas. Guiados por el Espíritu de Jesucristo, seremos capaces de vivir con serenidad, valentía y alegría cualquier situación de la vida y con san Pablo gloriarnos «en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; la paciencia, virtud probada, esperanza»: la esperanza que «no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado» (Rm 5, 3-5).

José Manuel Rico Albero

Párroco de Santiago Apóstol de Onil, Alicante

Aparición mariana de La Codosera (Badajoz)

A poco más de un kilómetro de la frontera con Portugal asoma el Santuario de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila.

Se trata de un templo religioso de devoción mariana erigido en la falda de la sierra que le da nombre, y donde abunda el color blanco y los carteles rogando silencio. Es un lugar que emana paz y tranquilidad, y un lugar sagrado. Y es que fue justo ahí donde, según cuentan las crónicas de la época y los vecinos de la localidad, se apareció la Virgen María bajo la advocación de Dolorosa a dos niñas que transitaban por el bosque, Marcelina y Afra.

A las tres de la tarde del 27 de mayo de 1945, Marcelina Barroso, de diez años de edad, iba camino del caserío El Marco junto a su prima, Agustina González para cumplimentar un encargo de su madre. No habían recorrido más de tres kilómetros, cuando, al pasar por la zona conocida como Chandavila, Marcelina reparó en un extraño y oscuro bulto que se divisaba a unos sesenta metros sobre un castaño. No haciéndole demasiado caso pensó que a la vuelta repararía si aquel extraño objeto continuaba allí.

A la vuelta la pequeña Marcelina muerta de curiosidad volvió a mirar sobre el mismo castaño y cuál fue su asombro al distinguir claramente a la Virgen de los Dolores, con manto negro, se encontraba envuelta en unos rayos luminosos y elevada sobre la mitad del tronco, estaba de perfil mirando hacia el pueblo con las manos juntas y un rostro bellísimo reflejaba una divina tristeza. Desaparecida al cabo de unos segundos la visión Marcelina echó a correr hasta el pueblo, junto a su prima, a pesar de que Agustina no había visto nada. Al llegar a casa, pensó en guardar silencio, pero no pudiendo tenérselo callado se lo contó a su madre y el hecho se extendió como la pólvora por todo el vecindario.

Lejos de olvidarse aquel extraordinario acontecimiento, ocho días después, el 4 de junio por la mañana volvió a aparecerse la Virgen a Marcelina pidiéndole que volviese por la tarde, ya que tenía que hacer un sacrificio en presencia de los vecinos. Habiéndose corrido la voz tras esta segunda aparición más de un millar de personas de La Codosera y alrededores se congregaron en Chandavila. Estando Marcelina a unos sesenta metros del castaño, pronto se manifestó en el cielo Nuestra Señora de los Dolores, que, poco a poco fue descendiendo hasta posarse delante del árbol, como lo hiciera la primera vez.

La Virgen invitó a Marcelina a que caminase de rodillas hasta Ella, pero la niña al ver que el suelo estaba lleno de piedras de punta, espinos y terrones resecos puso reparos, la Virgen le dijo que no temiera y le aseguró que por el camino que fuera andando iría colocando una alfombra de juncos y hierbas. Marcelina comenzó a andar de rodillas abriéndose camino entre la multitud y se paró frente al castaño, allí permaneció unos diez minutos arrodillada en éxtasis. Posteriormente contó que durante el tiempo que estuvo ese tiempo vio cómo se entreabrió el castaño y apareció detrás de él, adornada de lámparas preciosas, una hermosa iglesia, en su altar se hallaba la Virgen María que le indicó que mojase sus dedos en la pila del agua bendita y se santiguase. Tras esto la aparición bajó del retablo y le preguntó si quería irse con ella. Al contestarle: «Sí, Señora, ahora mismo», la Santísima Virgen la sonrió, la abrazó y la besó en la frente, sintiendo la niña sobre su cara el roce del manto de la Madre de Dios. Además, le expresó su deseo de que en el mismo lugar se levantase en su honor una capilla.

Al volver del éxtasis, Marcelina, no tenían señal ni rasguño alguno en sus rodillas a pesar de haber caminado sesenta metros por el suelo pedregoso y lleno de espinos de castaño. Ella fue la única persona de los presentes que pudo contemplar a la Virgen, debido a su estado de éxtasis. Marcelina, posteriormente tuvo más encuentros con la Virgen, en unas ocasiones estuvo acompañada de su maestra, doña Josefa Martín y en otras de su amiga Afra.

De forma paralela a estos hechos narrados, se produjeron las visiones de Afra Brígido Blanco. Afra, de diecisiete años, a las tres de la tarde del 30 de Mayo de 1945 (festividad del Corpus) fue con sus amigas al paraje de Chandavila.

