LLEGA EL NUEVO CICLO

Se acaba el año litúrgico y este mes nos recuerdan mucho la partida, esa marcha que no tiene regreso y yo me pregunto si estamos preparado para ello o aún hay en nuestro interior conflictos sin resolver.

Cuando termina el año civil preparamos las uvas y los nuevos propósitos para el nuevo año, ¿porque no hacemos lo mismo los creyentes cuando nos enfrentamos al final de un ciclo para comenzar otro?.

A lo mejor durante toda nuestra vida no hemos perdonado a nuestros padres, de ser como eran, no cumplieron nuestras expectativas o nos hubiera gustado que fueran de otra manera y no reconocemos los sacrificios que pasaron por decidir tenernos, desde las molestias del embarazo, el parto y todas las incomodidades que tuvieron que pasar hasta que llegamos a la madurez, pero nosotros un día quizás en nuestra adolescencia pensamos que no eran lo que soñábamos y les hicimos un  desprecio en el corazón que aún nos dura aunque ellos ya no estén.

Perdonarlos, recordar las cosas buenas y veréis que no supieron hacerlo mejor pero que os dieron el don de la vida y la capacidad para poder no aceptarlos. Piensa en ellos con ternura, y haz que tu corazón los acepte y los ame.

Quizás lo que no has aceptado es ser como eres, te gustaría ser más alta, más delgada, más simpática, mas lista etc. etc…. pero quiérete cómo eres no ves que Dios que es tu padre te ama con ternura infinita desde que creo el mundo y tú te permites pensar que se ha equivocado contigo precisamente.

Qué maravilla es que estés, que vivas, que sientas y además siendo querida y sabiendo que seguramente tienes unas capacidades únicas, porque, no sé si lo sabes somos piezas únicas irrepetibles. Amate

A lo mejor lo que te hace daño es no ser una persona brillante como tú piensas, y te estás perdiendo descubrir y amar la delicadeza que es esa pieza maravillosa con una personalidad propia que hace tu ser especial y querido.

Sabes lo bien que te haría contemplarte y admirarte de esa manera de ser que puedes transmitir el amor de Dios.

Tal vez estés ahora pensando que lo que a ti te preocupa es el transcurrir de tu vida que hay cosas que no te han gustado, o que no has hecho bien.

Perdónate como el Padre te perdona, acepta que no eres tan perfecto como quisieras pero que vas camino de ello, confiésate y reconcíliate con Dios y empieza a mirarte como alguien que ha sabido levantarse, la vida no es lineal para nadie y hay momentos mejores y peores pero lo importante es no perder el norte y ver que todo nos sirve para alcanzar la meta prometida.

Cuando celebremos a Cristo Rey, último domingo del tiempo ordinario seas capaz de reconocer lo que te hace daño y ponerle remedio con ternura y amor.

Que el nuevo comienzo de año sea para todos tiempo de sabernos criaturas del Señor y parte de su cuerpo y nos quiere tal como somos pues sabe que su amor nos ira haciendo parecernos más a Él.

Mercedes Montoya