DE VUELTA A CASA, LOS ECOS DEL EIM2023

Hoy es sábado, 7 de octubre, anoche sobre las 22,30  horas llegaba a casa, muy cansada, mucho, pero alegre,  intensamente alegre y bullendo de ideas para este curso.

Estos días que hemos vivido fuera de nuestros hogares nos  deberían haber alejado no solo física sino emocionalmente de lo que dejábamos en casa,  vaciar la mente de nuestra vida cotidiana para dedicar estos días a estar con nuestros hermanos de Vida Ascendente y aprovechar al máximo todos los actos que la organización nos había preparado, y que en el próximo boletín os contaré.

Los teléfonos móviles han estado todos los días sin excepción insertos en todos y cualquiera de los momentos, en los autobuses, en la Charla de D, Baldomero Rodríguez Carrasco sobre la  religiosidad popular y la transmisión de la fe, en la visita al Monasterio de la Rábida, en el Santuario de Nuestra Señora de la Cinta, e incluso en la Eucaristía en forma de Vigilia de la Catedral de Huelva, en la Visita a la Catedral de Sevilla o en los Reales Alcázares, mientras celebrábamos la misa del Jubileo en la parroquia de San Andrés junto al Obispo Auxiliar D. Ramón Valdivia, en el Rocío durante la misa, en el rezo del Santo Rosario, no ha habido uno solo de los actos en los que no haya sonado un teléfono móvil.

Nos cuesta desenganchar de lo cotidiano y así es difícil   escuchar al Señor, y me diréis, somos mayores y se nos olvida apagar el móvil, pues es cierto que no somos jóvenes, pero si le quitáramos la voz cuando nos subimos al bus por la mañana y la pusiéramos cando nos subimos al bus de vuelta al hotel tendríamos todo el día para estar  con os compañeros de viaje, para el Señor, nos distraeríamos menos  e incluso evitaríamos despistarnos y perdernos.

La tecnología es una oportunidad pero no debe convertirse nunca en una esclavitud. Hemos visitado una tierra preciosa y para muchos desconocida, punto de partida de la Evangelización del Nuevo Mundo, sacudida brutalmente por el Terremoto de Lisboa y el Tsunami posterior que se ha levantado nuevamente con el trabajo de hombre y mujeres, y que decir de la acogida de nuestros hermanos sevillanos y onubenses, nos han mimado exquisitamente y hoy desde estas líneas solo podemos dar gracias. Gracias por todo y por todos.

Ana María Marqués

LAS TÉMPORAS, DÍAS DE ACCIÓN DE GRACIAS

Las Témporas se celebran el 5 de octubre, son  días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios

«Las Témporas -dice el Misal- son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual». La celebración ha sido fijada en España para el día 5 de octubre, pues su localización en el calendario e incluso su duración dependen de las Conferencias Episcopales de cada país, dada la disparidad de las estaciones. Nos estamos quejando de la sequía, aquí, en otros lugares de inundaciones, en otros de huracanes y catástrofes en transportes aéreos, etc. Nos urge, pues la oración, la invocación a la protección de los Santos con sus letanías, ¿por qué no acudimos a Dios para que libre a la humanidad de tanta calamidad? El día de las Témporas es un día propicio para esta oración colectiva. Y esto es lo que se propone este Reportaje. Hacer ver la importancia de este día y de esta plegaria.

Institución Antiquísima

Las Témporas, y las Rogativas, son una antiquísima institución litúrgica vinculada a las cuatro estaciones del año, para reunir a la comunidad, instando al ayuno y a la oración, para dar gracias a Dios por los frutos de la tierra y pedir su bendición sobre el trabajo de los hombres. Nacieron en Roma y se difundieron con la liturgia romana. Al principio se celebraban en otoño, invierno y verano, en los meses de septiembre, diciembre y junio. Por los sermones de San León Magno se conoce el significado de estas jornadas penitenciales. .

Léxicamente la palabra témpora significa tiempo de ayuno en cada una de las estaciones del año. Litúrgicamente en la ordenación anterior a la reforma del Vaticano II se celebraban las témporas correspondientes al inicio del invierno, de la primavera, del verano y del invierno. Era el tiempo designado también, junto con las plegarias, rogativas y ayuno, para conferir las Órdenes sagradas. Yo recibí el Subdiaconado el 21 de septiembre, el Diaconado el 21 de diciembre y el Presbiterado el 31 de mayo, Vigilia de Pentecostés.

En la actual ordenación la iglesia celebra una sola vez al año el día de la acción de gracias. Es un día al final del verano en el que agradece los frutos de las cosechas, auque no se puede limitar este gesto elemental a un día determinado. En cada día y en cada momento hay motivos para dar gracias a Dios por el don de la vida. Dar gracias es un rasgo fundamentalmente cristiano y humano. La dialéctica humana funciona en términos de «doy para que me des», pero la dialéctica divina se cambia por estos otros: «Me has dado mucho y por eso te doy gracias». Dar gracias cuesta muy poco, pero si sale del corazón es la más noble expresión de un sentimiento humano.