Era la misma hora en que Marcelina vio la aparición. Nada más llegar al lugar le pareció ver, entre unas nubes, algo que parecía una capilla y una silueta con la forma de una cruz. No dándole demasiada importancia, volvió al día siguiente y a esa misma hora se sentó frente al castaño de las apariciones, y vio salir de entre las nubes un objeto oscuro, que al irse acercando, dejó perfilada la imagen de la Virgen Dolorosa, con el rostro vuelto hacia la derecha. A causa de la fuerte impresión, Afra, se desmayó y al volver en sí, muy asustada corrió hasta su casa. A los pocos días de sucederse este hecho falleció su abuela paterna, Afra se vistió de luto y durante unos días apenas salio a la calle. Pero la insistencia de sus amigas la convencieron para volver a Chandavila,  era el 17 de Junio, y sentada al pie de uno de los castaños,  volvió a ver la aparición de forma idéntica a la vez anterior. Entró en éxtasis y comenzó a andar de rodillas en dirección a la Virgen por el regato. La Virgen le pidió que se levante, y continuase andando hacia Ella. Al llegar allí se arrodilló, y entabló una conversación con la Virgen. Ésta le dijo que siempre estaría a su lado, le comunicó un secreto, le predijo grandes sufrimientos y al final le mandó un beso para Marcelina (que estaba allí presente), y le pidió que se persignase. En otras apariciones posteriores, la Virgen pidió el rezo del Santo Rosario y la construcción de una ermita en aquel lugar, así como que cantara en la misa solemne del día 4 de Septiembre.

Posteriormente, desde el domingo, 21 de Julio, hasta el 24, víspera de Santiago, Afra estuvo junto a unas amigas, entre las que se encontraba Marcelina, en Villar del Rey visitaron la ermita de Nuestra señora de la Encarnación. Durante varios días acudieron al templo mañana y tarde, en una de sus visitas, concretamente en la que se produjo el lunes, día 22 y cuando estaban realizando el Vía Crucis, Afra, entró en éxtasis en la XI estación, delante de un cuadro de la Santísima Trinidad, colocado al lado de la Epístola, casi en el centro de la ermita, y vio el calvario de Nuestro Señor Jesucristo y su crucifixión, sintiendo un dolor muy agudo en las palmas de las manos. A raíz de este hecho le salieron unas llagas en las manos, con incisión en el centro, después otras llagas en el costado, que chorreaban sangre, produciéndole un dolor insoportable, y finalmente llagas en los pies. Las llagas de manos y pies con el tiempo fueron haciéndose más grandes. La sangre le brotaba principalmente los viernes, Afra fue sometida a exámenes médicos y a diversas curas por parte de un enfermero, sin conseguir que las heridas cicatrizasen.  Cuentan que era curioso el olor que despedían las llagas, un olor perfumado y agradable.

A pesar de que, como hemos visto, las apariciones en Chandavila comenzaron a «oficializarse» en 1945, ya setenta y cinco años antes se había producido una posible aparición. En aquella época, concretamente en junio de 1870, una niña aseguró ver a la Virgen en «Valleseco», cerca de Chandavila. Con tal motivo, los vecinos del pueblo acudieron al lugar, muy cerca de donde ahora se levanta el Santuario de Chandavila y el párroco de entonces, Agustín Rubio Mero, ofició una misa de campaña en el lugar de la presunta aparición.

Tras ver estas apariciones Marcelina estuvo en un colegio de religiosas de Villafranca de Los Barros para posteriormente ingresar como religiosa, en la Congregación de Hermanitas de la Cruz, el 2 de Agosto de 1.975, en Sevilla, dedicándose al cuidado de enfermos, huérfanos, pobres y ancianos, tomando como nombre Sor María de la Misericordia de la Cruz. Por otro lado, Afra vivió y trabajó en un hospital, en Madrid, dedicándose a obras de caridad, hasta su muerte el 23 de Agosto del 2008, a la edad de 80 años, tras una larga y penosa enfermedad.

La Iglesia jamás se pronunció de forma oficial sobre estos hechos, aunque permitió la construcción del Santuario, obras que comenzaron el 27 de Mayo de 1.947. El complejo religioso está compuesto por una pequeña capilla que cubre y encierra el castaño donde se manifestó la Virgen, y una iglesia de mayores proporciones, presidida por una imagen de Nuestra Señora de los Dolores.

Sin embargo fue decisiva la gran labor del arzobispo Celso Morga, consiguiendo que 2020 fuera año jubilar, por su septuagésimo quinto aniversario, que muestra el reconocimiento de la Iglesia a lo acontecido. Hay un antes y un después de este Año Jubilar que él mismo inauguró con la apertura de la puerta santa, el pasado 27 de mayo de 2020.

Todos los años, el 27 de mayo tiene lugar una peregrinación religiosa muy concurrida.

La veneración que despierta Chandavila, que recibe a miles de creyentes cristianos cada año en búsqueda de ayuda espiritual. “Es el lugar de peregrinación más aclamado de la provincia de Badajoz, y el segundo después de Guadalupe en Extremadura”.