Catequesis del Santo Padre sobre la vejez (V): Simeón y Ana, ejemplo de fidelidad en la espera

El Santo Padre continuó con su serie de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez, bajo el tema “La fidelidad a la visita de Dios para la generación que viene”.

El Papa Francisco habló de Simeón y Ana, figuras bíblicas modelo de vejez, de los que: “Primero, aprendemos que la fidelidad de la espera afina los sentidos. Por otro lado, lo sabemos, el Espíritu Santo hace precisamente esto: ilumina los sentidos”.

Su Santidad propone el ejemplo de los ancianos Simeón y Ana e indica que ellos “conservan esta sensibilidad del espíritu y son capaces de entender las diferentes situaciones, como estos dos entendieron que esta situación que estaba ante ellos era la manifestación del Mesías”.

Estar atentos a las visitas del Señor

Para Francisco, “una vejez que se ha ejercitado en la espera de la visita de Dios no perderá su paso: es más, estará también más preparada a acogerla, tendrá más sensibilidad para acoger al Señor cuando pasa”.

Y recordó que “una actitud del cristiano es estar atento a las visitas del Señor, porque el Señor pasa en nuestra vida con las inspiraciones, con la invitación a ser mejores. Y san Agustín decía: ‘Tengo miedo de Dios cuando pasa’ .  ‘¿Pero por qué tienes miedo?’ .  ‘Sí, tengo miedo de no darme cuenta y dejarlo pasar’. Es el Espíritu Santo que prepara los sentidos para entender cuándo el Señor nos está visitando, como hizo con Simeón y Ana”.

En este sentido, el Papa apunta que “hoy más que nunca necesitamos esto: necesitamos una vejez dotada de sentidos espirituales vivos y capaz de reconocer los signos de Dios, es más, el Signo de Dios, que es Jesús”. Y añade que “la anestesia de los sentidos espirituales —y esto es feo— la anestesia de los sentidos espirituales, en la excitación y en el entumecimiento de los corporales, es un síndrome generalizado en una sociedad que cultiva la ilusión de la eterna juventud, y su rasgo más peligroso está en el hecho de que esta es mayoritariamente inconsciente. No nos damos cuenta de estar anestesiados”.

Esto, insiste “sucede: siempre ha sucedido y sucede en nuestra época. Los sentidos anestesiados, sin entender qué sucede; los sentidos interiores, los sentidos del espíritu para entender la presencia de Dios o la presencia del mal, anestesiados, no distinguen”.

Pérdida de sensibilidad del alma

La pérdida de sensibilidad del alma “no se refiere simplemente al pensamiento de Dios o de la religión. La insensibilidad de los sentidos espirituales se refiere a la compasión y la piedad, la vergüenza y el remordimiento, la fidelidad y la entrega, la ternura y el honor, la responsabilidad propia y el dolor ajeno. Es curioso: la insensibilidad no te hace entender la compasión, no te hace entender la piedad, no te hace sentir vergüenza o remordimiento por haber hecho algo malo”.

El Pontífice describe también que en una sociedad “que ejerce principalmente la sensibilidad por el disfrute, disminuye la atención a los frágiles y prevalece la competencia de los vencedores. Y así se pierde la sensibilidad. Ciertamente, la retórica de la inclusión es la fórmula de rito de todo discurso políticamente correcto. Pero todavía no trae una real corrección en las prácticas de la convivencia normal: cuesta que crezca una cultura de la ternura social”.

No ser protagonistas, sino solo testigos

De la historia de Simeón y Ana “viene una indicación escondida que merece ser llevada a primer plano. ¿En qué consiste, concretamente, la revelación que enciende la sensibilidad de Simeón y Ana?”. Esto, “consiste en el reconocer en un niño, que ellos no han generado y que ven por primera vez, el signo seguro de la visita de Dios. Ellos aceptan no ser protagonistas, sino solo testigos. Y cuando un individuo acepta no ser protagonista, sino que se involucra como testigo, la cosa va bien: ese hombre o esa mujer está madurando bien”.

Pero, prosigue el Sucesor de Pedro, “si tiene siempre ganas de ser protagonista no madurará nunca este camino hacia la plenitud de la vejez. La visita de Dios no se encarna en su vida, de los que quieren ser protagonistas y nunca testigos, no los lleva a la escena como salvadores: Dios no se hace carne en su generación, sino en la generación que debe venir. Pierden el espíritu, pierden las ganas de vivir con madurez y, como se dice normalmente, se vive con superficialidad”.