Oración de alabanza

Dar gracias también por la enfermedad, ya que puede ocurrir que se necesite como medicina del espíritu y por eso hay que dar gracias también por la enfermedad. La oración de alabanza es la más excelsa, también la gratitud, debe salir del corazón. Eso agrada mucho a Dios, como lo demuestra en la queja de Jesús en el caso de los leprosos. De los diez leprosos, nueve de ellos quedaron curados, el décimo creyó y fue salvado. No es lo mismo curar que salvar. La curación se produce en el exterior. La salvación afecta a la totalidad de la persona. Uno de los diez leprosos se mostró agradecido y en ese gesto encontró la fe y la salvación. Los nueve restantes sólo encontraron la curación.

Nacieron en Roma

Las Témporas nacieron en Roma y se difundieron con la liturgia romana. Al principio tuvieron lugar en las estaciones del otoño, invierno y verano, en los meses de septiembre, diciembre y junio. Por algunos sermones de San León Magno se conoce el significado de estas jornadas penitenciales, que comprendían la eucaristía, además del ayuno. Pretender relacionarlas con cultos naturalistas pre-cristianos es pura imaginación, aunque es evidente su relación con la vida agraria, propia de aquellos tiempos. Las Témporas son un acercamiento mutuo de la liturgia y la vida humana, en el afán de encontrar en Dios la fuente de todo don y la santificación de la tarea de los hombres. Hoy, considerada la extensión de la Iglesia y su presencia en los pueblos más diversos, se imponía una revisión y una adaptación de esta vieja celebración litúrgica, que ya no tiene por qué ser agraria ni campesina únicamente, sino que puede ser muy bien urbana y cercana a las preocupaciones del hombre del cemento. Lo importante es que se viva y se celebre la obra de Dios en el hombre y con la ayuda del hombre; con un espíritu de fe y de acción de gracias del creyente, que sabe que lo temporal tiene su propia autonomía, pero sin romper con Dios y sin ir en contra de su voluntad salvadora: «Todo es vuestro; pero vosotros sois de Cristo, y Cristo, de Dios» (1 Cor 3,22).

Ciclo vital

La piedad popular está atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las «témporas de invierno», las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol las haga germinar. Tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo humano, colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención. Coronarás el año con tus bienes, Señor, y serás la esperanza del confín de la tierra. Terminada la recolección de las cosechas y el periodo anual de descanso la Iglesia celebra las Témporas. Se convierte también en tiempo propicio para pedir ayuda al Señor para recomenzar de nuevo en las actividades del trabajo normal y en construcción de la vida interior de cada persona, su maduración en Cristo. Agradecer y pedir son dos modos de relacionarnos con Dios. Tenemos muchas necesidades, a la vez que hemos recibido mucho y lo debemos agradecer. Si no nos damos cuenta de lo que recibimos, no nos sentimos obligados a agradecer con amor.

La gratitud

Siempre podemos ofrecer nuestro agradecimiento que, si es sincero, basta. El que no es agradecido es sumamente pobre. Quien no da gracias a Dios es porque no está convencido de deberle nada. Pero a Dios se le debe todo. Un rabino daba gracias a Dios «por todo». – «¡Pero si no tienes nada!», le replicó otro que le oía. A lo que respondió: «Yo necesitaba la pobreza y Dios me la ha dado».

El camino de amor pasa por la gratitud: Lo recordaba al pueblo Moisés: “No te olvides del Señor. No sea que cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críes tus reses y ovejas, aumentes tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que te saco agua de una roca de pedernal”. La vida de Jesus es una continua acción de gracias al Padre. Cuando va a resucitar a Lázaro, habla con su Padre: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado”. Antes de le multiplicación de los panes, Jesús tomo los panes y, dando gracias, dio a los que estaban recostados, e igualmente los peces… En la institución de la Eucaristía, antes de pronunciar las palabras sobre el pan y el vino, el Señor dio gracias. Por eso podemos decir, según Juan Pablo II -que su oración, y toda su existencia terrena, se convirtió en revelación de esta verdad fundamental enunciada por la Carta de Santiago: Todo don bueno y toda dadiva perfecta viene de arriba, desciende del Padre de las luces… (Sant 1, 17)-. La acción de gracias es como una restitución, porque todo tiene en El su principio y su fuente. Demos gracias al Señor Nuestro Dios, decimos con la Iglesia en el centro de la liturgia eucarística. Nada hay más justo y necesario que dar gracias al Señor todos los días de nuestra vida, y el mayor agradecimiento a Dios es amar nuestra condición de hijos suyos. San Pablo dice a los paganos que, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias.

Motivos para dar gracias

Este año hemos recibido plenitud de dones del Señor: unos claros y visibles; otros, quizá más valiosos, han quedado ocultos: peligros del alma y del cuerpo de los que hemos sido librados; personas a las que hemos conocido y que tendrán una importancia decisiva en nuestra salvación; gracias y ayudas; acontecimientos que quizás hemos negativos, enfermedades, fracasos, veremos que han sido regalos de Dios. Nuestra vida entera es un bien inmerecido. Por eso las acciones de gracias deben ser continuas. En el Prefacio de la Misa, recordamos que es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo. ¡Dios mío, gracias! Y el alma se llena de paz, porque entiende que de aquello que parece poco grato o no deseable, Dios sacará mucho fruto. Este gracias es como el leño que Dios mostró a Moisés, que arrojado en las aguas amargas, las trocó en dulces (Ex 15, 25). Con la acción de gracias continua, la petición reiterada, porque son muchas las ayudas que necesitamos, sin las cuales no podremos seguir el camino del crecimiento.

