El día soleaba y el fresco de la mañana daba paso al primer día del Encuentro Internacional de Mayores en Fátima.
Tras el desayuno celebrábamos la Eucaristía en la Basílica de la Santísima Trinidad, Con nuestras Pañoletas de colores, verde, azul, naranja… hemos ido acercándonos desde los distintos hoteles en los que pernoctamos. ¡Entrar en la Basílica es hacerse pequeño! Sus proporciones son magníficas, y es un lujo poder celebrar allí, la oración de la mañana.
En la homilía el presidente de la celebración, nuestro Consiliario General Padre Nacho Figueroa nos destacaba el paralelismo entre nuestra peregrinación con la vida hasta llegar al Cielo, la meta del camino es la Gloria de la Eternidad.
No somos conscientes de las comodidades que tenemos, ayer nos quejábamos del cansancio de las larguísimas horas del viaje, algunos estuvieron casi 18 horas en el autobús, sin pensar en los peregrinos del siglo XIII. Se trata de un camino interno y externo, el Señor nos va hablando al corazón y nosotros debemos abrir los oídos del alma.
Nosotros somos los que caminamos con la mochila llena de experiencia, de emociones, y todas las situaciones de nuestra vida, hasta lo más ínfimo va rellenándola, no es el mismo camino para todos, cada uno hacemos el nuestro propio, cada cual tiene sus quejas, sus dolores, sus angustias y también sus alegrías, y todo eso lo ponemos ante el Señor como lo hace Job en la lectura de hoy (Job 3, 1-3.11-17-20-23), siempre poniendo a Dios en medio de nosotros.
En el Evangelio Jesús también decide peregrinar y se pone camino de Jerusalén, el momento de cumplir la promesa se va acercando, Dios siempre tiene palabras buenas bendiciendo y dando gracias, frente a los apóstoles que desean arreglarlo todo al modo de los hombres. Como nosotros, que a veces se nos olvida que el Hijo del hombre vino para salvarnos.
Y termino la homilía deseándonos una bendición: que tengamos corazones agradecidos. Buen inicio de la jornada, que continuamos disfrutando del Santuario y el pueblo de los pastorcillos, Ajustrel.
En la noche la Virgen nos haría otro regalo, poder participar en el Rosario de las Antorchas, ha sido un día de muchas emociones.
En Fátima, donde unos pastorcillos tenían que ganar el Cielo.