“Es la gran generación de los superficiales, que no se permiten sentir las cosas con la sensibilidad del espíritu. ¿Pero por qué no se lo permiten? En parte por pereza, y en parte porque ya no pueden: la han perdido. Es feo cuando una civilización pierde la sensibilidad del espíritu. Sin embargo, es muy bonito cuando encontramos ancianos como Simeón y Ana que conservan esta sensibilidad del espíritu y son capaces de entender las diferentes situaciones, como estos dos entendieron que esta situación que estaba ante ellos era la manifestación del Mesías”, explica el Papa Francisco

La sensibilidad espiritual de la edad anciana “es capaz de abatir la competición y el conflicto entre las generaciones de forma creíble y definitiva. Supera, esta sensibilidad: los ancianos, con esta sensibilidad, superan el conflicto, van más allá, van a la unidad, no al conflicto. Esto ciertamente es imposible para los hombres, pero es posible para Dios. ¡Y hoy necesitamos mucho de la sensibilidad del espíritu, de la madurez del espíritu, necesitamos ancianos sabios, maduros en el espíritu que nos den una esperanza para la vida!”, concluye.

Visto en Exaudi.org

Texto completo en:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2022/documents/20220330-udienza-generale.html

DESDE KIEV: «NADIA A SUS 75 AÑOS HA PUESTO SU LAVADORA, DUCHA Y COCINA AL SERVICIO DE LOS SOLDADOS”

El enviado especial a Kiev, Mikel  Ayerastan, relata en Herrera en COPE el día a día de esta mujer, «otra forma de luchar» contra la invasión rusa.

Mujeres que han dejado a sus maridos o a sus hijos adolescentes en el frente, niños aterrorizados por el sonido de las bombas, ancianos que han abandonado un hogar al que no saben si volverán.

Desde el inicio de la invasión rusa han salido de Ucrania 3,5 millones de personas en su mayoría mujeres y niños, según datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). El Gobierno calcula que a España han llegado unos 25.000, aunque el número total se desconoce porque muchos lo han hecho a través de redes familiares y de amigos.

Este éxodo ha provocado una marea de solidaridad en los países de la UE por la que los ucranianos «están muy agradecidos», según ha contado en Herrera en COPE, el enviado especial a Kiev, Mikel Ayestaran. «Te das cuenta de la fuerte conexión, son unos refugiados que se han ido teniendo un ojo en Ucrania y que quieren volver, pero en estas situaciones el refugiado sabe cuándo sale pero nunca cuando podrá regresar».

Cuando se cumple un mes de la invasión de Ucrania, “el número de muertos crece cada día, hay millones de refugiados y desplazados y la destrucción es total en lugares como Mariúpol, la zona cero de la guerra». Además «no hay un panorama a la vista que anuncie que esto puede terminar”.

Muchos de los que allí se quedan, están en los los puestos de control que dan acceso sobre todo “a las zonas más cercanas a las posiciones del frente, en el norte, noreste y noroeste”. En los últimos días estos controles “se han endurecido, se registra coche por coche, hay que enseñar los documentos y no es suficiente con el pasaporte, los periodistas necesitamos la acreditación militar».

Hay mucho miedo a que los colaboradores de Rusia “se infiltren para realizar actos de sabotaje”. En la capital, Kiev, se encuentra “el puesto más caliente” y en su frente “chavales» como Alex, un fotógrafo, “que ha dejado la cámara para coger un fusil».

Muy cerca de ese puesto de control vive Nadia, una mujer de 75 años, en un barrio por el que los soldados acceden a un bosque que rodea Kiev. “Es un lugar bucólico» pero que arroja una imagen es «estremecedora y triste».

«Nadia ha puesto su casa, lavadora, ducha y cocina al servicio de esos soldados”. Ella está en su casa “con sus tres perros y su gato, entre disparos y bombas. En su huerto, donde están las gallinas, se puede ver la ropa de los soldados secándose al sol. Los militares que van por la noche a combatir se la dejan, algunos se duchan y ella les prepara unos huevos fritos para que desayunen».