Pedid y Recibiréis

Aunque el Señor nos concede muchos dones sin que se los pidamos, ha dispuesto concedernos otros si se los pedimos con la fuerza de la oración. Es necesario que pidamos, es preciso orar siempre y no desfallecer con la seguridad de que nuestras oraciones serán siempre atendidas. Dios mismo es garante de que todo lo que pidamos se nos concederá. “Pedid y se os dará, buscad y encontrareis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre”. Cuanto más pedimos, más nos acercamos a Dios, más crece nuestra amistad con El. En la tierra, cuando hay que pedir un favor a un poderoso se busca un lazo que nos una a el, el momento oportuno, en que se encuentre de buen ánimo… Dios siempre está dispuesto a escucharnos. “¿Acaso si alguno de vosotros, si un hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a los que se las pidan?.

Por: Jesús Martí Ballester | Fuente: www.jmarti.ciberia.es

RELACIONAN LAS ENFERMEDADES DIGESTIVAS CON MAYOR SOLEDAD Y DEPRESIÓN EN MAYORES

Se asocian también con una peor autopercepción de salud

La soledad y los síntomas depresivos podrían estar más relacionados con las enfermedades digestivas de lo que hasta ahora se pensaba. Así lo ha demostrado un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), en el que han concluido que las personas mayores que padecen enfermedades digestivas sufren más soledad y depresión. Además, se asocian con una peor autopercepción de salud por parte del paciente.

La investigación, que se ha publicado en la revista Clinical Gastroenterology and Hepatology, indica que, actualmente, los enfoques para controlar las enfermedades digestivas en personas mayores «no tienen en cuenta los factores psicosociales que contribuyen a la salud de una persona».

Es por ello por lo que buscaron comparar la frecuencia de soledad, depresión y aislamiento social que sufre este grupo de población en función de si tiene o no una enfermedad digestiva. También su asociación con una mejor o peor salud.

Para ello, analizaron los datos del Estudio de salud y jubilación de 2008 a 2016, en el que participaron personas de 50 años o más y sus cónyuges. Al final del estudio, el 56% de los encuestados presentaron enfermedades digestivas, de los cuales, el 60,4% indicaron mayor soledad, el 12,7% admitieron tener depresión severa y el 8,9% reportaron aislamiento social.

Aquellas personas con una enfermedad digestiva también mostraron tener más probabilidades de autopercibirse una peor salud que aquellos que no la tenían. Del mismo modo, los pacientes con una enfermedad digestiva se asociaron con mayores probabilidades de tener una mala o regular salud en aquellos que reportaban soledad y depresión moderada y grave.

Ante esto, los investigadores concluyen que «los gastroenterólogos deben sentirse capacitados para detectar síntomas de depresión y soledad en los pacientes y establecer vías de atención para el tratamiento de salud mental».

LA CONJUGACIÓN DEL VERBO ACOGER

Una de las actitudes interpersonales más necesarias, y previas a cualquier otra que pueda darse entre personas, es la acogida. Cada uno es cada uno y, como nos recordaba el profesor de Filosofía en Bachillerato, tiene sus «cadaunadas». Acoger al otro con su peculiaridad, con su salud o enfermedad, con sus talentos y luces y con sus sombras y limitaciones es el primer acto de solidaridad posible. Todos somos un poco como los coches de segunda mano, no olemos a nuevo ni tenemos el motor perfecto. Acoger es lo primero.

La crisis del verbo perdonar

Acoge el médico en su consulta y el administrativo en su mesa de atención al público. Acoge el docente y el dependiente del mercado a su cliente. Acogemos al que saludo o, al que por despiste o sordera, no lo hace. El otro está ahí y recibir su alteridad y diferencia es el primer acto de relación con él. Sabemos lo importante que es sentirnos acogidos, aceptados en nuestra peculiaridad, no juzgados a primera vista, etc. La experiencia nos ha enseñado el valor de la acogida.

En un equipo de fútbol, ahora que estamos al inicio de las competiciones nacionales e internacionales, los jugadores salen y llegan. En el equipo repercute positivamente que los recién llegados hayan sido acogidos y se sientan formar parte del grupo. Así en los equipos de trabajo e incluso en los grupos de amigos al que se invita, por alguna circunstancia, a un nuevo miembros una tarde de paella o de chuletada. Si te acogen cesan los complejos y las dificultades.

Contra este acto inicial de relación interpersonal está el prejuicio enfermizo y la actitud de superioridad incapaz de reconocer que toda persona tiene algo bueno y bello que mostrarme. Nadie es tan absolutamente descartable que no tenga algo en lo que nos supere a cualquiera. Así nos enseñaba el viejo profesor de psicología en la carrera: “Todos tienen algo en lo que me superan; yo tengo algo en lo que supero a cualquiera”. La sana autoestima lleva incrustada en su anverso el sano reconocimiento ajeno.

¿A qué viene todo este discurso de alteridades y acogidas interpersonales? ¿Acaso es necesario repetir lo obvio? ¿Por qué recordar lo que el sentido común nos muestra sin dificultad? Porque las obviedades necesitan ser expresadas y actualizadas de vez en cuando. Como el afecto mutuo o el amor de pareja necesita ser oído de vez en cuando. No vale con aquello de “(…) ella ya sabe que la quiero”.