En las guerras, advierte Ayestaran, que ha vivido otros conflictos en Siria o Afganistán, “hay muchas formas de luchar” y la de esta mujer es una de ellas. “Es un ejemplo de resistencia popular, los que se han quedado lo han hecho para resistir a la invasión y cada uno hace lo que puede, es un auténtico ejemplo de organización».

A la hora de apoyar moralmente a los ucranianos que se han quedado, advierte el periodista, “la Iglesia tiene un papel clave». “Un sacerdote nos insistía en el mensaje de la defensa del mundo libre, al final esto se ha convertido en un muro de defensa del mundo libre, hay que luchar para que esto se quede aquí”, ha concluido.

Por María Bandera Redactora jefe y directora de COPE

Visto en cope.es

El inventor de 93 años que trabaja para los mayores: El soporte de mi abuelo

 

José María Almira Romero inventó hace más de tres décadas el popular «pincho de la sombrilla», ideado principalmente para que las sombrillas no se volasen en la playa con el viento.

Ahora, con 93 años, ha creado un nuevo aparato, un soporte que en este caso está dirigido a las personas mayores, en especial a las personas con movilidad reducida, para facilitarles el proceso de ponerse la ropa sin tener que agacharse.

Este aparato, que ha sido denominado como «El soporte de mi abuelo», nació por una razón: su mujer sufrió una caída y se rompió la rótula y una costilla, lo cual le provocó tener que estar en un sillón sin apenas poder moverse durante casi dos meses,

Él la ayudaba en todo lo que necesitaba, también a vestirse, pero quería facilitarle ese proceso, así es cómo surgió la primera versión de «El soporte de mi abuelo». Hizo un artilugio muy parecido a lo que es ahora, y que ya funcionaba.

Con él su mujer era capaz de ponerse la ropa con una mano sin problemas, y eso la puso muy contenta, sobre todo al ver que podía volver a valerse por sí sola».

Esa versión se fue modificando y mejorando, tal y como explica José María, hasta llegar a lo que es ahora. «Está funcionando muy bien. A la gente le gusta, lo ven útil, y en el fondo hace su papel», asegura. «Me siento muy satisfecho de ver que este aparato está consiguiendo ayudar a tanta gente. Son muchas las personas que ya nos llaman para pedir uno, aunque de esto ya se encarga mi nieta», explica, y añade que «lo mío es calentarme la cabeza y crear cosas para los mayores, para facilitarles su día a día».

En concreto, «El soporte de mi abuelo» es un soporte de ayuda para la puesta de pañales, ropa interior y/o pantalones sin necesidad de agacharse, una tarea que se vuelve más complicada con el paso de los años. De esta forma, «las personas que lo requieran, pueden satisfacer una necesidad básica y tan personal de forma autónoma», siempre «velando por la intimidad que todos necesitamos a lo largo de nuestra vida».

El objetivo es «que aquellas personas que sufran las consecuencias del paso de los años o la pérdida de movilidad puedan mejorar su calidad de vida, preservando su intimidad e independencia a la hora de vestirse».

Para su creación, José María explica que utilizó el aluminio como principal material para asegurar que fuese resistente. Se trata de «un producto sencillo, funcional, sin extravagancias ni decoros innecesarios para su utilización que aumenten el coste de producción y por tanto, el precio de venta.

Es manejable y nada aparatoso, y todo esto, al precio más barato», así lo definen. «Porque el fin último del proyecto es que sea accesible a todos los bolsillos y que todo el que sufra de la necesidad que se pretende subsanar, pueda permitírselo».

Desde que en 1988 José María crease su famoso «pincho de la sombrilla» hasta su creación más reciente han pasado más de treinta años en los que se ha dedicado a su trabajo en la banca, durante 42 años, y a su pasión, la mecánica, en lo que trabajaba por las tardes. «Me gustaba la mecánica más que nada y le tengo un cariño enorme», y explica que incluso en el banco donde trabajaba estaba muy solicitado por su habilidad para reparar máquinas.

Así que, estas invenciones de José María a lo largo de los años se han debido, tal y como asegura, fundamentalmente a una necesidad que pensó que podía solucionar. Y así ha sido.

«Lo hice sobre todo para los mayores. Primero el pincho de la sombrilla, para que no tuvieran que agacharse, después este soporte, también para ayudar a los mayores a vestirse». Es más, desvela que ya está en proceso de un tercer invento. «Ya estoy con ello, trabajando en algo, también pensado para los mayores, porque al final de los mayores se acuerda poca gente, y necesitamos tener un poco más de ayuda».

A pesar de su edad, a José María no lo detiene nada. «Me propongo lo que sea. Cuando me caliento la cabeza y me desvelo por las noches decidido a hacer algo nuevo, lo consigo. Hay un refrán que dice Quien la sigue la consigue, pues yo soy bastante cabezota y no me conformo si veo que puedo ayudar o mejorar algo. Solo hay una vez que no lo conseguí y es de lo único que me arrepiento, una única cosa que no finalicé, pero ya no me ha vuelto a pasar», concluye.

Visto en 65 y más

NOTICIAS DE  EIM 2022

 

En boletines anteriores os hacíamos partícipes de la celebración  del  I Encuentro Internacional de Mayores en  Santiago de Compostela el dia 1 de octubre, también que desde el dia 26 de septiembre nos íbamos a concentrar todos en Fátima para peregrinar bajo el manto de la Virgen hasta Santiago.

Allí el plato fuerte será la Vigilia de Oración que presidirá, si no hay ningún contratiempo el Nuncio de su Santidad en España D. Bernardito Aúza.

Pero también tendremos otras muchas actividades, en Fátima tras la oración de la mañana y celebración de la Eucaristía en el Santuario de Fátima dispondremos de tiempo acompañados de nuestro guía de conocer el Santuario, la aldea de los Pastorcitos, el lugar de las apariciones y los lugares de oración, y  tras la cena  nos concentraremos en la Explanada para el Rosario de las Antorchas.

Podremos aprovechar nuestro tiempo libre para reconciliarnos con el Padre, para pasear, descansar o para dar gracias  por la peregrinación que estamos realizando.

Intenciones de Oración para el mes de abril

“El Papa Francisco confía cada mes a su Red Mundial de Oración, intenciones de oración que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia”, afirma el sitio web de la iniciativa.

“Su intención de oración mensual es una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos», es una brújula para una misión de compasión por el mundo”, para este mes de abril nos propone orar Abril:

Por el personal sanitario

Recemos para que el compromiso del personal sanitario de atender a los enfermos y a los ancianos, especialmente en los países más pobres, sea apoyado por los gobiernos y las comunidades locales.

La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española aprobó en su reunión del 19 al 23 de abril de 2021  las intenciones de la CEE para el año 2022

Para este mes de Abril la Conferencia Episcopal Española nos propone orar

 

    Por todos los que reciben los sacramentos de la Iniciación Cristiana, para que, configurados con Cristo, sacerdote, profeta y rey, lleguen a la madurez de la fe confesada, celebrada, vivida, orada y testimoniada.

 

El santo de la semana: San Francisco de Paula

 

Nació en un pueblecito llamado Paula, en la actual  Italia, en 1416.

Cuando tenía unos pocos años se enfermó gravemente de los ojos. Se encomendó junto con sus padres a San Francisco y este santo le obtuvo de Dios la curación.

En acción de gracias se fue a los 14 años en peregrinación a Asís, y allá recibió la inspiración de convertirse en ermitaño, dedicado a rezar y a hacer penitencia. Encontró una morada aislada en una cueva a la orilla del mar. Ahí permaneció solo durante seis años entregándose a la oración y a la mortificación, alimentándose de hierbas silvestres y agua.

En 1435 dos compañeros se le unieron en su retiro, y para darles alojamiento mandó a construir tres celdas y una capilla: de esta manera se originó la nueva orden.

El número de sus discípulos aumentó gradualmente, cerca de 1454, con el permiso de Pirro, Arzobispo de Cosenza, Francisco construyó un monasterio grande y una iglesia. La construcción del monasterio fue la ocasión de una gran explosión de entusiasmo y devoción de parte de la gente hacia Francisco: hasta los nobles cargaban piedras y se unían al trabajo.

Su devoción aumentó debido a los múltiples milagros que el santo obró en respuesta a sus oraciones. La regla de vida adoptada por  Francisco  y sus religiosos era de extraordinaria severidad. Ellos guardaban una abstinencia perpetua y vivían en extrema pobreza, pero la humildad era la señal distintiva de la orden.