Además, se trata de un tema en el que todos necesitamos afilar el lápiz y mejorar un poco. Porque en una sociedad marcada por el individualismo, lo que apele a alteridad y empatía es siempre un mensaje bienvenido. Lo que nos despierte para mirar el bien que cualquier persona encierra para los demás, es bien recibido. Porque los problemas de soledad social comienzas a solucionarse colocando la sudadera de la acogida sobre nuestros hombros. Porque no siempre es tan obvio como creemos el fenómeno de la acogida.

No está bien decir de boquilla y sin consentirlo afectivamente “bienvenido; encantado de conocerte o de saludarte”. Si no lo sientes, mejor te callas.

EL SANTO DE LA SEMANA: SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS

Se celebran el día 2 de octubre, cada persona tiene un ángel custodio,  son nuestros guardaespaldas celestiales

¿Quiénes son los ángeles custodios?

Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma a este respecto San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.

En el antiguo testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5.)

En el nuevo testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto.

La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.

Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro. Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón. Los ángeles sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.

También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una situación difícil.

El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

Cuida tu fe

Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres.

Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas veces dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan a un lugar de semi-dioses, los convierten en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que nos puede acercar a Dios ni podemos reducir toda la enseñanza de la Iglesia a éstos. No hay que olvidar los mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la oración, y otros medios que nos ayudan a vivir cerca de Dios.

Por: Lucrecia Rego | Fuente: Catholic.net

EL ROSARIO, ESCUELA DE ORACIÓN CONTEMPLATIVA

Como estamos a mediados de octubre, ¡mes del Rosario!- quiero presentar siete consejos;  buscando poder aprender a rezar interiormente sujetando el cordón de cuentas en la mano.

Suena paradójico: precisamente porque si bien en el Rosario se dicen muchas palabras, se trata de una oración en la que el corazón, en silencio, es capaz de contemplar y amar de manera asombrosa.

El Rosario – ¡algo muy fácil!

Es interesante que la Madre de Jesús en Lourdes, Fátima y otros santuarios recomiende repetidamente el rezo del Rosario y que no invite a rezar el oficio divino, ni a hacer lectura espiritual, o a tener adoración eucarística, o a practicar oración interior u oración mental. Todas las mencionadas formas de rezar son buenas, reconocidas por la Iglesia y practicadas por muchos santos. ¿Por qué María «sólo» nos coloca el Rosario en el corazón? Una posible respuesta la dan los videntes, a quienes la Madre de Dios se apareció en Lourdes y Fátima. Siempre fue, por otra parte, a niños de muy poca instrucción, que no podían siquiera leer o escribir de manera correcta.

El Rosario era para ellos la escuela adecuada para aprender a rezar bien, pues cuenta tras cuenta, nos va conduciendo de la oración vocal, pasando por la meditación, hacia la contemplación. Con el Rosario, toda persona que se deja conducir por María, puede llegar a la oración interior, sin necesidad de algún tipo de técnica especial o de prácticas complicadas. Esto no quiere decir – y deseo acentuarlo nuevamente hoy – que el rezo del Rosario sea para “bobos” o para personas de pensamiento muy simple. Incluso los catedráticos de una universidad deben ser ante Dios como los niños, que en sus oraciones son siempre sencillos y sinceros, siempre llenos de confianza, rezando desde adentro.

Precisamente, a muchos hombres pensantes los ayuda el Rosario a que, con labios y cabeza ocupados, se les vaya abriendo el corazón para la contemplación, y luego así poder repetir –al modo de los niños o amantes enamorados- un simple “¡que hermoso eres! “a modo de cumplido, o un pedido suplicante “¡Ayúdame!” o un sincero agradecimiento “¡Qué sería sin Ti!” ¿Cómo se consigue esto?

La verdadera mística es – como la buena música – ejecución virtuosa

Las experiencias místicas – no en el sentido de acontecimientos extraordinarios, de aquellos que uno no puede hacer ni le cabe desear – no están reservadas a unos pocos religiosos. Todo cristiano puede llegar a un modo de oración interior, que le permita experimentar la cercanía de Dios y reconocer su acción en la propia vida. La verdadera mística tiene como resultado buenas obras –y esta actitud de oración puede y debe ser buscada por todo cristiano.

Tal vez podamos comparar el rezo del Rosario con tocar la guitarra. En primer lugar, como dijimos, están las oraciones vocales: el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria. Se trata de las oraciones centrales del cristiano, que casi en su totalidad, por así decirlo, nos vienen del cielo, puesto que las encontramos en los textos inspirados de las Sagradas Escrituras, por lo menos en el caso del Padrenuestro y la primera parte del Avemaría. Luego viene frecuentemente una oración dirigida a Jesús, que la Virgen reveló en Fátima y que deseaba se rece como conclusión de cada decena. El rezo de estas oraciones se compara a la mano derecha al tocar la guitarra, que va marcando el ritmo sobre las cuerdas.

Rezar en tonalidad mayor y menor

«Tran, tran, tran” no es ninguna música. Quien piensa que el rezo del Rosario es sólo una oración vocal -o peor aún un paporreteo de una serie de palabras – sería como quien solo rasguea la guitarra y cree que se trata de una verdadera canción.