Francisco tuvo que fundar varias casas para sus religiosos y, en todos sus conventos puso una consigna o ley que había que cumplir siempre. Decía así: «Cuaresma perpetua». Esto quiere decir que en la alimentación se debían hacer las mortificaciones que antiguamente se hacían en cuaresma con el fin de fortificar la voluntad.

Miles de hombres decidieron abandonar la vida pecaminosa del mundo e irse a la Comunidad religiosa fundada por San Francisco de Paula.

En 1474 Sixto IV le dio permiso de escribir una regla para su comunidad, y de asumir el titulo de los Ermitaños de San Francisco: esta regla fue formalmente aprobada por Alejandro VI, quien, sin embargo, les cambió el nombre por el de Mínimos.

Después de la aprobación de la orden, Francisco fundó varios nuevos monasterios en Calabria y Sicilia. También estableció conventos para monjas, y una tercer orden para laicos, siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís

El tenía un extraordinario don de profecía: así predijo la captura de Otranto por los turcos en el 1480, y su subsiguiente recuperación por el rey de Nápoles.

 También fue dotado con el discernimiento de conciencias. Él no hacía acepción de personas de cualquier rango o posición. Reprendió al Rey de Nápoles por su mal proceder y como consecuencia sufrió mucha persecución.

Cuando Luis XI estaba en su lecho de muerte envió una delegación a Calabria para rogarle al santo que lo visitara. Francisco se negó a ir ni podían convencerlo hasta que el Papa le ordenó ir. Entonces él fue donde el rey a Plessis-les-Tours y permaneció con él hasta su muerte.

Carlos VIII, el sucesor de Luis, admiraba mucho al santo y durante su reinado lo mantuvo cerca de la corte y lo consultaba frecuentemente. Este rey construyó un monasterio para los Mínimos en Plessis y otro en Roma en la Colina Pinciano.

El concepto que Carlos VIII tenía del santo fue compartido por Luis XII, quien le sucedió al trono en el 1498. Francisco estaba deseoso por regresar a Italia, pero el rey no se lo permitía, ya que no deseaba perder sus consejos y orientaciones.

Los últimos tres meses de su vida estuvo en pleno aislamiento, preparándose para la muerte. Reunió a su comunidad a su alrededor el Jueves Santo y los exhortó especialmente a tener mutua caridad entre ellos y a mantener el rigor de su vida y en particular la abstinencia perpetua. Al día siguiente, Viernes Santo, los reunió de nuevo, les dio sus últimas instrucciones y nombró un vicario general. Luego recibió los últimos sacramentos, pidió que se le leyera la Pasión Según San Juan, y durante dicha lectura, su alma pasó a la eternidad.

León X lo canonizó en el 1519. En el 1562 los hugonotes descerrajaron su tumba y encontraron su cuerpo incorrupto. Lo arrastraron y lo quemaron, pero algunos de sus huesos fueron preservados por los católicos y puestos en relicarios en diversas iglesias de su orden.

La Orden de los Mínimos no parece haber sido muy extensa en ningún momento, pero tenía casas en muchos países. La regla definitiva fue aprobada en 1506 por Julio II, quien también aprobó una regla para las monjas de la orden

El Papa Pablo VI dijo en 1977 que San Francisco de Paula es un verdadero modelo para los que tienen que llamarles la atención a los gobernantes que abusan de su poder y que malgastan en gastos innecesarios el dinero que deberían emplear en favor de los pobres. Por muchos años nuestro santo recorrió ciudades y pueblos llevando los mensajes de Dios a las gentes. Y en aquellos tiempos (como ahora) había alcaldes, gobernadores, ministros y hasta jefes de Estado que abusaban de su poder y gastaban los dineros públicos para enriquecerse o para hacer gastos inútiles y conseguir lujos, en vez de socorrer a los necesitados. A ellos les iba recordando San Francisco que a cada uno le dirá Cristo en el día del juicio aquellas palabras que dijo en el Evangelio: «Dame cuenta de tu administración».

También les recordaba esta frase del Apocalipsis: «He aquí que tengo y traigo conmigo mi salario. Y le daré a cada uno según hayan sido sus obras». Todo esto hacía pensar muy seriamente a muchos gobernantes y los llevaba a corregir los modos equivocados de proceder que habían tenido en el pasado.

 La fiesta de San Francisco de Paula se celebra en la Iglesia universal el 2 de abril, el día en que murió.