Para tocar guitarra además del ritmo se necesitan las tonalidades, que se tocan con la mano izquierda. Así también es en el rezo del Rosario. Las oraciones vocales forman el marco para la meditación de los Misterios. Así como al tocar guitarra la mano izquierda produce acordes mayores y menores, así también conocemos los misterios gozosos de la infancia de Jesús, los dolorosos de su pasión y muerte, los luminosos de su vida pública y los gloriosos de su resurrección y ascensión a la gloria. Siempre hay esos cinco acordes al ritmo de la repetición de las oraciones, que van haciendo pasar por nuestra mirada las vidas de Jesús y María. Con la meditación vamos reflexionando lo que sucede en cada Misterio y lo que significa para nuestras vidas.

En Nazaret el Hijo de Dios se encarna en María, en la Santa Comunión ¡viene también Él hasta mí!…en Getsemaní Jesús suda sangre. El padece y se angustia, y sin embargo sus amigos se quedan dormidos. ¿Permanezco yo en vigilia con Él o los ojos se me cierran por el cansancio?…

En la mañana de pascua Jesús resucita y surge del sepulcro. El primer día de la creación trajo la luz. El primer día de la semana Jesús venció a la muerte y nos regalado la vida. Él puede convertir las oscuridades de mi vida en luz…Nuestra oración comienza a volverse música –es decir, ya no es más monótona y aburrida, sino que ahora está llena de imágenes y pensamientos- y cuando la gracia de Dios lo concede- se llena también de iluminaciones e inspiraciones sobrenaturales.  Las manos derecha e izquierda al tocar guitarra producen el ritmo y los acordes – estos son en el rezo del Rosario la oración vocal y la meditación, la boca y el entendimiento.

Todo el que ama canta

Falta algo aún para que sea realmente una buena música, para que sea una oración más profunda e íntima aún: la melodía que canta el corazón. Al tocar guitarra se necesita también de la voz que interpreta la canción. Al rezo del Rosario le corresponde también el canto del propio corazón–que al compás de las oraciones y las meditaciones- coloca la propia vida delante de Dios.

Fruto de la reflexión y del meditar llega un permanecer con el Señor, estarse con el Señor – en gratitud o en petición, alabanza o contrición, alegría infantil o decisión apostólica. Es este canto del corazón el que va modulando los misterios del Rosario. Tú te dejaste conducir por María hasta Isabel. – Quédate en mi corazón y permíteme ser un portador de Cristo, pues ¡soy también un tabernáculo vivo! toda vez que te recibo en la Eucaristía…

Por mi causa has sido flagelado. Yo te he golpeado –una y otra vez. ¡Perdóname!…Has ascendido a los cielos, Señor. Tengo ansias de Ti, tengo ansias por tu reino, mi verdadera patria…En la contemplación quien reza va viendo pasar los misterios ante sus ojos, y al mismo tiempo permanece en determinados afectos o mociones del corazón ante Dios. Quien reza canta el canto de su propia vida, en el cual naturalmente se deben y pueden ir suscitando deseos muy concretos: Tú quisiste ser hijo de una Madre humana – ¡ayuda a mi madre enferma! …Fuiste coronado de espinas –ayúdame en esta dificultad financiera, que no me puedo quitar de la cabeza…Tu enviaste a tu Espíritu – sin Ti no tengo el valor ni la fuerza para tomar una buena decisión.

7 consejos concretos para «avanzados»

Los siguientes consejos, pensados para todos los que rezan el rosario individualmente, pueden ayudar a llegar desde la oración vocal, pasando por la meditación, hasta la contemplación interior.  Es el inicio del camino hacia el “castillo del alma” en cuyo interior, dice Santa Teresa, habita Jesús. Cuenta a cuenta, paso a paso, –esto es, con paciencia, confianza y decisión – todos pueden llegar cada más cerca al Rey del palacio de la propia alma. El tiempo que le dediquemos a Él es el más valioso.

1) Tomarse el tiempo

Nuestra agenda está llena de citas. Más o menos conscientemente planeamos también el tiempo que vamos a necesitar para cada tarea o cita. De vez en cuando es bueno reservar de 20 a 30 minutos para rezar el Rosario y ponerlo por escrito en la agenda.  Esta cita con Jesús y María es entonces tan importante como todas las otras planeadas. Esta cita me reserva sobre todo a mí mismo un espacio en el cual no tengo nada que hacer sino solamente amar. A todos nos es posible separar un tiempo para rezar el Rosario, al comienzo una, dos o tres veces semanales. Con el tiempo –y esta es la meta- se hará más fácil encontrar un tiempo para rezar el Rosario diariamente.

2) Darse el tiempo

Es de las personas enamoradas de quienes una y otra vez podemos aprender a rezar bien. En una romántica cena a luz de vela, nadie estaría mirando continuamente el reloj, ni atragantándose la comida, ni dejando de lado el postre para acabar lo más rápido posible. Así es, incluso cuando uno se demorase toda una hora para beberse a sorbitos un aperitivo, con tal de tener la oportunidad de disfrutar al máximo el estar juntos, sería aquella una velada formidable.  Así también el rezo del Rosario, no se debe realizar como si fueran “50 avemarías que tengo que lograr”, al modo de un levantador de pesas frente a la pesa. Puedo quedarme dándole vueltas a un pensamiento. Puedo bien interrumpirlo. Puedo, principalmente al inicio, simplemente estar tranquilo.  Y si llevo esto en cuenta durante la oración – es decir, tranquilizarme y tomar consciencia de cuán importante es la cita que tengo en este momento – durante los 20 a 30 minutos que toma, entonces habré rezado bien. Así es, habrá sido una buena oración, porque mi voluntad ha estado centrada en dar gusto al Amado y no a mí mismo.