CINE Y VEJEZ: CORAZON DE PADRE

 

 

Corazón de Padre, es una película documental, dirigida por Andrés Garrigó, y producida por Goya producciones, concebida como un viaje de investigación en torno a la figura de  San José.

Fue rodada en diversos países del mundo (Italia, Estados Unidos, Canadá, Perú, Francia, Filipinas, entre otros). El Guión es del  mismo Andrés Garrigo y de Josep María Anglés.

Durante 91 minutos, los protagonistas de auténticos milagros nos cuentan sus historias y los favores de San José, desde conversiones radicales y curaciones imposibles, hasta la recomposición de matrimonios rotos.

La fotografía es de Ismaél Duran, el documental descubre la especial presencia de San José en Toledo, en Ávila y en Barcelona. En esta ciudad se han rodado escenas en el templo de la Sagrada Familia, en el Santuario de San José de la Montaña y en las calles de la gran urbe en las que, por la noche, los Jóvenes de San José atienden a indigentes.

El director del film, Andrés Garrigo, declaró: “Este hombre que trabajaba en un taller hace 2000 años tiene hoy pluriempleo. Actúa como protector de padres y familias, como patrono de la Iglesia, como intercesor de los trabajadores y ayuda de los moribundos. En la película destacamos uno de sus títulos menos conocidos: terror de los demonios”.

Para Garrigó, esta producción completa una trilogía, ‘Corazón Ardiente’, ‘Fátima, el Último Misterio’, y ‘Corazón de Padre’, que representan respectivamente a “Jesús, María y José”, la Trinidad de la Tierra».

Entre los testimonios destaca el del “P. Donald Calloway (Estados Unidos), que pasó, de una juventud turbulenta con penas de cárcel, a convertirse, y hacerse sacerdote y propagador mundial del amor al Patriarca”, señala Garrigo.

Os dejamos el enlace para que podáis ver el tráiler

https://www.youtube.com/watch?v=NFLhBpucmEs

CATEQUESIS DEL SANTO PADRE SOBRE LA VEJEZ (IV): LA DESPEDIDA Y LA HERENCIA: MEMORIA Y TESTIMONIO

En la Audiencia General del 23 de marzo, el Papa Francisco continuó su catequesis sobre la vejez proponiendo el ejemplo de Moisés que, al final de sus días, «proclamó el nombre del Señor transmitiendo a las nuevas generaciones el legado de su historia vivida con Dios», sin perder su fe y su vitalidad.

«En los días previos a su muerte, Moisés pronunció su testamento espiritual, que es una hermosa confesión de fe. Sus palabras no sólo testimonian el amor y la fidelidad de Dios, sino también las infidelidades de su pueblo», dijo Francisco recordando que esta transmisión de la fe y del sentido de la vida, «que se hace a partir de las propias experiencias, sin ocultar las luces y las sombras», constituye la tradición, que pasa de generación en generación.

En alusión al gran testimonio de fe de Moisés a pesar de su edad (la narración relata que tenía ciento veinte años cuando pronuncia esta confesión de fe está en el umbral de la tierra prometida); el Pontífice subrayó que cuando el profeta se despide de la vida «no se había apagado su ojo» (Dt 34,7), es decir, conservaba la vitalidad de su mirada, la cual es un don valioso: «esto le consiente -dijo el Papa- transmitir la herencia de su larga experiencia de vida y de fe, con la lucidez necesaria».

En este sentido, el Santo Padre destacó que una vejez a la cual le es concedida esta lucidez es también un don valioso para la próxima generación:

 Asimismo, el Papa invitó a los presentes a plantearse si como sociedad «¿somos capaces de reconocer y de honrar este don?», y si «¿la transmisión de la fe – y del sentido de la vida – sigue hoy este camino?».

El Santo Padre hizo hincapié en la importancia de transmitir con pasión la propia historia de fe vivida con Dios:

 “Este es el don de la memoria que los ‘ancianos’ de la Iglesia transmiten, desde el inicio, pasándolo ‘de mano en mano’ a la próxima generación. Nos hará bien preguntarnos: ¿cuánto valoramos esta forma de transmitir la fe, de pasar el testigo entre los ancianos de la comunidad y los jóvenes que se abren al futuro?”

Texto integro en:

https://www.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2022/documents/20220323-udienza-generale.html

El Santo de la Semana: Santa Catalina de Suecia

Nació alrededor de 1330 y  murió el 24 de marzo de 1381.

Era la cuarta hija de St. Brígida y su esposo Ulf Gudmarsson, Al tiempo de su muerte St. Catalina era Superiora del convento de Wadstena, fundada por su madre; de ahí el nombre Catalina Vastanensis, por el que también se la conoce.

Se le representa acompañada con una cierva, que de acuerdo a la tradición la ayuda para proteger la virginidad de las jóvenes de los hombres deshonestos y con un látigo a su lado, el cual se ha dicho vino a su ayuda cuándo jóvenes sin castidad buscaban atraparla.. Es intercesora en los casos de aborto.

 A la edad de siete años fue enviada a la abadesa del convento de Riseberg de monjas cistercienses para ser educada. A los siete años tuvo su primera visión, en la que vio a Cristo disgustado con ella por no cumplir sus tareas por estar jugando. Desde ese día jamás volvió a dejar de cumplir con sus obligaciones,   pronto mostró un deseo para vida de automortificación y devoción para cosas espirituales.

Por mandato de su padre, cuándo tiene trece o catorce años, se casó con un noble de descendencia alemana, Eggart von Kürnen. Ella inmediatamente convenció  a su esposo, quién era un hombre religioso, a unirse con ella en un voto de castidad. Ambos vivieron en un estado de virginidad y dedican su vida al ejercicio de perfección cristiana y caridad activa.

A pesar del amor profundo hacía su esposo, Catalina acompaña a su madre, Santa Brígida, a Roma en 1349. Poco después de llegar a la ciudad, Catalina recibe la noticia de la muerte de su esposo en Suecia. Tenía 18 años.

Ella vive constantemente con su madre, toma una parte activa en la labor fructífera de Santa Brígida e imita fervorosamente la vida ascética de su madre.

Aunque la bella y distinguida viuda está rodeada de admiradores, ella constantemente rehúsa todas las ofertas de matrimonio.

En 1372 St. Catalina y su hermano, Birger, acompañan a su madre a una peregrinación a Tierra Santa; después de su regreso a Roma,  Catalina acompaño a su madre hasta la muerte.

En 1374, obedeciendo los últimos deseos de Santa Brígida, Catalina llevó el cuerpo de su madre de regreso a Suecia, para ser enterrada en Wadstena, de cuya fundación ella llegó a ser directora.

Wadstena es la casa madre de la Orden Brigitina, también llamada La Orden del Santo Salvador. Catalina manejó el convento con gran habilidad, en armonía con los principios impuestos por la fundadora.

Al año siguiente fue a Roma a promover la canonización de Santa  Brígida y para obtener una nueva confirmación papal de la orden. Ella aseguró otra confirmación, ambas de Gregorio XI (1337) y de Urbano VI (1379), pero no fue capaz de ganar en ese tiempo la canonización de su madre, por la confusión causada por la división que retraso el proceso.

Cuándo está división dolorosa apareció ella demostró, una firme adherencia a la parte del Papa Romano Urbano VI, en cuyo favor ella testificó delante de una comisión judicial.

Catalina se quedó cinco años en Italia y al regresar a casa, portaba una carta de comendación del papa. Poco después de su llegada a Suecia se enfermó y murió.

En 1484 Inocencio VIII dió permiso para su veneración cómo santa y su día de fiesta es asignado el 22 de marzo en la Martirología Romana.

Catalina escribió un trabajo devocional titulado “Consolación del Alma” (Sielinna Troëst), largamente compuesto de citaciones Escriturales y antiguos libros religiosos; no hay copia en existencia.

Fuente: Enciclopedia Católica

Pedro y Pilar una experiencia pro-vida

Pedro cuidó de su mujer, Pilar, durante cuatro años «Me planteé la eutanasia pero cambié de opinión» .

Pilar fue diagnosticada de un tumor cerebral y los médicos le dieron seis meses de vida. Pedro, su marido, buscó otras opciones y terminó en cuidados paliativos, donde, asegura, «empezamos a vivir otra vez». Pide una ley para la vida y más facilidades para los cuidadores. Nos deja esta maravillosa entrevista:

Pedro, cuidaste de tu esposa Pilar, durante cuatro años. ¿Cómo fue el inicio?