3) Saborear el tiempo

San Ignacio recomendaba la así llamada “tercera forma de oración”, que consiste en ajustar las palabras al ritmo de la propia respiración. Muchas veces es suficiente en el rezo del Rosario hacer una breve pausa entre los misterios y nuevamente tomar consciencia, que Jesús y María me miran llenos de alegría y amor; reconocer agradecido, que no tengo que hacer nada y como niño pequeño,  balbucear palabras a cada tanto apenas para de algún modo afirmar que amo a Dios. Para ello puede ser útil, respirar de dos a tres veces, antes de retomar la oración vocal.

4) El tiempo para miradas llenas de amor

Las oraciones vocales del Rosario proporcionan “sólo” el ritmo de la oración. Con mis pensamientos puedo y debo salirme del ritmo para encontrar el Misterio que está siendo contemplado. Sólo en alemán se le añade el misterio a cada avemaría; en otros idiomas se enuncia el misterio apenas al inicio de la decena. Esta repetición es increíblemente útil, pues a cada momento se topa uno con lo esencial. Se trata –como entenderán mejor los que se aman- de mirar a la persona amada a los ojos y dejarse mirar por sus ojos llenos de amor.

5) El tiempo del asombro

Uno de los primeros y más importantes pasos para la oración interior es el ir del pensamiento y la especulación hacia el mirar y el quedar asombrado. Cuando los amantes se encuentran, no es para planificar lo que se regalarán mutuamente o lo que podrían hacer en las próximas vacaciones, sino para disfrutar el tiempo juntos y alegrarse el uno al otro. Ver el álbum de fotos familiar es muy distinto a ver un libro de historia. En el primero vemos personas que nos son importantes, que amamos – y más aún- ¡que nos aman! Así debe ser nuestro mirar a Jesús y María.

6) Ojos cerrados, ojos abiertos – el tiempo para el camarógrafo interior

Algunas personas cierran los ojos para concentrarse y así poder rezar mejor.  Eso puede resultar útil, aunque a menudo es suficiente en la oración mantener la mirada fija y no estar mirando alrededor. De cualquier forma, lo importante es que los ojos del corazón estén abiertos. El rezo del Rosario es como ir al cine. Se trata de ver imágenes. Resulta útil preguntarse qué, a quién, dónde miro cuando contemplo el nacimiento de Jesús, o su crucifixión, o su ascensión a los cielos. Y en algunas ocasiones, tal cual hace un buen camarógrafo, hacer un acercamiento de un detalle y contemplarlo ampliado: la tibia respiración del buey que da calor al Niño, la mano traspasada de Jesús que tanto amor distribuyó, las lágrimas en los ojos de Juan, que contempla al Señor subiendo a los cielos.

7) El tiempo para la boca, la cabeza y el corazón.

Las palabras acompañan, la cabeza abre, pero es el corazón el que domina la oración. Todos los grandes autores espirituales coinciden en que la oración interior se trata de permanecer en los afectos, esto es, los sentimientos y mociones interiores. Teresa de Ávila dice muy sencillamente: “¡No pensar mucho, amar mucho!” Una señora de edad se me quejaba con dolor que no podía reflexionar durante su rezo diario del Rosario, y que en esa situación siempre decía apenas, “¡Jesús, María, yo los amo!” – yo felicité a la señora. Precisamente a eso es a lo que nos debe conducir el rezo del Rosario.

Por Monseñor Florian Kolfhaus

DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS MAYORES 2023

El pasado domingo, uno de octubre, se celebró el “Día Internacional de las Personas Mayores”, celebración promovida por la Organización de las Naciones Unidas, desde el año 1991. Tiene como objetivo crear políticas y programas que beneficien a las personas mayores. Algunas diócesis se han unido a esta celebración con un objetivo netamente cristiano, a saber, dar gracias a Dios por lo que continuamente nos están dando los mayores y, en especial, por su gozoso testimonio de una vida vivida en la fe, en la esperanza y en el amor de Dios.

Aprovechemos, pues, este día para dirigir nuestras oraciones al Padre para que les conceda una larga vida y una feliz ancianidad. Tampoco estaría mal que añadiéramos otra oración pidiendo perdón por las veces que no hemos cuidado y asistido a nuestros hermanos mayores como Dios quiere y ellos se merecen.

Recuerdo que, a veces, solía decir a mis alumnos que el mayor progreso conseguido por la humanidad en los últimos ciento cincuenta años no era la llegada del hombre a la luna, ni internet, sino el haber conseguido triplicar la esperanza de vida. Basta pensar que la esperanza de vida cuando nació Jesús de Nazaret era de poco más de veinte años. Evidentemente se trata de un promedio, pero se trata de un promedio significativo comparado con los promedios actuales. Cuando Jesús comenzó su predicación, en aquella sociedad, era una persona mayor.