Mi esposa fue a hacerse una revisión rutinaria porque cada vez tenía más dolores de cabeza y más fuertes. Era joven, tenía 44 años. Fue enton -ces cuando le diagnosticaron un tumor cerebral en un TAC. Ese día no la acompañé al médico porque no pensamos que fuera nada importante, pero de inmediato la ingresaron y me llamaron. Me dieron la noticia de que era un tumor inoperable y de los peores que hay, con una esperanza de seis meses. La calidad de vida iba a ser muy mala, con todas las consecuencias: fallo respiratorio, fallo multiorgánico, silla de ruedas, sin oír ni hablar…. Cuando te dicen eso se te cae el mundo encima. Primero piensas en buscar otro diagnóstico. Y luego cuando se confirma, te planteas: para que esté sufriendo, lo mejor es que muera. Eutanasia y que deje de sufrir.

 ¿Y ahora, con el tiempo, qué piensas?

Que esa era una opción muy fácil. Debido al sistema de vida y a la velocidad que llevamos, no nos paramos a pensar. Pero ahora sé que hay 200.000 cosas que no son la eutanasia y que son infinitamente mejores. El enfermo va a estar atendido y no va a sufrir, esa es mi experiencia. Lo más digno es cuidarle y luchar, hasta los últimos momentos. Tuvimos la suerte de caer en paliativos de Laguna después de un año de desatenciones por parte de médicos que decían que, como ya no se podía curar, no podían hacer nada. Cuando entramos en paliativos, empezamos a vivir otra vez. Parece paradójico asociar paliativos a vida. Puede parecerlo, pero quien lo haya vivido me entenderá. Recuerdo, cuando llegamos con la ambulancia, que la imagen que teníamos era que esto es el final. Y fue todo lo contrario: mi mujer se encontró atendida, querida y cuidada. Y nosotros también. Ella vivía. La gente que hay en el hospital se deja la vida entera.

¿Tienes buenos recuerdos allí?

 Sí. Por ejemplo, al principio me quedaba a dormir y no salía de allí. Cuando consiguieron que me fuera a casa a descansar, recuerdo que llegaba por la mañana y ella me miraba y sonreía al verme. Me conocía. No hablaba pero, a su manera, se comunicaba conmigo.

¿Cómo lo han afrontado tus hijos?

Mis hijos son una generación de su tiempo, y tienen opiniones muy modernas sobre muchas cosas. Pero respecto a la eutanasia están en contra por lo que han vivido. Mi hija Lorena, por ejemplo, venía y tocaba la guitarra y el piano para su madre, porque en este hospital hay piano. Y su madre la escuchaba. Eso le quedará a ella para siempre. Son minutos llenos de intensidad.

¿Qué les diría a quienes tienen la posibilidad de legislar sobre el final de la vida?

Que se informen. Los paliativos existen en nuestro país porque hay médicos y profesionales excepcionales que se preocupan, trabajan con personas que están en una situación difícil y dolorosa. Muchas veces trabajan sin medios suficientes, sin ser valorados socialmente ni tomados en cuenta… Necesitan más ayudas para poder atender tanto a los enfermos, como a quienes los rodeamos. Si hacen una ley, necesitamos una ley para la vida. Para las familias necesitamos bajas laborales que se puedan tramitar rápidamente. Por ejemplo, en mi caso, estuve cinco años sin faltar al trabajo, y en los últimos meses de enfermedad de mi mujer, la empresa te echa. Y la ley de dependencia debería contemplar los paliativos.

¿Cómo ha cambiado tu forma de ver la vida la enfermedad de tu mujer?

Me ha reforzado más en mis creencias. Yo he vivido otras situaciones en las que la gente se ha enfadado pero a mí me pasó contrario, ahora necesito rezar a la Virgen. Tengo la costumbre de entrar a verla cuando paso cerca de una iglesia y, cuando la veo, lloro.

¿Cómo se viven cuatro años cuidando de una persona siempre, y atendiendo a tres hijos adolescentes?

No te das cuenta, lo haces porque te importa. Después de diagnosticársele la enfermedad, Pilar se levantaba conmigo, desayunábamos juntos y se volvía a acostar. Yo me levantaba 25minutos antes para prepararlo todo. Me casé con mi mujer no solo porque la quería, sino también para quererla. Para lo bueno y lo malo, en la salud y en la enfermedad. Enfermedad que, a nosotros dos, nos unió más.

Leido en Alfa y Omega