En aquel entonces las personas mayores eran respetadas y veneradas, y los niños, en la familia greco-romana, no eran bien considerados; algunos eran vendidos como esclavos o dedicados a mendicidad. Al contrario de lo que sucede hoy: los niños y niñas son considerados los reyes y las princesas de la casa; y muchas veces algunos no saben cómo deshacerse de sus mayores. Por eso, cuando Jesús dice: “dejad que los niños se acerquen a mí”, no está haciendo un canto a la infancia, sino un gesto de solidaridad con las personas más marginadas. Una buena adaptación a nuestra cultura de esta palabra de Jesús, al menos en algunos ambientes de nuestras sociedades, sería: “dejad que los ancianos se acerquen a mí”. Porque Jesús siempre tomaba partido por los más marginados y necesitados.

Con las personas mayores ocurre como con cualquier otro grupo o colectivo: depende de con quién te encuentras. Los hay con mejor salud, los hay con más posibilidades económicas, los hay mejor aceptados y tratados en sus familias. Y también están las situaciones contrarias. A mi eso de los “días de” (los enfermos, los mayores, las mujeres trabajadoras, los inmigrantes, etc.) no me entusiasma mucho. Porque, entre otras cosas, significa que en esta sociedad hay muchas personas que no están bien tratadas, ni bien queridas. Y porque no se trata de recordar un día al año que hay que cuidarlas y tratarlas bien. Todos los días deben ser día del enfermo, día de las personas mayores, en fin, todos los días son buenos para cuidar los unos de los otros y, sobre todo para ser solidarios con los más necesitados.

Martin Gelabert – Blog Nihil Obstat

NOTICIAS DEL MOVIMIENTO: VIDA ASCENDENTE JAÉN

Retomamos  esta sección, nuestros hermanos de Jaén ya han comenzado el curso y  nos hacemos eco, si queréis que  informemos de vuestras actividades, enviadnos unas fotos y una reseña.

Vida Ascendente  de Jaén comenzaba el día 20 de septiembre,  su presidenta diocesana Dolores Núñez se encontraba ausente por estar convaleciente de una intervención, desde En Camino le deseamos una pronta recuperación.

En torno a unas 70 personas de toda la Diócesis, miembros y amigos de Vida Ascendente, nos hemos reunido para la apertura del curso pastoral en la parroquia de Cristo Rey de Jaén, el 20 de septiembre.

Como otros años, el acto comenzó con la acogida en el Templo para, a continuación celebrar la Santa Misa, presidida por nuestro consiliario diocesano, D. Facundo López Sanjuán, Delegado para la Pastoral del Mayor y concelebrada por D. Ángel Sánchez y por D. José María Romero, consiliarios de los grupos de Andújar y Torreblascopedro.

La Misa ha sido una profunda acción de gracias a Dios por todas sus bendiciones y un empujón en la puesta en marcha de los grupos para afrontar este año nuevos retos y proyectos.

Tras la celebración de la Santa Misa, hemos celebrado la Asamblea de apertura del curso, donde la Presidenta, María Dolores Núñez que, por motivos de salud no ha podido acudir, se ha hecho presente mediante una carta que se procedió a leer, dando las gracias a todos los asistentes por su constancia y su presencia y ha comunicado a todos la ruta y los proyectos que se ha marcado esta Comisión Diocesana para este curso como el reforzar algunos grupos de nuestra Diócesis, la creación de grupos nuevos al igual que hacer presente los grupos de Vida Ascendente y la presencia de la Pastoral del Mayor en las residencias de ancianos.

También, ha animado a todos a que participemos en las Jornadas de formación que se llevarán a cabo en Málaga.

Seguidamente, el Consiliario ha presentado, como en años anteriores, el material con el que van a trabajar los grupos en su reuniones parroquiales y se ha procedido al reparto de los guiones que desde la Comisión nacional nos mandan, este año haciéndose eco de las catequesis del Papa Francisco sobre la ancianidad.

Desde la Comisión Diocesana damos las gracias a todos los asistentes por haber acudido,  muchas gracias a todos.

 Os dejamos el enlace al video que han elaborado de la celebración.

https://www.facebook.com/reel/685415716859196

UNA BUENA AUDICIÓN PUEDE PREVENIR EL DETERIORO COGNITIVO

Uno de los sentidos que utilizamos para muchas cosas es el de la audición. Nuestro sistema auditivo está trabajando constantemente, ya sea para escuchar música, para conversar con un ser querido, para despertar con una alarma o hasta para escuchar el canto de las aves.

Una buena audición enriquece nuestra experiencia diaria y, además, desempeña un papel crucial en nuestra salud cognitiva y emocional.

Algunos centros están comprometidos con el cuidado de la audición como una palanca esencial para combatir el deterioro cognitivo y promover la salud integral. Por ello, es importante conocer en detalle cuál es el vínculo entre la audición y la salud mental, así como la manera en que un enfoque preventivo en el cuidado auditivo puede marcar la diferencia en la calidad de vida de las personas.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de deterioro cognitivo?

Mientras van pasando los años, ciertos lapsus de memoria se empiezan a volver más comunes en nuestro día a día. El hecho de empezar a olvidarte pequeñas cosas como apagar alguna luz de tu casa, acudir a alguna cita u olvidar donde dejaste las llaves, son algunas señales que en principio no deberían ser un síntoma alarmante, pero podrían indicar que tu salud cognitiva se está deteriorando.

El deterioro cognitivo es un término que se utiliza para describir la pérdida de funciones mentales como la concentración y la memoria. Este fenómeno puede manifestarse de diversas formas, siendo la enfermedad del alzheimer uno de los ejemplos más conocidos.

El deterioro cognitivo es parte del envejecimiento de una persona y afecta a una gran parte de la población mundial. En algunos casos, estos problemas de memoria o concentración pueden estar relacionados con otras cuestiones de salud, como lo puede ser la audición.

Existen ciertos estudios que afirman que la pérdida de la audición contribuye al desarrollo de la demencia. Si no escuchamos de manera clara, nuestro trabajo debe realizar un trabajo más complejo para entender los sonidos, lo que puede causar agotamiento mental, reduciendo así la capacidad que se tendría que utilizar para otras tareas.

Por otro lado, si sentimos que no escuchamos bien, muchas veces reducimos nuestras relaciones sociales y nos aislamos de los demás. Es por eso por lo que la pérdida auditiva no tratada no solo dificulta la comunicación y la participación social, sino que también puede ejercer un impacto negativo en nuestra salud mental.

La prevención es clave

Una de las formas principales de paliar la pérdida auditiva y el deterioro cognitivo es la prevención. Se llevan años trabajando por concienciar en el cuidado preventivo de la salud auditiva. Para ello, una de las medidas principales es fomentar las revisiones auditivas.

Hay muchos centros auditivos en los que  las personas pueden someterse a una evaluación de su audición gratuita que servirá para detectar y tratar la pérdida auditiva en sus primeras etapas. Cuanto antes se identifique y se aborde la pérdida auditiva, mejor se pueden preservar las capacidades cognitivas.

En caso de que el especialista de  lo considere necesario, el uso de audífonos puede ser clave para prevenir el desarrollo del deterioro cognitivo. La tecnología de estos audífonos ayuda a recuperar la audición y permita al cerebro procesar los sonidos de la forma más sencilla posible.

En resumen, prevenir los problemas de audición pueden ayudarnos a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Es por eso por lo que la prevención es parte clave, y los especialistas  recomiendan realizar un examen auditivo a partir de los 50 años para comprobar si hay un problema de déficit auditivo y actuar a tiempo.

Visto en 65 y más

¿QUÉ ES EL ‘CASHBACK’ Y CÓMO FUNCIONA?

El cashback, que se traduce literalmente como «dinero de vuelta», es una novedosa opción para disponer de dinero, por ejemplo, en los casos en que la persona no vive cerca de un cajero automático o de una oficina  bancaria.

¿Cómo funciona? Imagínate que vas a comprar al supermercado o a repostar gasolina, y haces un gasto de 50 euros. Al pasar por caja, solicitas 20 euros en efectivo. De este modo, al ir a pagar con tu tarjeta bancaria, te cobrarán 70 euros.

Se trata de un sistema práctico y rápido para obtener dinero en efectivo y meter algunos billetes en la cartera, pero existen requisitos que hay que tener en cuenta, según explica el portal del Cliente Bancario, del Banco de España (@BancoDeEspana). Uno de ellos es que puede haber limitaciones al importe diario que se puede solicitar, si bien «bastará para satisfacer a la mayoría de clientes».

Pero atención, no confundas esta operativa con los denominados sitios web de cashback (o los sistemas de recompensas de algunas tarjetas) que reembolsan un pequeño porcentaje de las compras que hagas en otros establecimientos adheridos. Son cosas distintas.

¿Cuánto me costará el ‘cashback’?

El Banco de España detalla que el sistema del cashback no tiene coste alguno para el cliente, siempre que no use su tarjeta en modo revolving, es decir, en forma de crédito.

Por su parte, los comercios que faciliten el dinero en efectivo al cliente, lograrán una pequeña comisión a cambio.

A su vez, el banco ofrece un servicio adicional a su clientela complementando el servicio de sus oficinas y cajeros automáticos.

Este servicio acaba de aterrizar en España, aunque es previsible que «cada vez más bancos lo ofrezcan a través de convenios con determinados comercios minoristas», asegura el portal del Cliente Bancario, perteneciente al Banco de España, entidad que dirige el gobernador Pablo Hernández de Cos.

En otros países de la Unión Europea esta opción de hacerse con cash está más desarrollada. Así, un estudio del Banco Central Europeo de 2020 refleja que los ciudadanos de la eurozona obtienen el 2% del efectivo a través del cashback, destacando su uso en Bélgica (6%) e Irlanda (5%).

Acceso al dinero en efectivo en España

Aunque se han eliminado más de 10.000 cajeros en la última década, España sigue siendo el segundo país de la UE con más cajeros automáticos por cada 1.000 habitantes, de acuerdo con los datos de la autoridad monetaria.

En septiembre de 2020, se llevó a cabo un estudio sobre el acceso al efectivo en España, del que resultó que 4.378 municipios carecen de oficina bancaria, afectando al 3,1% de la población española. En promedio, estos habitantes necesitan desplazarse 7 kilómetros para acceder a la oficina más cercana.

El mayor porcentaje de población sin acceso a oficinas bancarias en su localidad se encuentra principalmente en las comunidades autónomas de Castilla y León y Extremadura.

De ahí que se están generalizando otras alternativas, como los cajeros automáticos desplazados y otras facilidades como oficinas móviles en zonas rurales (ofibuses).

Para algunas personas que no terminan de sentirse cómodas con el uso de un cajero, el cashback puede ser una solución, ya que les resultaría más amigable que el efectivo se lo entregara una persona en mano.

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